jueves, 30 de abril de 2009
Crayola y Hob-Nobs
martes, 28 de abril de 2009
domingo, 26 de abril de 2009
Cheesecake de mojito "New York Style"
jueves, 23 de abril de 2009
J'aime Montréal
... o los edificios decorados con graffittis.
Mirad lo desnuditos que están aún nuestros árboles.
martes, 21 de abril de 2009
¡ Ayuda !
Allegro ma non troppo: Nuns having fun
domingo, 19 de abril de 2009
Mejorando (II)
viernes, 17 de abril de 2009
"OhmyGod: Sonata teológica para teléfono en si mayor"
Lingüista en Devenir: - "En cuanto a las respuestas a las preguntas fundamentales, le diré que mi único intento de reflexión metafísica se limita a observar que el hecho de que el ser humano sea el único animal dotado de consciencia, y de que este hecho sea aún inexplicable por la ciencia, es una de las razones que han hecho que aún no descarte la idea de Dios. Pero cuando veo por la tele los anuncios de "Gran hermano", "Operación Triunfo", "Salsa Rosa", "Corazón, Corazón" y todos esos intentos denodados por asfixiar hasta el mínimo vestigio de consciencia que nos queda por medio de entretenimientos absurdos (debería usted ver lo que leo últimamente, una vergüenza), me digo que al final tampoco es que seamos la obra cumbre de la evolución. Oups, perdón. No debería de haber mentado a Darwin."
Dios: -"Nada, nada. La verdad es que lo que decía ese chico tenía bastante lógica."
Lingüista en Devenir, prosigue, con tono melancólico: -"Y hay que decir que si usted realmente existe, se ha buscado una panda de cretinos como representantes. Por algo he apostatado, cada vez me daba más vergüenza ajena seguir perteneciendo al club de la religión. Ya sabe, la Iglesia Católica, y su política de anticoncepción, que sermoneada en Africa, continente diezmado por el SIDA, adquiere tintes tan absurdos que son casi surrealistas. O el asunto del aborto especialmente desde lo de la niña en Brasil. La situación de la mujer dentro de la misma Iglesia, o en países como Afganistán, en los que la ejecutan a pedradas en su nombre. El tratamiento a la homosexualidad. Vamos, que se ha cubierto usted de gloria. Hosanna. Aleluya."
Dios, un poco menos entusiasta: -"Hombre, visto así..."jueves, 16 de abril de 2009
Holy toast!
lunes, 13 de abril de 2009
Tarta de limón: "Au revoir, Annette"
A la pobre, cuanto más se le va la salud, más le desaparece el apetito, y a medida de que la vida la va dejando, muy poquito a poco, se diría que las papilas le regresan a la infancia y que recupera sus gustos de niña. Así que ahora la única comida sólida que le apetece son los postres, y a estas alturas no está como para pensar en nutrición equilibrada y demás zarandajas.
Por cierto, que lo de hacer merengue es como hacer mayonesa: muy simple y complicado a la vez. Si se os resiste, he aquí algunos sabios consejos.
domingo, 12 de abril de 2009
Domingo de Pascua canadiense
... comen los pollitos (y otros seres primaverales) de marshmallow Peeps,
...y reciben los típicos conejos de Pascua de chocolate,
jueves, 9 de abril de 2009
Dumplings
martes, 7 de abril de 2009
Sanity drives me insane / O de cómo la cordura puede volverte loca
En esta vida canadiense de ensueño y glamour que llevo aquí, en Montreal, una parte vital (y la razón por la que aterricé en este lado del Atlántico), es monsieur M., mi quebequés de marido, mi coloso canadiense, mi hombre tranquilo, mi John Wayne particular (pero sin el toque de derechas que Mr. Wayne tenía un poco exacerbado para mi gusto).
Como ya os he hablado muy a menudo de él, probablemente sabéis que mi nada abominable hombre de las nieves medita, es zen, horriblemente paciente, budista y carpintero / electricista / fontanero en sus ratos libres. Y ha eliminado el apego, excusa que le resulta particularmente socorrida cada vez que hacemos un viajecito a Ikea y me vuelvo loca queriendo comprarlo todo.
Aparte de reformar la barraca montrealesa que intentamos adecentar desde hace ya una década (estamos recreando nuestra propia versión de "Esta casa es una ruina", aquella patética película del 86 con Tom Hanks, que los brontosaurios como yo recordarán), monsieur M. lleva una década intentando reformarme la psique.
Noo, no es verdad, nada más lejos de su intención. Lo único que intenta es que mis neurosis no lo alejen del Nirvana que alcanzó hace ya tiempo con gran esfuerzo.
El problema de convivir con una persona carente de neurosis, sumamente equilibrada y madura y con una salud mental a prueba de bomba, es que tanta cordura puede terminar por volverte loca.
Por daros un ejemplo de este delicado equilibrio marital en el que vivimos:
Viernes por la noche, reposición en la tele por millonésima vez de "Atracción fatal". Demasiado cansados y vagos para cambiar de canal o poner algo mejor en el DVD, estamos sentados -derrumbados describe mejor la postura- en el sofá viendo el ataque de locura final del personaje de Glenn Close. Mientras los títulos de crédito desfilan en la pantalla, la cabeza apoyada contra el fornido hombro de monsieur M., comento, de forma edificante:
Monsieur M., soñoliento, sin levantar la cabeza del cojín y sin querer mojarse : -"Hmm."
Monsieur M., conteniendo un bostezo: -"Mmpf."
Monsieur M., la cara con cuidadosa expresión neutra: -"Es viernes por la noche. Estoy molido. El personaje de Glenn Close es una mujer que está loca como un cencerro, más que terapia y confianza en sí misma lo que necesita es una celda acolchada, una camisa de fuerza e inyecciones masivas de calmantes. Y los ataques de celos ni me conciernen, ni me parecen un tema de conversación interesante."
Aguafiestas.
Yo (picada): -"No, si ahora me dirás que nunca has sentido celos."
Monsieur M., mirando al techo y poniendo los ojos en blanco: -"Nunca he sentido celos. Los celos deben de ser una tradición de país mediterráneo. Soy demasiado nórdico para perseguir a tus admiradores en camiseta de tirantes. Y aquí hace demasiado frío para ese tipo de camisetas."
Yo (incrédula-exasperada): -"¿Nunca has estado celoso? ¿Ni siquiera un poco? No me lo creo."
Monsieur M., con expresión aburrida, zapeando canales con el mando a distancia: -"Nunca. Jamás. Jamais de la vie. No soy tu propietario. No eres un objeto que se encuentra en mi posesión, por lo tanto, no me perteneces. En consecuencia, estás conmigo por decisión propia, y si no has cambiado de decisión, no tengo motivos para sentirme inquieto. Y si te rondan otros hombres, mon très cher petit loup, como tú eres tu única dueña, tú decides lo que haces al respecto. Lo mismo se aplica en mi caso. Hay otras mujeres con las que trato todos los días, pero mi decisión está tomada." Exhala ruidosamente, como cansado de haber hablado tanto.
Yo (comenzando a germinar una idea): -"¿Otras mujeres con las que tratas? ¿Con qué otras mujeres tratas, exactamente?"
Monsieur M., girando la cabeza, con gesto de sorpresa: -"Euh, por ejemplo, en este proyecto de ahora trabajo con una joven ingeniera, una chica muy simpática, recién salida de la universidad, súper competente, inteligente..."
Yo (mirándole ahora con MUCHO interés): -"¿Ah, sí?"
Monsieur M., sin darse cuenta de la interrupción, sigue: -"...alta y guapa, además, un cuerpo atlético... creo que ha ganado competiciones de natación, o algo así, me dijo el otro día en la comida..."
Yo (mirada oscura y fija, tono suave y ligeramente siniestro): -"¿... en la... comida?"
Monsieur M., me lanza una mirada de soslayo, y se agita en el sofá, inquieto: -"Euh, sí, la... comida, tuvimos que visitar una obra juntos... ¡NO juntos-juntos! Juntos... con el... equipo de inspectores," (sigo clavándole la mirada, sin parpadear) "...MUCHOS inspectores, al menos una docena, y, ehr, comimos TODOS juntos... todos..." (aún no he pestañeado) "... todo el grupo... un montón de gente."
Monsieur M., en terreno movedizo, intentando arreglarlo y hundiéndose aún más: -"De todas formas, esta chica... no, no ...chica, ...cría, es una cría, un bebé, demasiado, euh, ...inmadura." Se rasca la cabeza y parece desinflarse, soltando el aire que le queda en los pulmones.
Yo (con tono aterciopelado, apoyándome en su hombro y acariciándole un lado de la mandíbula con un dedito): -"Hm." "Si me entero de que la TRATAS mucho a solas, ya sabes, juntos-juntos, a esta joven-atractiva-ingeniera-de-talento-con-cuerpo-atlético, te vas a encontrar todas tus pertenencias en cajas de cartón a la puerta de casa, ardiendo, muy posiblemente; el coche con el parabrisas roto por el lanzamiento de tu ordenador portátil, y descubrirás que, súbitamente, tu llave ya no abre la puerta."
Monsieur M. traga saliva ruidosamente.
Yo (con el mismo tono suave): -"Y después me presentaré en tu oficina para arrancarle la cabeza. A la joven ingeniera de talento, quiero decir. Y te esperaré en el coche para atropellarte a la salida."
Otra ruidosa deglución.
Monsieur M. farfulla: -"Euh, ¿te he dicho ya que esta noche estás particularmente guapa?"
Guardo silencio, impasible, mirando a la tele.
Dudoso: -"¿...reina mía?"
Yo: -"---".
Monsieur M., sudando un poco: -"¿Mi diosa?"
Lo miro con una amplia sonrisa.
A la porra el equilibrio emocional, la autoestima y la seguridad en sí misma. Contra unas piernas de veintiséis años largas y torneadas, nada como un poco de sana psicopatía conyugal.
Imagen de Ed Polish & Darren Wotz