domingo, 15 de marzo de 2009

Ensalada autóctona de salmón

("Salmón". Grabado de un artista haida: cultura amerindia de la costa pacífica del Canadá)

El salmón es uno de los productos autóctonos del Canadá. Como este enorme país extiende sus tierras coast to coast, se encuentran dos variedades de este sabroso pescado: el salmón atlántico y el salmón pacífico (me recuerda ese poema tan bonito de Benedetti, "Nuevo canal interoceánico". No tiene nada que ver con la cocina, pero qué suspiros me ha arrancado en otros tiempos, Benedetti...).

Prosigo: ante las declaraciones de monsieur M. y otros quebequeses "de pura lana", que afirman preferir una variedad u otra (salmón del Pacífico, o del Atlántico en el caso de monsieur M., que afirma que es "menos graso y empalagoso"), he hecho un par de indagaciones, y he llegado a la conclusión de que quizá no sean manías suyas: el salmón pacífico se reproduce sólo una vez en toda su vida, mientras que el atlántico emprende su viaje heroico remontando el río cada año. Vamos, que hace más ejercicio. Siempre que no venga de una piscifactoría, claro. En cuyo caso, pasa toda su vida comiendo pienso sintético y viendo el Superbowl en la tele.

Distinciones aparte, el salmón es excelente para la salud (lleno de ácidos grasos omega-3, estupendos para el corazón, el cerebro, e incluso hay algún que otro estudio que demuestra posibles efectos antidepresivos), está muy bueno, y ya que tengo la suerte de vivir en un país donde es barato, pues vengan esas recetas con salmón fresco y ahumado.

La receta de esta ensalada de rúcula, lentejas y salmón ahumado proviene de un blog culinario quebequés que admiro: La mitaine écarlate. Fannie, la autora, está siendo propulsada a una mini-celebridad, acaba de aparecer en el programa de Daniel Pinard (mi chef quebequés preferido, un auténtico gamberro) y va a publicar un libro de recetas bio en Francia, junto con otras amigas blogueras.

Lo que me gusta de la cocina de Fannie es que es sana, sin ser integrista (usa azúcar, no es vegetariana aunque propone muchas recetas con verduras, frutas, legumbres y cereales, y no todo tiene que ser bio-puro-santificado-bendecido), vamos, que su filosofía de la nutrición y la cocina está muy en consonancia con la mía. Fannie es también innovadora: sus recetas son creación propia, algo que envidio sobremanera. Yo en cocina soy una intérprete correcta, pero nunca seré una compositora.

La particularidad de esta ensalada es que se sirve "tibia": hay que pasarla por el grill. El único cambio que hice a la receta (aquí, en francés) es añadir un poco de queso de cabra cortado en lonchas finas (no aparece en la foto, se me ocurrió en el último minuto antes de servir, y ya no había luz natural, intento no tomar fotos con luz artificial, o todas las recetas resultan amarillas), y, en mi opinión, mejoró una ensalada que ya de por sí es suculenta.


6 comentarios:

La Lupe dijo...

Anoche cené fuera, y sin darme mucha cuenta pedí salmón ahumado de primero y salmón a la plancha de segundo. De postre, me dijeron, no tenían nada de salmón. Qué gente más aburrida.
Lo del "natural pacífico" de Benedetti también me ha gustado mucho siempre.
This is getting uncanny...

Ana dijo...

Qué gusto que el salmón atlántico te haya hecho pensar en el natural pacífico de Benedetti... porque yo no conocía este poema que acabo de anotar en mi libreta negra de las cosas bonitas.
Ahora mismo me zambullo en el blog de la Mitaine écarlate, también.
¡Gracias, salá, por los dos descubrimientos! ;)

The Intercultural Kitchen dijo...

Qué curioso, hace un par de semanas compré una atacada de salmón que llevo comiendo desde entonces... y ahora mismo me voy al congelador a ver el océano que le atribuyen... qué inconsciente yo, no fijarme en eso ;-D

Anónimo dijo...

Gracias, yo tengo salmón en el congelador. Lo marinaré y lo usaré con una bolsa de rúcula que anda paseandose por el frigo.
Me voy a ver el blog de Fannie. Gracias

Ginebra dijo...

Ay, madre, que yo nunca le había preguntado al salmón de dónde venía.

Arantza dijo...

Lupe: yo ya empiezo a pensar en interrogar a mi madre. Primero Noema, y ahora tú...

Ana: eso de descubrirte a Benedetti es todo un regalo. A mí me lo descubrió mi amigo Iñaki, y todavía le estoy agradecida por ello. En cuanto a la "Mitaine", yo creo que además de sentarte bien, te va a gustar.

Noema y Ginebra: bueno, a salmón congelado, no le mires el diente... o así. Saber ese tipo de cosillas viene siempre bien para ganar al Trivial :-)

María: de nada, la de cosas que yo aprendo leyendo blogs, encantada de pasar información... y que rule, que rule ;-)