lunes, 1 de septiembre de 2008

Las casas de Saint-Vallier

El fin de semana pasado fuimos a visitar a una pareja de amigos encantadores. Estos amigos, llamémoslos Miguel & Claudia :-), viven en uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Quebec, Saint-Vallier. Lo de uno de los pueblos más bonitos no es sólo una afirmación mía, Saint-Vallier forma parte de la asociación de pueblos más bonitos de Quebec, y cuenta con un gran número de casas patrimoniales de los siglos XVIII y XIX. Estas casas están protegidas, ya que forman parte del patrimonio arquitectónico e histórico de Quebec.
Puede que a los europeos que me estén leyendo estas fechas no les parezcan nada demasiado antiguo, pero teniendo en cuenta que el geógrafo Samuel de Champlain comenzó a explorar el territorio de Quebec en 1603, e hizo que se construyera la primera casa -de la colonización- en 1608, la historia de los colonos europeos y su arquitectura en estas tierras es bastante reciente.

Las casas tradicionales de Quebec suelen estar construidas en madera, salvo las más antiguas, las de los primeros tiempos de la colonia, que solían hacerse en piedra. La madera utilizada suele ser cedro, por sus propiedades incorruptibles -de las que podrían tomar ejemplo muchos políticos-. El resultado son unas casas coquetas y sorprendentemente calientes en invierno, casas que dan un trabajo tremendo a sus propietarios, que deben repintar la fachada de forma regular para conservarlas en buen estado.

En Quebec se encuentra una mezcla única de estilos de construcción: las casas van desde el estilo rural francés del XVII, hasta el victoriano, depende de la región. No hay que olvidar que, aunque la provincia fue colonizada por los franceses en un principio, Inglaterra ganó su dominio y muchos colonos ingleses se instalaron en estas tierras. Con la cohabitación, los dos estilos terminaron influenciándose, lo que da como resultado unas casas únicas. Podéis ver la diferencia entre la arquitectura americana y la quebequesa echando un vistazo a las casas de Burlington, Vermont.

La casa de nuestros amigos tiene unos doscientos años. Y muchas horas de trabajo de las manos de Miguel y Claudia, que han pasado una buena parte de sus vidas restaurándola. Éste es el resultado:





Saint-Vallier también es el punto de parada de las ocas blancas migratorias, también llamadas ánsar del ártico, que en otoño eligen las orillas del río San Lorenzo a su paso por este pueblecito, para hacer un alto en su largo viaje hacia el sur. Los habitantes del pueblo saben que el invierno ha terminado definitivamente cuando las ven volver hacia el norte en primavera, hacia la Bahía de Hudson o Groenlandia, cubriendo enormes superficies de arena, volando en formación en "V" sobre los tejados de esta localidad en las estribaciones de los montes Apalaches.
En cuanto al resto de casas de Saint-Vallier, todas son dignas de foto y comentario. Así que dejaré las imágenes hablar por sí mismas.









10 comentarios:

Blanca Oraa Moyua dijo...

Bonito post.
Te he oído en el programa "Levando Anclas"; soy de Bilbao , vivo en getxo y estudié BBAA en la UPV, así que te siento cerca.
Te he puesto en mi blogroll.

La cuina vermella dijo...

Felicita a tus amigos, su casa es chulisima, de veras! Como siempre tu post esta tan bien escrito!! besos!

Arantza dijo...

Blanca: hola, artista ;-).Bienvenida a la cocina. Espero leerte por aquí de vez en cuando.

Cocineros bermejos: gracias, se lo diré. Los pobres han trabajado tanto para restaurarla, que los piropos son un poco el pago a tantos sudores. Un saludo.

Anónimo dijo...

Kaixo Arantza, Yo también te oí ayer en Levando Anclas mientras hacía el viaje d vuelta. Tanto a mi como a mi pareja nos diste mucha envidia, sana claro. A ver cuando organizo algún viaje por allí porq tiene q ser una pasada.

Agur

Anónimo dijo...

Qué interesante esta entrada, Arantza. Tiene que ser maravilloso vivir en un lugar así. Estoy deseando restaurar mi dichosa tarjeta de sonido para escucharte.

CRIS dijo...

Siempre me ha dado mucha envidia esta arquitectura vernácula en madera que tiene en USA y Canadá,y el mimo con el que cuidan su patrimonio y esa gama de colores que utilizan.Tienes razón que es muy curiosa la fusión de estilos arquitectónicos, gracias por compartir las fotos, es muy interesante.
Un saludo.

Hilda dijo...

Preciosas, absolutamente preciosas... a mi, me toca solamente verlas en foto o en tv... pero no dejo de admirarlas...
Afortunada tu que puedes "cansarte" de verlas, si es que eso es posible.

Muchas gracias y muchos besos.
Hilda

Arantza dijo...

Sergio: Pues kaixo, a tí y a tu pareja. Y sí, esto es bonito, si os animais a venir no creo que os arrepintais.

Vega: tampoco te creas, tengo una voz un poco como un saco lleno de grillos bajo los efectos de estimulantes (uy, qué metáfora más rara me ha salido, y sin fumar nada, oye), no muy agradable para la oreja. No como la tuya, que debe estar muy bien educada (je, je). Que conste que te he advertido.

Cris: gracias a tí, con lo que disfruto yo de tus fotos. Vamos, que si anduvieras más cerca te pediría un cursillito.

Hilda: gracias a tí, siempre sienta bien ver que lo que una publica le ha interesado a alguien. Yo tampoco me canso de ver estas casitas, tras un década viviendo aquí me siguen encandilando.

Unknown dijo...

Hola Arantza curioso porque tu nombre siempre lo he visto escrito asi Arantxa, pero bueno que me lío.
simplemente decirte que me encanta tu blog, lo he encontrado de casualidad y no se como pero ya me lo he guardado.
Me encanta el sitio donde vives se ve que es una ciudad preciosa y las casas, uf vaya casas que encanto tienen simplemente me he enamorado.
Un saludo desde las Islas Canarias. Me pasaré a menudo por aquí

Arantza dijo...

Motz: pues muchas gracias por apreciar el blog y por tu comentario. Pásate cuando quieras por aquí, en la cocina hay sitio de sobra ;-)