viernes, 30 de enero de 2009
Tejas Terribles de limón. Como la vida misma: simples, pero no fáciles
jueves, 29 de enero de 2009
Los derechos del lector
Daniel Pennac, escritor francés que me cae especialmente simpático por varios motivos (escribió novela negra sin acomplejarse por ello, tiene grandes inquietudes pedagógicas, entre otras las de transformar la educación pública en una institución que dé una educación de calidad, sin masacrar al individuo), es un rebelde literario y pedagógico que de niño sufrió mucho intentando adaptarse a una escuela que no estaba hecha para él, y que si hubiera hecho caso a los obtusos profesores que lo desahuciaron del mundo cultural, nunca hubiera escrito cosas tan interesantes como "Comme un roman" ("Como una novela"), ensayo en el que estableció los derechos imprescriptibles del lector :
1. El derecho a no leer
3. El derecho a no terminar un libro
4. El derecho a releer
5. El derecho a leer lo que sea
6. El derecho al "bovarismo" (enfermedad de transmisión textual)
7. El derecho a leer en cualquier sitio
9. El derecho a leer en voz alta
10. El derecho a callarnos.
"El verbo «leer» no soporta el imperativo. Aversión que comparten otros verbos: el verbo «amar»... el verbo «soñar»"
martes, 27 de enero de 2009
Shut Up, Stop Whining, and Get a Life.
Nunca he sido capaz de soportar los libros de Richard Bach. Libros que me regalaron amigos que, por otra parte, considero encantadores e inteligentes. "Siddhartha" fue el libro que menos me gustó de Herman Hesse. Y Paulo Coelho me pone de los nervios. Cuando lo leo, me provoca urticarias, eczema, irritación aguda y un tic nervioso en el ojo izquierdo.
Cuando llegué por primera vez a Montreal, y monsieur M. me abrió la puerta del apartamento que compartiríamos durante un año (hasta mudarnos a esta barraquita semiderruída y partir al gran norte poco después), lo primero que hice en cuanto me dejó una hora sola fue echar un vistazo a sus estanterías. Que una cosa es el flechazo, y otra muy distinta vivir con alguien, y descubrir que es un psicópata obsesionado por la pornografía zoófila, o que sólo lee a Bárbara Cartland, o que no lee, punto. Eso para mí es el punto sin retorno. Cuál sería mi sorpresa al ver que, entre sus abundantes volúmenes de filosofías orientales y budistas diversas, entre títulos como "El libro tibetano de la vida y de la muerte", o "El infinito en la palma de la mano", "Koans zen", o incluso "El Corán" o "Historia de las religiones", se escondían cosas como "Los hombres vienen de Marte, las mujeres de Venus","El arte de la soledad", o el gran hit quebequés: "Père manquant, fils manqué".
El primero que compré - y el único que terminé- fue por su título provocador y un poco punky: Shut Up, Stop Whining, and Get a Life. ("Cállate, para de quejarte y búscate la vida").
domingo, 25 de enero de 2009
Los pequeños placeres
viernes, 23 de enero de 2009
Mulligatawny vegetariano
Ahí va:
MULLIGATAWNY VEGETARIANO
(para 4 personas, más o menos, pero yo y las cantidades... bof)
Ingredientes
- 1 cebolla pequeña picadita
- 4 dientes de ajos picados finos
- medio pimiento rojo en daditos pequeños
- medio pimiento amarillo o naranja, en daditos (si no los encontráis, uno rojo entero)
- 1 tomate grande, cortado en cubos
- 1 batata, 1 boniato o una taza de calabaza pelada y cortada en cubos
- 1 zanahoria, cortada en pedacitos
- caldo de pollo al gusto (en su defecto, un cubito de caldo, pero yo prefiero el caldo en brik de Campbells, no sé si existe por allí...), de verduras si queréis que la receta sea vegetariana de verdad
- dos o tres tazas de espinacas o acelgas, cortadas en tiras no muy finas
- 1 manzana mediana, pelada y cortada en dados, regada con un chorrito de zumo de limón
- 1 taza de lentejas rojas (ver foto; las verdes también sirven, pero tardan más en cocerse y el sabor no es el mismo, las rojas son más dulces)
- zumo de medio limón
- 2 cucharadas de té de jengibre fresco, bien picadito
- 2 cucharadas de té de cilantro fresco, picadito (opcional)
- 2 cucharadas de té (o 3, si os gusta bien especiado y no es muy picante) de pasta de curry (ver foto) , o de curry en polvo
- 1 cucharada de té de comino molido
- 1 cucharada de té de cúrcuma
- sal y pimienta al gusto
-yogur natural no azucarado para servir, o un chorrito de leche de coco (opcional)
(Estos ingredientes son para hacer el mulligatawny "a la Arantza", pero podéis variar en función de lo que tengáis por el frigo: berenjenas, puerro en lugar de cebolla...).
Preparación
Servir con una cucharada de yogur por encima, o sobre un poco de arroz blanco si es plato único, y un disco de Ravi Shankar de fondo si queréis la experiencia sensorial completa . Antes de probar la primera cucharada, husmear el humillo fragante que despide.
miércoles, 21 de enero de 2009
Escultura inuk
Los materiales utilizados en este soberbio arte popular suelen ser los que se encuentran fácilmente en el gran norte: el marfil de los colmillos de las morsas, las astas de los caribúes, la esteatita, también llamada jabón de sastre, porque es una roca blanda que se utiliza para hacer las piedras con las que las modistas marcan la tela, y que puede ser pulida hasta alcanzar esa suavidad y ese brillo tan característicos de este tipo de escultura.
Para terminar esta entrada, y si los fríos invernales os dan ganas de adentraros más en esta cultura interesantísima y tan desconocida, unas cuantas sugerencias de cosas que he leído y visto:
- la sugerencia cinéfila: las películas "Atanarjuat", del director inuk Zacharias Kunuk, y "The snow walker", del canadiense Charles Martin Smith. La primera es mejor que la segunda (en mi opinión), quizá porque el punto de vista no es "blanco". Pero el que se anime a verla está avisado de que para disfrutarla es mejor tener un entrenamiento previo de aguerrido espectador de documentales antropológicos y de cine de autor.
- el clásico de la literatura quebequesa "Agaguk", de Yves Thériault.
- "L'île de Tayara" ("La isla de Tayara"), de Jean Désy. No parece existir una traducción en español. Escrito de forma simple y sobria, casi puede ser considerado como literatura juvenil (esto puede animar a los que quieren practicar un poco el francés, leyendo algo no muy complicado), pero la visión de Nunavut a través de los ojos de una adolescente que se instala allí con su padre permite formarse una imagen del norte diferente a la que nos dan los documentales.
- el extremadamente interesante libro del etnólogo Jean Malaurie, "Los últimos reyes de Thule", que habla de la vida de los inuit groenlandeses, una cultura muy similar a la de los inuit canadienses. Probablemente más fácil de encontrar en francés.
- si os apetece buena ficción policiaca, con interesante información sobre Groenlandia y remarcablemente bien escrita, la novela "La señorita Smila y su especial percepción de la nieve", del danés Peter Hoeg. También existe una adaptación cinematográfica. Para leer bien arrebujado bajo el edredón.
Sobre todo en estas latitudes.
******************
* NOTA (un añadido de última hora, que va bien con el tema ártico):
Esta semana he empezado a leer una novela de Dan Simmons: "El Terror". La estoy leyendo en inglés, pero veo que ya existe una traducción en español (y para los amigos de Quebec, acaba de salir en francés, a un precio bastante escandaloso).
A pesar de su título (que proviene del nombre de un barco), no es exactamente una novela de terror, sino una novela gótica. Está basada en un hecho histórico, la segunda expedición de John Franklin en 1845 al archipiélago ártico canadiense, en busca del paso del Noroeste. Ésta es una de esas veces en las que la realidad supera ampliamente a la ficción: la expedición de Franklin , que constaba de dos barcos, el Terror y el Erebus, quedó atrapada durante dos años en los hielos árticos (en busca de un paso que aún no existía, a falta de calentamiento global). Se cree que la tripulación murió de una mezcla de tuberculosis, inanición, envenenamiento por plomo y botulismo (a causa de las conservas que transportaban como víveres), escorbuto y, finalmente, canibalismo (esta hipótesis ha sido formulada tras encontrar y examinar los esqueletos de la tripulación), motivado probablemente por las horribles condiciones en las que subsistieron los marinos.
Como veis, Dan Simmons no necesitaba añadir mucha ficción a la historia para que resultara aterradora. El tema no es de una alegría terrible, pero siempre me han fascinado las historias de expediciones árticas. Acabo de empezar a leerla, así que aún no me he formado una opinión, pero el tiempo aquí es perfecto para acompañar este libro.
En la barra de video os dejo (durante un par de días), un poco de música inuit: los juegos o cantos de garganta .
domingo, 18 de enero de 2009
Yes, pecan! cinnamon buns
jueves, 15 de enero de 2009
Mac & Cheese
(No fui capaz de terminarme el plato. Hice la foto, los probé y los tiré. Todo sea por la ciencia.)
Los mac'n cheese caseros, hechos con queso de verdad, con su parmesano y su costra de pan rallado por encima. Gratinaditos. Reconfortantes.
miércoles, 14 de enero de 2009
Todo lo que usted siempre quiso saber sobre la vida sexual de los quebequeses (y nunca se atrevió a preguntar)
Mamá, deja de leer ahora mismo si quieres ahorrarte el bochorno de tu vida.)
Yo, muertita de curiosidad, ya que Lady D. es una de mis pocas amigas solteras, con lo que se supone que tiene que llevar una vida apasionante de vicio y esplendor: -"Bueno, ¿Y ese amante-amigo que te habías echado últimamente? ¿La cosa progresa?"
Lady D.: -"Chica, no. La cosa murió antes de nacer."
Yo, decepcionada: -"¿Por qué? ¿Cómo? Yo creía que os habiais visto ya varias veces, hasta te había invitado a dormir en su casa..."
Lady D.: -"Cuatro veces, para ser exactos. Tampoco es como si ya hubiéramos planeado todo nuestro futuro juntos. Me dijo que yo le gustaba mucho, que le parezco una persona simpática, atractiva e interesante, pero que finalmente no cree que esté listo para un compromiso, blahblah,blah. Ya sabes, lo de siempre. A las mujeres en la cuarentena ya no nos apetecen tanto las aventurillas esporádicas, en las que hay que empezar de cero cada vez, -por no hablar del sexo, que es un horror cuando monsieur no te conoce- y ellos... se han acostumbrado a vivir solos y si les das a elegir entre hacer conversación para conocer mejor a una mujer, y ver el hockey en calzoncillos, rascándose alegremente, la segunda opción les parece más tentadora."
Yo (asintiendo vigorosamente): -"Por no mencionar que en Quebec, casi todo el mundo a esa edad ya ha tenido una primera pareja, con los consecuentes retoños. Lo que complica aún más la cosa. Menos mal que tu retoño ya es grande."
Lady D.: -"Yessss, sir. Y dentro de poco, mi pequeñín se irá a vivir con su futura novia." Alzando la taza de té, en un brindis: -"Al trabajo bien hecho, y terminado."
Yo, prosigo, sabelotodo: -"Y claro, las mujeres, a partir de los treinta son un poco más maniáticas..."
Lady D., cortándome, glacial: -"Selectivas."
Yo: -"Y todo el mundo sabe que si un tío aún está solo a los cuarenta, es porque: a) es un freak insoportable, b) es un psicópata peligroso."
Lady D.: -"Ciboulette, Arantza, vale con los prejuicios, ¿no?"
Yo: -"Mujer, no me tomes en serio. Es que he visto mucho "Sex & the city". Bueno, pero al menos estos encuentros te permiten tener otras experiencias. Mejor sexo que Botox. Rejuvenece igual, y no conlleva una parálisis facial. Ahora que la ceremonia de los Oscars se acerca, yo sigo pensando que las mujeres en los cuarenta deberían ser capaces de mover las cejas."
Lady D.: -"Tampoco mitifiques lo de la soltería a mi edad. Más maduro no significa necesariamente mejor amante ni personalidad más fascinante. A menudo significa que si tienen un gato, y una es alérgica, y se llega al estadio ese de la relación de «tu gato o yo», eligen al gato."
Yo: -"Ya, bueno, pero la variedad, la adrenalina de la conquista, el exotismo, la aventura..."
Lady D.: -"Oye, que suenas como esas mujeres casadas de las telenovelas. ¿Aburrimiento marital habemus?"
Yo (sonrojándome): -"No, no, en ese aspecto no me puedo quejar. Pero oye, ya sabes que yo soy muy púdica. No me importa airear y comentar hasta el menor detalle de TU vida sexual, pero no de la mía".
Lady D.: -"Qué rica. En serio, ¿pasáis por un bajón? Tras diez años juntos, es un poco normal que de vez en cuando haya un bache, ¿no?"
Yo: -"No, la verdad es que todo va bien. Ni siquiera tengo que recurrir a esos trucos absurdos como disfrazarme de institutriz inglesa y atizarle con una regla. Pena, porque conociéndome, hasta me haría gracia." Hago una pausa, soñadora...
Lady D.: -"Así que la monotonía se ha instalado?"
Yo: -"No, si los dos somos bastante, ajem, creativos, no hay peligro de que la monotonía se instale."
Lady D., curiosona: -"Creativos, ¿eh? ¿Y cómo de creativos?"
Yo (la miro, el entrecejo sombrío): -"Oh, ya sabes."
Lady D. se inclina hacia mí, ahora francamente comadre : -"No, no sé."
Yo: -" Juegos de rol. Moros contra cristianos. Rabinos y palestinos. Nos mola la tensión opositora. Y verle vestido de rabino me pone muy burra."
Lady D., un poco decepcionada: -"Ja."
Yo, ahora seria: -"Ya sabes que Monsieur M. es mayor que yo, vivió los salvajes 70 con edad de merecer, y como que eso le calmó bastante. También le dejó ese relentillo flower power que tiene él, ya sabes, lo de ser natural, y zen, y comulgar con el universo. Vamos, que por esforzarme, ni siquiera es necesario que me depile. Las primeras mujeres con las que pudo experimentar no sabían lo que era una axila depilada. Quememos los sostenes, etc, etc."
Lady D.: -"Mmh."
Yo: -"En fin, que con ducharme, es suficiente. Y no estoy segura de que ni siquiera sea un requisito necesario."
Lady D.: -"Mon amour, estoy lista. Me he lavado. Romántico."
Yo (cada vez más incómoda): -"Jolín, dicho así... En serio, lo de tener como pareja un ex-hippie tiene muchas ventajas, y no sólo lo de la depilación opcional. Por ejemplo, no hay riesgo de que se vuelva adicto a la pornografía."
Lady D., súbitamente interesada: -"¿Ah, no?"
Yo (sintiendo que estoy dando muuchos más detalles de los que me había propuesto): -"No. La única vez que le llamé para echar un vistazo a la pantalla del ordenador, para mostrarle unas fotos bastante instructivas sobre las que caí mientras buscaba recetas con calabacines..."
Lady D., escéptica: -"¿Recetas? Con calabacines, ¿eh?"
Yo: -"No me mires así, que es verdad. Tú no sabes lo que te puede salir como resultado cuando buscas en Google algo así, en inglés."
Lady D., aún escéptica: -"Ya."
Yo: -"Noo, DE VERDAD. Argh, cómo eres. El caso es que le enseñé la página «Johnnyboy and his huge zucchini» y-"
Lady D.: -"Ya veo que el adicto al porno en internet no es ÉL..."
Yo (gruño, exasperada): -"Que nooooo. Y él va y se me arranca con el discurso de que es lamentable la explotación femenina en ese tipo de industria, que si tratan a las mujeres como objetos, de forma degradante y machista..."
Yo: -"Ya. Yo sabía que en nuestra pareja había un feminista, y ahora resulta que es él. Así que el discurso igualitario, como que le quita picante a la cosa de las pelis guarras. Y ahí es cuando se nota más lo de la diferencia de edad. Yo he sido adolescente en los ochenta. He crecido apreciando el lado trash de la vida. Las permanentes, las medias de rejilla, la ropa de vinilo, el pintalabios negro y el eyeliner unisex. Él llevaba el pelo hasta la cintura, hacía tai chi y tejía su propia ropa."
Lady D.: -"Y cuando queréis aderezar un poco la vida íntima, si no tenéis grandes perversiones y el porno está excluido, os queda..."
Yo: -"«El Tao del arte de amar»." Pausa.
Lady D., escueta: -"Ah."
Yo: -"Y «Lo mejor del arte erótico japonés». «Tus chakras del amor»."
Lady D.: "----"
Yo: -"Si te ríes, te sacudo."
lunes, 12 de enero de 2009
La amabilidad de los ¿desconocidos?
Otra causa del origen de este engendro escrito que aún sobrevive es el bloqueo monumental que experimentaba mi tesina en la época (ahí le ando, no creáis).
A las dos amables "desconocidas" que menciono en el título, parafraseando a Blanche en "Un tranvía llamado deseo" (y casi en su mismo estado de decrepitud mental, todo hay que decirlo), no sé muy bien qué decirles, salvo: ¿qué he hecho yo para merecer esto? En el mejor sentido de la frase.
Y gracias. De verdad. Y no sólo por los regalos.