miércoles, 3 de septiembre de 2008

Saint-Vallier (II): la casita de Miguel y Claudia




El exterior de las casas de Saint-Vallier es muy bonito, pero tenía que mostraros el interior (al menos, una parte, la menos "íntima") de la casita de nuestros amigos Miguel y Claudia. (Arriba, de izquierda a derecha: flores del jardín, cobertizo de herramientas que hace las veces de taller de ebanistería de Miguel, vista trasera de la casa, girasoles en Quebec).

Espero que os guste poder asomar la nariz tanto como me ha gustado a mí.



Antigua cocina de leña, un modelo típico de Quebec. Si la comparo con la que había en casa de mi abuela, ésta es de lo más barroca.

Aunque la cocina de leña funciona perfectamente, y calienta los desayunos invernales, la nueva cocina, cuyos armarios son obra íntegra de Miguel, tiene todo lo que cualquier cocinillas podría desear. Ya os he hablado de lo estupenda cocinera que es Claudia.

Y de su horno salen cosas maravillosas, como estas barras de arándanos, avena y nueces.

7 comentarios:

Dispersa Desastre dijo...

GUAU...

Anónimo dijo...

Preciosas casas...debe ser una gozada pasear por ese pueblo, sobre todo en otoño.
Me hace gracia la cocina de lecha, si que es barroca!! yo recurerdo las de aqui (en mi tierra se llaman "bilbainas") y son muuuchoooo mas sobrias jajajaja...
Muy bonita casa, sencilla y calida. Tus amigos son afortunadas (y muy trabajadores bufff)
Un beso
Maite

La cuina vermella dijo...

Ostras! que guapada!!! parece un casa de muñecas!! y los girsoles, que envidia mas mala, malíssima..

Marona dijo...

¡Qué preciosidad! Me encantan las sillas, el balancín, la mesa de la cocina... ¡ay, la mesa de la cocina! Yo sé que algún día tendré una cocina así... aishhhh...

Arantza dijo...

Dispersa, Maite, cocineros bermejos y Marona: (la respuesta comunitaria es por la unanimidad de vuestros comentarios) Pues mis amigos son humildes profesores, no millonarios con acciones en el petróleo. Lo que hay en su casa es mucho tiempo dedicado a restaurarla, y mucho amor por el trabajo bien hecho. En cuanto a la mesa de la cocina... a mí también me chifla.

Pilar - Lechuza dijo...

Estoy de acuerdo con todo lo dicho. ¿pero nadie se ha fijado en ese maravilloso edredón de patchwork?? Lo quiero, lo quiero...

un besote desde Galicia

Arantza dijo...

Pilar- chouette ;-) eh, sí, el patchwork (o "courtepointe", como lo llaman en Quebec, es una labor muy tradicional en Norteamérica, que a mí también me encanta, he empezado mil y una colchas, y aún no he terminado ninguna. Y es que antiguamente se hacían en grupo, con lo cual, en labor comunitaria, era más rápido. Aquí es muy fácil encontrar estas colchas en ferias agrícolas, se venden para reunir fondos para los "cercles de fermières" o grupos de granjeras.