miércoles, 13 de enero de 2010

Mudanza



Año nuevo, etapa nueva. Como ya os anuncié tras terminar de revolucionar el mundo de la lingüística, aprovecho el inicio de la década para hacer grandes cambios : la cocina montrealesa se muda.

Con el tiempo, me he encariñado con esta cocina y con sus grifos que gotean, sus tuberías que amenazan con explosiones inesperadas, sus azulejos retro que son capaces de camuflar cualquier cosa que se caiga al suelo (hace un mes se me cayó una zanahoria y aún no la he encontrado). Incluso me he encariñado con el título de este blog, elegido a todo correr y que nunca ha terminado de gustarme. Yo que siempre he pensado que a un mal título sólo puede seguir un mal libro. Pero necesito un cambio.

Como mandan las tradiciones en Quebec, en este país en el que la mudanza se practica una vez al año y se ha elevado a la categoría de deporte nacional, empaqueto la vajilla en papel de periódico, saco las cajas de cartón, cierro el portátil, lo cargo todo en el camión y cambio de aires.

Más recetas y delirios montrealeses aquí. El espíritu es el mismo, el título es mejor (creo), sólo es un cambio de decorado. Nos vemos.