martes, 10 de junio de 2008

Rhubarb crisp / Croustade à la rhubarbe

Esta semana, impaciente por empezar a hacer recetas que suenen a buen tiempo, a calor y a tarde de verano, he preparado un rhubarb and strawberry crisp, o croustade à la rhubarbe et fraises. "Ruibarbo y fresas en costra", vaya. En inglés europeo también se suele llamar a estos postres con costra de avena crumbles.

Las fresas eran de California, y tenían una pinta tan bonita que me mandaron mi habitual boicot USA a tomar vientos. Y es que ya sabéis que yo tengo la ortodoxia bastante anémica, y la filosofía bastante fofa. Un cesto de fresas bien rojas, y olvido todas mis convicciones. Menos mal que no ejerzo ningún cargo público, se me podría corromper con una buena caja de bombones. Como decía Groucho Marx, "Éstos son mis principios. Si a usted no le gustan, tengo otros".

He aquí la receta. Su pasmosa facilidad es aún más pasmosa cuando se prueba el resultado, delicioso. Espero que sirva para reconciliar a una amiga con esta planta tan rica.

El ruibarbo era congelado (la temporada aquí es hacia el final del verano, en agosto). Esta verdura (porque es una verdura, aunque se cocine como fruta), se congela muy bien, ya cortada. También es muy fácil de cultivar, para los amigos españoles que tengan dificultades para encontrarla. Sólo debéis recordar que la única parte comestible es el tallo, -que se parece bastante al del apio, pero con un color rosa espectacular-, las hojas son tóxicas.

Utilicé muy poca azúcar, éste es uno de esos raros postres en los que cambiar bastante las cantidades de azúcar no afecta demasiado a la textura. Y en lugar de mantequilla, hice los "grumos" de avena con aceite de canola. La acidez natural del ruibarbo, y el hecho de que las fresas son primaverales y no veraniegas, hicieron que casi tuve que añadirle un chorrito de sirope de arce al servirlo.

A mí me gusta servirlo caliente, con una bola de buen helado de vainilla. El helado se funde al mismo ritmo que el corazoncito de mi quebequés de marido cuando le sirvo este postre. Si un día necesito pedirle algo terrible, como que me done un riñón o que cambie el color de las puertas de armario que se ha tirado dos días repintando, le plantaré primero un plato delante.

Monsieur M. recibió este postre con ovación. Y vuelta al ruedo.

12 comentarios:

The Intercultural Kitchen dijo...

¡¡¡Tú también!!! Jope, vengo de la cocina de Ibán con la mandíbula encajada por el ruibarbo y ¿qué me encuentro? Menos mal que una es muy tolerante y abierta (¡hala modestia!) que si no... brghrghb. Bueno, seré objetiva, la croustade tiene un aspecto estupendo, yo me comería el helado (jiji).
Un abrazo
PD 1: Me gusta el reloj que nos has puesto, sigue durmiendo ;-D
PD 2: Por tu culpa me he enganchado a Martha Stewart... me encantan los programas y esa imagen (para mí) tan "americana", tan a lo Desperate Housewifes!

Arantza dijo...

Noema: ésta es la receta que te dije que podía reconciliarte con el ruibarbo... en cuanto a Ibán, no nos hemos puesto de acuerdo, pero mira, dos recetas muy diferentes con el mismo ingrediente. El reloj me pareció buena idea por aquello de estar en diferentes husos horarios, podéis ver cuándo duermo :-). Pero publico en hora española, Para que veáis cómo sois importantes :-)(aunque también hay gente de "este lado" que sé que me leen).
Martha Stewart es tan americana como los fuegos artificiales del 4 de julio, pero precaución, hay que tomarla en pequeñas dosis, o terminarás estresándote porque tus servilletas no están plegadas en forma de lirio antes de tus comidas. Recuerda que ella tiene un equipo de "esclavos" que le hace todo eso. Otra cosa divertida de Martha es que, a pesar de haber pasado por la cárcel, se las ha arreglado para mantener esa pinta de ama de casa ultrainmaculada y conservadora. Aquí hubo muchos chistes sobre eso,mostrando "gags" en los que daba cursos de manualidades a las presas.
Un besazo, yo sigo sudando.

Arantza dijo...

... por cierto, que había olvidado poner el enlace a tu estupendo esfuerzo etimológico sobre esta ácida verdurita. ;-)

Marona dijo...

Jo, a ver si me repongo ya del trauma de mi crumble y vuelvo a prepararlo (algún día lo explicaré con calma).
Voy a empollarme la receta que propones, a ver si me hace reconciliarme con este postre.
Besos.

Lía dijo...

Ya tengo yo curiosidad por probar el ruibarbo...ultimamente parece que lo encuentro por toda la blogosfera. A base de verlo en múltiples recetas me ha entrado ganas de probarlo aunque en un principio mi único pensamiento era...porque hacen postres con pencas de acelgas??!

Arantza dijo...

Marona: esa receta es uno de los postres mas fáciles y agradecidos que he hecho nunca. Anímate, y aprovecha esas fresas autóctonas.

Lía: siempre puedes intentarlo con acelgas, pero yo no me hago responsable del resultado... :-)Si no encuentras ruibarbo, prueba a sustituírlo en esta receta por piña (fresca) bien escurrida,como tiene acidez y casi la misma textura, yo creo que funcionará.
Un saludo a las dos. Me voy a currar.

Anónimo dijo...

¡Qué buena pinta! Hace años que quiero probar el ruibarbo, me suena a dulce exquisitez anglosajona (del estilo de la mermelada de escaramujos y cosas así que me encantaría probar). Resulta que los ingleses importaban mucho ruibarbo de China (cómo no, ya tenía que salir la China, y ya ves, en el último post me abstuve de comentar las peonias que vi en la Ciudad Prohibida para no ponerme pesao). Los altos funcionarios de la corte de Pekín estaban convencidos de que sin ruibarbo, los ingleses morirían sin remedio, y que la vida de un país entero en los confines del mar de Occidente dependía de ellos.

Se me está haciendo la boca agua con tu crumble.

Arantza dijo...

Ander, pozo de sabiduría china: que nooo, que no te pones pesao, si en la entrada de las peonías, como que te andaba esperando ;-) Tú lo que das es la nota cultural-informativa que eleva el nivel de este blog pseudomarujón. Así que bienvenidos sean tus cuentos chinos :-)

Sara dijo...

Hola!!

Estoy totalmente de acuerdo con Noema, y el aire Americanodeloscincuenta de esa mujer... aunque roce el empalague, no lo puede evitar, ella es "asín"!!

Lo del crumble... nunca lo he catado, pero si a Mr. M le gusta... haré un esfuerzo (creo que a parte de buen "fabrique" tiene buen paladar!).

Besotes.

Anónimo dijo...

Bueno bueno, no se trata de "elevar" o que lo marujo sea "más bajo". Yo también me considero muy marujo y a mucha honra, tanto te puedo hablar de cocinitas como de poesía clásica china, si hace falta. Estoy encantado con tu blog.

Anónimo dijo...

El rubarbio... Me gustan el rubarbio fresco con... como se dice sel/salt en espanol?

Mi mama y su familia comeran (past??) rubarbio fresco con salt! ;-)

Pero tu "croustade" es muy mejor! Si, si!

Diane

Arantza dijo...

Sara: creo que monsieur M. va a sentirse abrumadísimo cuando se entere de que se ha vuelto una referencia gustativa. Y sí, Martha es lo que tiene, tan perfecta ella, me inspira aversión y me hace gracia al mismo tiempo.

Ander: jo, alguien encantado con mi blog, qué bochorno... ahem, pues eso, encantada de que te encante.

Diane: ¿ruibarbo fresco con sal? Eso tengo que probarlo. De hecho, nunca he probado el ruibarbo crudo, tengo curiosidad.