domingo, 26 de julio de 2009

Ah, la campagne

Una escapadita de un par de días al campo, lo suficiente para respirar un aire diferente al de Montreal. Cuesta creer que todo esto se esconde seis meses bajo la nieve.


Aunque en Quebec estamos batiendo récords de lluvia este verano, uno de los más "empapados" de los últimos veinte años, el tiempo nos ha dado un respiro, lo justo para poder disfrutar de un par de cosillas típicas de esta estación...

... y claro, todo esto es muy exigente para el cuerpo.

8 comentarios:

Juan Navarro dijo...

Recoger frutos silvestres requiere su trabajo, es lógico el descanso.
Un beso.

The Intercultural Kitchen dijo...

Joé, es que es verdad, panza p'arriba y luego date la vuelta panza p'abajo ¡QUÉ ESTRES!
Me quedo con la casa púrpura, con el columpio, con las fresas y las endrinas, con la piscina, con ese porche, ay, hija, qué estupendo todo.
Todo menos con ese que se está echando la siestorra del verano en la tumbona (ya me llevo yo al mío ;-) ¿A qué hora te viene bien que nos pasemos?

con Ka dijo...

Yo quiero una casa lila. Por favor, envíeme cuarto y mitad, jeje.
Qué envidia de vida, por diorr...

María dijo...

Me encanta... Creo que vamos a fletar un avión desde la vieja y decrépita Europa para pasarnos por tu casa.
Saludos

natalika dijo...

Así me gusta, sí señor, ¡a disfrutar!

(jo, y no veas lo que cansa estar al aire libre sin hacer nada... eso es un agotamiento totalmente agotador)

:)

escapadasmcarratala.blogspot.com dijo...

Esto encaja perfectamente con mi frase favorita : qué bucólico pastoril!!! me encanta. Por cierto, a ver si descargo unas fotos de tus sobris y te las envío por mail. Un besote!

Anónimo dijo...

Ohhhhhh....que bonito es todo!! y que colores!!!! una casa lila!!!! y ese balancin de madera, que chuladaaaaaaaa.....jo!! envidia cochina me das, yo sigo encerrada en la oficina hasta septiembre...snif snif snif..

Maite

Arantza dijo...

Don Juan (Navarro :-): recoger frutos silvestres es agotador. En este caso, ir a buscar los dichos frutos a la granja cercana y pagar por ellos también requiere una gran cantidad de energía. Sólo de pensarlo, me dan ganas de echarme un siestorro.

Noema: no son endrinas, son arándanos (blueberries, vaya). Es verdad que se parecen en las fotos. Pero me has dado una idea: patxarán de arándanos. Los ancestros navarros se me agitan en sus tumbas, pero de ésta, conquisto el Quebec. Vaya que sí. Los vuelos transatlánticos llegan hacia las cinco y media de la tarde. Traéme un garrafón de 5 litros de anís "El mono". Te espero en "Llegadas", seré la que lleva un clavel en el ojal y agita una bosa de arándanos.

Con Ka y María: a ver, a ver, que esto es una visitilla campestre de vacaciones, a casa de unos amigos. Insisto en mi pobreza estudiantil extrema. Yo vivo en una barraca de ciudad, de ladrillo, a medio reformar. Con un parterre delantero en un estado lamentable, lleno de maleza.

Natalika: eso parece, a juzgar por lo cansado que estaba monsieur M. Sólo pudo levantarse para la cervecita con patatas fritas.

Mónica: gracias mil, guapetona. Acabo de ver las fotos, ¡pero qué guapetona que está mi sobri! ¡Y qué grande está tu hijo! Claro, tanta fideuá... :-)

Maite: envidia, "no more", esto fueron tres días, héme de nuevo encadenada al ordenador, a revolucionar el mundo de la lingüística, en el verano más lluvioso y tormentoso de la historia. Animo, tú, al menos, tendrás vacaciones. Más tarde. XXX