jueves, 28 de febrero de 2008

Northern Exposure

Sí. yo era una fan de "Doctor en Alaska". ¡Todavía lo soy!

Para los que os preguntais hasta qué punto esto se parece a Cicely, Alaska... pues no mucho, la verdad. Al menos, no Montréal. Cuando viví más al norte, en Sept-Îles, aquello sí que era más "pueblo de locos". La gente salía a la discoteca en motonieve, había un bar country y una reserva india. Me tomaba un café en el Tim Hortons (ya os contaré lo que es, otro día), y todos los hombres tenían la gorra de béisbol como adherida al cuero cabelludo, y llevaban camisa de cuadros.

La temperatura, sì que se parece (21 bajo cero esta mañana, ¡mmm!). Pero, indudablemente, Montreal no es Alaska. Para empezar, se habla francés. Y lo de encontrarse alces en plena calle... eso sólo pasa en el Québec rural, y en pleno monte. He tenido el placer de tropezarme con uno un par de veces. No, no tengo fotos del evento. No tengo el reflejo reportero, lo único que se me pasó por la cabeza fue: "A ver si no se va corriendo, que pueda verlo bien..." "Cara bobalicón, oyes" y "¿Esto mocha*?"

Pero en mi patio trasero o en mi barrio sí que se ven mapaches, marmotas, mofetas -ésas se huelen, principalmente-, ardillas y otros marditos roedores. Las mofetas producen un efecto calmante. Me explico: cuando una se cruza en tu camino (normalmente pronto por la mañana, cuando vas para el metro, o tarde por la tarde), te caaaalmas. No haces gestos bruscos, no hablas, no estornudas, no NADA. Los mapaches son los reyes de la comida basura: siempre andan sumergidos en las papeleras, lo que ha obligado a la gente que vive en las afueras a utilizar unos cubos de basura con tapa y pestillo.

Para seguir en el mismo tono folklórico, os he sacado una foto del atuendo invernal básico, un día como hoy: mi parka, gorro, manoplas, bufanda y botas. La ropa interior larga estilo los Dalton la he ido dejando (sólo para días de esquí o raquetas), ya que el metro es una sauna.

En la calle en invierno, la silueta desaparece. El "look"invernal es muy democrático: todos somos igualmente rechonchos e irreconocibles.
Espero no haberos aburrido con esta "slice of life". Saludos nòrdicos.

*(Mochar: dialecto de La Arboleda para "embestir, cargar")

Elemental, Hercule

Receta de sopa de pollo de urgencia:
  1. Pòngase agua a hervir en kettle (eléctrica, he sucumbido a la comodidad. Aunque me sigan gustando más las "whistling kettles")

  2. Àbrase sobre de sopa de pollo instantánea -instantáneamente mala- marca Lipton "cup-a-soup". Espolvorear enérgicamente en tazón, preferiblemente de aspecto rústico.

  3. Estornudo. Traguito de Tylenol lìquido antigripal, "pour le jour". Con "cool burst sensation" (sabor a menta).

  4. Viértase agua hirviendo sobre polvo amarillo de aspecto radiactivo. Un poco como ese polvo de azufre que algunos psicópatas espolvorean aún en las paredes de mi ciudad española natal, para impedir a los perros que dejen su opinión sobre ellas. Agìtese furiosamente. Ni en el bol rùstico se parece en nada a la sopa de verdad. Viértase todo por el fregadero, con gesto de asco.

  5. Echar mano en congelador de caldito de pollo natural, congelado en un arranque de loca economìa doméstica, o en su defecto buscar en la despensa una caja de caldo de pollo pseudo-natural en brik "Campbells". Ponerlo a hervir en una cazuela.

  6. Estornudo. Chutito de "Vicks, spray nasal". Aquì también existe.

  7. Cortar en daditos dos zanahorias, una rama de apio y esa cosa lacia irreconocible del fondo del cajòn de verduras del frigo.

  8. Comprobar que no quedan fideos. Sin fideos, no hay sopa. De hecho, tampoco hay pollo. Plantearse llamar a su madre para pedirle envìo trasatlàntico de sopa de fideos, via Fedex.

  9. Madurar un poco.

  10. Considerar la posibilidad de peinarse, lavarse la cara, los dientes, calzarse las lentillas, vestirse (lo cual supone quitarse el pijama y ponerse la parka, gorro, bufanda, guantes, botas incluìdas), palear la nieve que bloquea el coche y conducir hasta la granja orgànica de pollos màs pròxima, para hervir pollo criado de forma medioambientalmente responsable.

  11. Ataquito de tos. Riiiiiiiicola.

  12. Decidir que un PBJ (peanut butter & jam) sandwich probablemente también està lleno de virtudes antiinflamatorias y que refuerza el sistema inmunitario. Comérselo con un librito de Agatha Christie delante.




miércoles, 27 de febrero de 2008

Uno, dos, tres, cuatro...



Uno, dos, tres, cuatro copos y todos deben haber caído aquí la noche pasada -y durante este invierno quebequés-. Siento destruíros el mito, pero parece ser que los copos de nieve no son únicos (otro golpe para el ego). Esta falta de originalidad de la madre Naturaleza incluso ha sido documentada: parece ser que la Sociedad Metereológica Americana informó en 1988 que, en Wisconsin, Nancy Knight, del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, había descubierto dos copos idénticos. Bravo, Nancy. Pero podrías haberte dedicado a otra cosa. Con tu descubrimiento, es como si hubiéramos perdido algo, (sigh!).
Como toda respuesta depende del punto de vista que uno adopte cuando formula la pregunta, hay físicos que piensan que la unicidad de los copos de nieve depende de lo que uno considere como un copo. Si consideramos los copos infinitamente pequeños, a ese "nanonivel" es más fácil encontrar dos iguales. Así que sólo los "nanocopos" se repiten. Pero la combinación de cristales que cae en la manopla cuando tendemos la mano en un día de invierno en Québec es "grande" y compleja, y es extremadamente improbable que dos copos sean exactamente idénticos. ¡Viva!
Aún queda un halito de misterio en torno a los copos : su simetría. Hay un par de teorías, pero no explican la simetría de todos los tipos de cristales de nieve. Para los que tienen mucho tiempo libre, hay una clasificación de los copos y las diversas formas que adoptan un poco por todas partes, pero ahí va una buena: http://en.wikipedia.org/wiki/Snow
Sin embargo, parece ser que la mayor parte de los copos no son exactamente simétricos. Los que vemos en las fotos lo son, porque nuestro sentido estético es clasicón y el ojo nos pide equilibrio. Pero los copos más comunes son irregulares, imperfectos. Eso casi me consuela del hallazgo de Nancy.
Para los que no pueden ver todo un catálogo de estas estrellas blancas desde la ventana, como yo esta mañana, podéis ver fotos bonitas en http://www.its.caltech.edu/~atomic/snowcrystals/primer/primer.htm , y aprender todo lo que hay que saber sobre la nieve.

Si después de leer esto estáis un poco perplejos... SI, yo era una de esas crías a las que les gustaba abrir la enciclopedia y leer algo al azar. Y ya que aquí tenemos que soportar la nieve como mínimo hasta finales de marzo, al menos hay que encontrarle su encanto.

Hoy no me apetece cocinar, así que me haré una sopa de pollo de urgencia, que en esta parte del continente americano tiene la reputación de curar todos los males. Atchoum! Os dejo una canción para contar copos.

http://www.listentofeist.com/video

(Id al video de "1,2,3,4". Dedicado a los que, como yo, crecieron en los 80.)

martes, 26 de febrero de 2008

Abs of steel, buns of cinnamon

Nieva. Tengo catarro. Mi tesina está tan bloqueada como el tráfico en el puente Jacques Cartier, que une la isla de Montréal con las afueras. En fin.
Como mi congestión -intelectual y bronquial- me impide ir a correr hoy, me he decidido por hacer el no va más de la guarrería reconfortante norteamericana: cinnamon buns. Parece ser que el origen de este tipo de brioche es holandés, pero no estoy segura. Como dice Cathy: "Abs of steel, buns of cinnamon".


Antes y después de meter al horno. Tadaam!!!

Normalmente estos buns se toman con un "buen" café filtro, pero como no estoy para muchos trotes, he decidido probar mi obra con un té de lujo: Kousmichoff, el aristócrata de los tés rusos. El mío es el St. Petersbourg, en la caja está descrito como un "Mélange de thé de Chine aromatisé aux essences naturelles de fruits rouges, agrumes, caramel". Entre la nieve de hoy y el resfriado, me da pena no tener un samovar para infusármelo. Nada que ver con esos tés aromatizados que huelen a ambientador. Éste es un té sutil, elegante, decimonónico. Y acompaña bien el Tylenol antigripal. :-)

Lunes bastante invernal



Empiezo un blog. Uy.

La razón no es nada especial, un catarrillo invernal. Y que el invierno empieza a hacerse largo en Québec. Dos bajo cero hoy, ¡esto aquì es calor!

No sé si podré ser una asidua bloguera. Leo un par de blogs de amigos, personas muy cercanas, reales, no virtuales. Pero pensar en mí escribiendo uno, me parecìa de un egocentrismo terrible. No es falsa modestia, es el simple hecho de que no creo que lo que escribo pueda interesarle a nadie. Así que os aviso: este blog no será alimento para voyeurs, porque soy de un británico terrible en lo que concierne a mi vida privada. Pero sí que será muy personal, porque hablaré de todo lo que me gusta, de todo lo que me llama la atención, de todo lo que me hace feliz, con la minúscula esperanza de que pueda "solear" el dìa nublado de la persona que lo lea. Si queréis saber de qué voy a escribir, echadle un vistazo a mi perfil, y os darà una idea.
Por cierto, también soy una minusválida tecnológica, así que mil perdones por los acentos graves que vais a encontrar de vez en cuando (escribo con un teclado francés). Dadme un momentito para encontrar mis letras castellanas.


Y como muchas veces leemos para no sentirnos solos, pues eso, estáis un poco menos solos que antes. Coucou de Montréal. Y cof, cof.