martes, 3 de junio de 2008

Mi suegra, esa devota de Saint-Hubert

Monsieur M. se levanta un sábado con ánimo dicharachero a una hora totalmente innoble, las siete de la mañana, y decide ser un buen hijo (lo es bastante a menudo, todo hay que decirlo) :
-"Hoy vamos a ver a mi madre a la residencia. Y le llevamos el almuerzo."

Yo (leyendo el periódico y sintiéndome una pizca menos dicharachera que él, sin haber terminado mi primer café) : -"My deer, mon chevreuil : ¿Qué significa esa primera persona del plural?"
Monsieur M.: -"Es un "nosotros" inclusivo, mon p'tit loup. Denota tu integración total a esta gran familia que es el Québec, y más concretamente a la mía, que tú tienes mucha más habilidad que yo para darle cháchara a mi madre. Con ese palique que tienes, podrías hacer charlar a un cadáver, hija."
Yo (aún un poco picada): - "Eeehm, no quisiera sonar hostil, mon sanglier d'amour, pero, a fin de cuentas, es TU madre. Y tú a la mía sólo la ves una vez cada dos años".

Monsieur M.: -"Justamente, tienes aspecto de estar a falta de contacto materno. La llamo y le pregunto lo que quiere que le llevemos para comer."

La verdad es que la mamá de Monsieur M. está tan pachuchilla que ni siquiera tiene fuerzas para aborrecer a su hija política, pobre angelito, siempre está muy contenta de verme y me da besos de ésos de agarrarte los carrillos con las dos manos. Y otra cosa no, pero yo tengo carrillos a los que agarrarse. Y mucho gancho con las abuelas.

Una vez terminada la conversación con su progenitora, le pregunto a Monsieur M., ese hijo ingrato:
-"¿Y? ¿Qué quiere comer, mon "bubuffle"? ¿Algo casero? ¿Una de mis cremas de verduritas? ¿Le hago un risotto de espárragos? ¿Una ensalada de legumbres?"

Monsieur M. (pelín incómodo): -"Nooo, no te molestes. Quiere comer pollo del Saint Hubert : Quart de cuisse, salade de choux traditionnelle. Con bien de patatas fritas."

Como otras veces que hemos ido a verla, nos ha pedido insistentemente Jell-O o pollo frito Kentucky o un whopper o unos doughnuts y un café del Tim Hortons, pues tampoco es que me haya pillado de sorpresa. Si es que con la morfina que le chutan a la pobre, le entran unos caprichos como de adolescente porrero.

Hemos encargado una ronda para todos en el drive-thru y todavía ando masticando "Antacids" para reponerme. Cuando pienso que mi abuela hubiera pedido unas alubias con chorizo, o una buena morcilla de arroz...



Decididamente, en este rincón de Norteamérica los viejos no son iguales que los nuestros.

10 comentarios:

Maria Fernanda dijo...

Put put! jejejeje me divertí mucho leyendo e imaginando... No has probado la ensalada mexicana en el St-Hubert? jajajaja....

Te dejo la dirección de mi humilde blog ahora cotagiado por tu meme :P

Anónimo dijo...

Opps olvidé ponerla! http://eldiadeltemblor.blogspot.com/

Arantza dijo...

Ensalada mexicana en el St-Hub? Euh, no gracias. Prefiero la de "Chipotle". Me suena que tiene que ser como la paella "Uncle Ben" :-).

sumire dijo...

Tiene un aspecto un pelin repulsivo o soy yo que a estas horas de la mañana no estoy muy centrada?

Anónimo dijo...

Juas, juas, juas! Tu suegra es la pera limonera. Bueno, el abuelo de mi novio estaba obsesionado con el MC Donalds, enviaba a los nietos a comprar helados a escondidas de su mujer, etc. Los ancianos, de algún modo, vuelven a la niñez. Un abrazo.

Sara dijo...

Va, venga, no te quejes tanto... que lo de tu suegra es la excusa ideal, para comerte un menú-cochinada de estos, y desresponsabilizarte al 100% del tema!

Vega... a mí también me ha hecho un pelín de uix.... eso si, tiene más buena pinta el de tus fotos, Arantxa, que el de las fotos de la web oficial!

Abrazos.

Arantza dijo...

Sumire: por tener un aspecto repulsivo... pues sí, sí que lo tiene, como cabe esperar de toda comida que viene en una caja de cartón con una bandeja de plástico. Pero te das realmente cuenta tras la vigésimo quinta patata frita comida con -un poco menos- de fruición. Ahí paras y te dices: Pero qué porquería es esto.

Arantza dijo...

Vega y Sara: para vuestra información, esto no era comer cochinadas, era un estudio antropólogico. Yo siempre estoy dispuesta a hacer sacrificios por el saber.

Anónimo dijo...

jiji, mi abuelita nos daba la paga a los nietos para chucherias...con la condicion de que le llevaramos un paquete de gusanitos. Le encantaban!!!

Lía dijo...

Está claro que una siempre quiere lo que no puede (no le conviene o le prohiben) y no creo que éste sea el menú tipo de la residencia...y es que en el fondo nos gusta llevar la contraria a cualquier edad ;)