viernes, 27 de marzo de 2009

Bread alone / Pan sola, sólo pan


Sigo con los experimentos panaderos, que parecen engordar menos que mis experimentos reposteros. Aún no me atrevo con técnicas más avanzadas (como las de Lepard o las de Reinhart), en parte por falta de tiempo para ocuparme de amasar durante el día, y en parte porque el método "cinco minutos" funciona tan bien, que por el momento prefiero probarlo con diferentes recetas y diferentes harinas.
En la barraca montrealesa no somos muy integristas de nada, si acaso, de lo integral. Por salud, y por sabor, y sin proponérnoslo, fuimos dando el cambiazo lentamente a todos los alimentos compuestos de cereales que entraban en nuestra despensa, hasta que un día nos dimos cuenta de que lo único blanco que quedaba en ella era el arroz. Tenemos arroz integral, pero para algunas recetas, como que no acabamos de radicalizarnos lo suficiente... como por ejemplo, para un arrocito con leche.

Mis primeras pruebas panaderas han sido con harina blanca, y ahora empiezo tímidamente a introducir la harina integral. Este pan contiene mitad y mitad, y la textura no resultó seca ni pesada (como me temía), a decir verdad, su corteza crujiente y estilo ciabatta y la miga tierna han salido mejores que las de la mayoría de panes integrales que compramos por aquí.

Contra todos mis pronósticos, lo que más problemas me está dando no es la textura ni el sabor, sino la forma, la presentación. He tenido varios momentos críticos y blasfemadores intentando pasar la hogaza de pan leudada al horno caliente. De hecho, esta "chapata" no era tal en un principio. Era una hogaza redonda, que se quedó pegada a la bandeja y rodó de mala manera dentro del horno.

Tras contemplar mis dificultades logísticas -y oír mis sonoras blasfemias-, monsieur M., loco del pan y primer fan de mis productos, corrió a su taller de carpintería, y con sus dotes de dios del bricolaje me fabricó la pala panadera que véis abajo.


Esta pala, junto con la piedra de hornear que acaba de llegar, van a mejorar ostensiblemente mis panes. Eso espero. Si no, siempre me puedo servir de ellas como armas de autodefensa.

Termino este post con la novela que hizo que mis ganas de hacer pan pasaran de ser virtuales a reales: "Bread alone". Si cuando la leáis no termináis haciendo pan, es que sois inconmovibles.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Wow! Toda una panadera! Y Monsieur M, todo un mil-usos!! Tendré que caerte pronto para probar esos deliciosos panes. O por lo menos para oler tu casa!
Felicidades por el pan (una vez màs!)
E

Pilar - Lechuza dijo...

Pues para no estar muy familiarizada con las tecnicas panaderas, te ha quedado un pan fantástico!! Bueno y tu McGiver particular me ha cautivado con esa paleta...Espero con ansia tus futuras recetas con la piedra y la pala nuevas.

Lolah dijo...

Yo quiero una palica de esas!
Aunque me has dado una idea...tengo a mano a un ex-carpintero al que voy a lanzar alguna indirecta...
Hacer pan es una de las cosas más gratificantes de las que se hacen en la cocina, no te parece?
Un besico.

The Intercultural Kitchen dijo...

¡Chica, a un hombre que te fabrica esas palas de pan, no le dejes escapar! Aliméntamelo bien. ¿No os conoceríais en una tienda de bricolaje, no?
El pan te ha quedado fantástico, y me imagino que estaría igual de bueno que lo que parece. :-D

La Lupe dijo...

Luego estamos las que somos perfectamente conmovibles, vamos, las que tenemos corazón, pero no tenemos horno digno de tal nombre... O más bien habilidades para manejarlo... Yo ahora le hablo al mío. No en plan "calienta bien, cerdo asqueroso", sino en plan "¿tienes algo que transmitirme, oh, ente de otro mundo?".

Le hago la ola a Monsieur M. Es preciosa la pala.

Ginebra dijo...

Emmm... llámeme hereje pero yo le tengo echado el ojo a una máquina panificadora de ésas del LIDL... ¿sabrá rico?

Anónimo dijo...

Yo ya he hecho el pan "cinco minutos" con varias harinas y salvo una ocasion que me quedo un pan muy rico pero demasiado denso, hasta ahora estoy encantada (mi marido más!). Lo malo de esta masa es que es mala de trabajar la jodia, y a mi me paso lo contrario que a ti, lo que iba a ser "casi barra" acabo siendo...hummm....casi hogaza! jajajaj pero riquisima. Si ya tienes piedra, prueba la pizza, sale buenisima, crujiente y con sabos a masa de verdad...y ya puestos horneate unos panecillos de sesamo para desayunar!!!! estan de vicio...
Vaya, creo que no necesito el libro...se me nota la "locura panadera", verdad? jajajaja

Un besazo

Maite

con Ka dijo...

¡Uau! Ese pan tiene una pinta buenísima, ni me he fijado en su forma. Sólo con ver la miga se nota que tiene que estar riquísmimo.
¡Y menuda pala, felicidades a Monsieur M! :D

natalika dijo...

¿¡Esa-pasada-de-pala-te-la-ha-hecho-tu-mozo?!

¡Boah!

Me uno a Noema: Aliméntalo bien y ponle, just in case, un grillete con cadena corta al tobillo...

A mi el mío no me cambia ni las bombillas (porque el pobrecico tiene vértigo y los 3,70 del techo le asustan...)...

A ver si estos días reintento el método "cinco minutos"... porque te ha quedao, una vez más

b o r d a d i t o ...

Anónimo dijo...

Oh!! Estoy con la "bouche" abierta.... Por el pan y por la pala. ¡Yo quiero unaaaa!

Miriam dijo...

Hace algún tiempo que sigo tu blog, me lo paso pera con él, pero creo que nunca me había atrevido a comentar (soy de natural tímida... juass).

Sin embargo, no he podido resistirme al ver esa pala tan maravillosa! Rediez! Como me dé por decirle a mi socio "mira qué cosas hacen otros maridos" acabo con mi pareja! XD

Saludos panaderos

CRIS dijo...

Pués tiene una pinta estupenda Arantza, y esa pala es de envidia,qué amañado que es Big Foot!, le ha quedado preciosa. Entre la novela (hay que conseguirla como sea),la piedra y la pala, el bread-making deber ser toda una experiencia mística.
Un beso

Arantza dijo...

Maleducada respuesta colectiva (mis más humildes excusas, pero es que es domingo y tengo una apasionante jornada de lavadoras por delante):
Que dice monsieur M. que mil gracias por los piropos a su trabajo carpintero (los ha leído todos, os lo juro); que por él, se prestaría a hacer palas por encargo y mandarlas, pero que sólo los portes desde Canadá os saldrían un imperio. Y que si compráis local siempre es mejor, por lo del recalentamiento planetario, del que él se niega a ser totalmente responsable. En defecto de comprar local, recomienda extorsionar a maridos-novios-compañeros manitas y habilidosos en carpintería. Me sugiere que una vida conyugal sin sexo funciona bien como extorsión, aunque recomienda dejar ese argumento para cosas más importantes, como la reforma de la cocina. Para algo simple como una pala panadera, amenazar con una tarde de compras puede ir perfecto -para la mayoría, aunque siempre hay algún varón desnaturalizado al que no le molesta :-)-.
Bienvenida a la tímida Miriam. Besos enharinados a todas. (E.: en fin de semana ando un poco menos tesino-maniaca, es el momento de venir a comer pan calentito ;-).

Ajonjoli dijo...

Arantza, que pala más bonita, ¡qué envidia!
Al mío lo que se le da bien es el dibujo (al menos me hace camisetas) pero para conseguir la pala me tuve que ir al sur de la isla, y sólo encontré una de metal....vale, la función es la misma, pero la tuya es mucho más bonita!
Si ya tienes pala y piedra, lánzate al fabuloso mundo de las pizzas. Ahí sí que se nota muchísimo la diferencia entre tener una piedra de horno o no tenerla ;)

Arantza dijo...

Ajonjoli: gracias por los consejos. La pizza ya se ha incorporado al menu semanal de esta casa. Es verdad que con la piedra el resultado es increíble. Monsieur M., adepto a la pizza, me quiere mucho más desde que la hago yo misma :-).