Johnny Carson
A pesar de que mi oficina estos días se parece bastante una celda de aislamiento en un psiquiátrico (pánico académico de fin de trimestre ataca de nuevo), voy a hacer un esfuercillo por publicar esta receta ahora, porque siendo como es la piedra angular - el énfasis en esta palabra lo entenderéis leyendo este post- de la cocina típica navideña quebequesa y canadiense, debe prepararse con bastante antelación. Así que por si alguien se anima, ahí va.
La razón por la que el fruitcake o gâteau aux fruits (conocido en España como plum cake, aunque sea inexacto) se prepara con antelación, es que debe "marinar" en licor (en este caso, whisky) durante al menos tres semanas antes de comerlo. Vosotros tenéis hasta Reyes. Qué demonios, incluso si se os olvida comerlo, podéis abrirlo en el 2017 y aún estará bueno.
El fruitcake es a la tradición culinaria navideña anglosajona lo que el pan de higo a la ibérica: o lo adoras o lo aborreces, no hay término medio. Este postre levanta pasiones o despierta aversiones. Y debe de ser porque comparte con el pan de higo esa textura un tanto plúmbea, pétrea, seca (no el mío, que resulta deliciosamente jugoso), y sobre todo, densa. Y como se suele servir tras la cena más pantagruélica del año, pues los sistemas digestivos no están para esos trotes. Lo cierto es que es un pastel aromático y delicioso, y que lo mejor es comerlo en otro momento, tras una comida más razonable. Como tentempié mañanero es estupendo (salvo por los grados de alcohol).
He dicho bien que es una tradición anglosajona (escocesa, canadiense, estadounidense y australiana), pero es también quebequesa, porque a pesar de su "diferencia", Quebec cuenta con gran cantidad de tradiciones culinarias y musicales de origen escocés e irlandés, culturas que en un principio estuvieron muy ligadas a la francocanadiense, ya que formaban con ella la clase campesina y más tarde obrera. Como siempre, los ultranacionalismos (de base étnica o presuntamente cultural) no se empapan de lo evidente: el mestizaje de culturas es omnipresente.
Haciendo un poco de búsqueda para informarme sobre el origen de este pastel, y de muchas curiosidades relacionadas con él, me he reído bastante con lo que publican sus numerosos defensores y detractores. He aprendido cosas como que en inglés americano fruitcake quiere decir « chiflado », por aquello de "nutty as a fruitcake"...
...también me he enterado de que sirve para hacer los concursos más insólitos... , de que tiene los usos más variados y de que es uno de los regalos más enviados por correo, a sitios tan remotos como Iraq, por las preocupadas mamás, tías y abuelas que piensan que sus mozos no se alimentan lo suficiente. Y que es uno de los regalos que más se « recicla », pasándolo a otra persona.
Fruitcake: the gift that keeps on giving year after year
Contra todos mis principios de trabajar lo menos posible, voy a escribir la receta completa. Normalmente os doy un enlace y os las arregláis como podéis, y como no soy nada creativa en la cocina y mis recetas siempre son la receta de otras personas, tan guapamente. Esta receta, sin embargo, que en un principio era la receta de Earleen, (a la que tuve que torturar con saña infatigable hasta que la obtuve), se ha convertido con los años, y múltiples cambios y, ajem, mejoras, en mi receta personal. Y en el pastel favorito de monsieur M.y una parte de su familia, (sobre todo la sección masculina) que odiaba el fruitcake antes de probar el mío, modestia aparte. Así que voy a tener que trabajar. Merde.
Este cake es bastante sanote -obviando hábilmente el alcohol bestial que lo empapa- por el uso de miel más que de azúcar, la poca cantidad de azúcar es compensada por el azúcar que llevan las frutas confitadas. Y todo el mundo sabe que si utilizas harina integral, la receta es automáticamente saludable . Aunque lleve medio litro de Grand Marnier y una botella de Johnnie Walker. La gran cantidad de nueces y frutos secos que lleva hacen que sea alimenticio, una rebanada podría sustentaros durante una semana (vale, igual exagero un poco). La cantidad de alcohol ingente que utilizo también hace que a todas las señoras mayores que lo prueban se les pongan las mejillas bastante rosadas, y que a sus legítimos les guste mucho. No apto para embarazadas ni para niños, a no ser que no tengáis escrúpulos ni ningún sentido de la responsabilidad, y queráis que se vayan a la cama pronto y sin ruido (los niños, o las embarazadas).
de fuentes que no he tenido la decencia, ni el tiempo, ni las ganas de anotar,
por lo que les pido excusas y les agradezco su creatividad)
WHAT-THE-DICKENS WHISKY FRUITCAKE
(basado muy libremente en el Earleen's Masterpiece Fruitcake y en el clásico escocés Dundee Cake, aliando perfectamente mis influencias escocesas y canadienses, eh? Aye.)
Ingredientes (La cantidad está pensada para 5 cakes, 4 hermositos y uno más pequeño, por aquello de que yo los regalo, llevo al trabajo, a la cena familiar... os va a costar una pasta, os lo advierto):
- 2 tazas y media de puré de manzana (compota no azucarada, vaya)
- Un par de huevos (por lo que os espera), batidos.
- 2 tazas de pasas sin semillas (yo pongo 1 de corinto y 1 de moscatel, u otra variedad más oscura)
- 1 taza y media de nueces peladas y picadas (hay quien mezcla nueces de pecán con las de California)
- 1/2 taza de piñones o de almendras sin tostar, si queréis que el cake sea más escocés.
- 4 tazas de harina integral, en mi caso -soy una integrista del integral- aunque lo típico es la blanca
- 1 cucharadita (de té, un poco más grande que la de café) de sal
- 1 cucharada sopera de bicarbonato
- 1 cucharadita de levadura en polvo (tipo Royal)
- 1 cucharadita (cucarachita, como diría monsieur M., que comete errores muy graciosos) de clavo molido
- 1 cucharadita de nuez moscada recién rallada
- 2 cucharaditas de canela molida
- 3 tazas de frutas confitadas picadas en daditos (a mí me gusta que la mayor parte sean naranjas, limones, mandarinas y jengibre confitados)
- 1 taza de guindas confitadas, de preferencia de color rojo y verde radioactivo, cortadas por la mitad
- 1 taza de dátiles deshuesados y picados en daditos
- 1/2 taza de albaricoques secos picados en daditos
- 1/2 taza de cerezas y arándanos (cranberries y blueberries, el toque canadiense ;-) secos. Si no encontráis estas frutas del bosque, podéis darle el toque ibérico sustituyéndolas por orejones de melocotón.
- 1/2 cucarachita :-) de esencia natural de naranja (no agua de azahar, ojo, hablo de aceite natural de extracto de naranja. Si no lo encontráis, cargad la mano con el Cointreau)
- 1 botella pequeña del mejor whisky que podáis permitiros
- Grand Marnier, Cointreau, Triple Sec, o cualquier otro licor de naranja
- 1 gasa de algodón o cheesecloth (trapo que se usa para escurrir el suero cuando se hace queso casero, o gelatinas de frutas), o 1 trapo limpio de algodón (pañuelo o sábana vieja, suficiente para envolver todos los cakes, individualmente)
(* El aceite de canola es el nombre comercial de un tipo de aceite de colza canadiense, - el nombre es un acrónimo de Canadian Oil Low Acid- en el cual la composición de los ácidos grasos ha sido modificada haciendo uso de las técnicas de selección de cultivo tradicionales. Es un producto claramente diferente de la semilla de colza y del aceite de colza, que tan mala reputación adquirió en España. Es ampliamente utilizado en Estados Unidos y Canada, donde es considerado uno de los aceites vegetales más sanos -después del de oliva, que aquí es caro- y con menos grasas saturadas, y se utiliza en pastelería porque su sabor es muy suave y no "enmascara" el de los demás ingredientes.
Elaboración
Ya, claro. En un mundo ideal, todo el ejercicio que hago produciría efectos instantéaneos en mis muslos, que serían firmes y torneados como los de Grace Jones (fui adolescente en los 80). No estamos en un mundo ideal. Empezad cuando buenamente podáis, y compensad la falta de tiempo añadiendo una cantidad vergonzosa de alcohol. Ya que estáis, y como os espera un porrón de trabajo, servios un chupito. Vais a necesitarlo. Si aún es por la mañana, podéis deciros que la receta es canadiense, que en Canadá se come a las doce, con lo cual es la hora de comer y un aperitivo es de muy buen tono. Y si son las diez, bueno, siempre es por la tarde en algún punto del globo.
Ahora que tenéis las mejillas rojas y el corazón tibio, encended la tele y poneos cualquier versión de "Canción de Navidad". Una de la familia Osbourne también vale. Pero necesitaréis más alcohol.
Batir la mantequilla/el aceite con el azúcar y la miel hasta que esté bien cremoso. Añadir a la mezcla la compota de manzana, la esencia de naranja (o una cucharadita de café de Cointreau o de Grand Marnier) y un buen par de huevos (batidos). Seguir batiendo (y lo que te rondaré, morena). Servirse otro chupito de Grand Marnier. ¿A que se bate mejor, con más entusiasmo?
En un bol aparte, tamizar y mezclar la harina, la sal, las especias, el bicarbonato y la levadura en polvo. Mirar con incredulidad en el tamiz la cantidad de guarrerías que contiene la harina integral (pajillas de trigo, pelos, un pendiente...). Sorbito de Grand Marnier. Abrir la ventana para que salga la nube de harina que habéis levantado mezclando con demasiado entusiasmo. Recordar cerrar la ventana, que aquí en Montreal andamos a 7 bajo cero y la calefacción no la regalan. (Aunque si queréis dar a la cocina un clima realmente dickensiano, podéis dejarla abierta y pasar frío. Y poner cara de huérfano pobre mientras cocináis.)
Mezclando con un poco menos de entusiasmo (más que nada porque la cosa espesa y empieza a ser un esfuerzo), añadir gradualmente la mezcla de harina a la mezcla de mantequilla. Lo mejor es tener un robot de cocina que lo haga, o en su defecto un esclavo (léase cónyuge) que bata vigorosamente mientras nosotros añadimos la harina con un ligero titubeo.
Limpiar la harina del suelo (la que no ha caído en la mezcla) mientras recitamos al mismo tiempo que la tele: « ¡ Si pudiera hacer mi voluntad, todos los idiotas que se pasean con un "Feliz Navidad" en los labios serían cocidos con su propio pudín y enterrados con una estaca de acebo clavada en el corazón ! », con las consonantes un poco pastosas. Servirnos otro chupito ( como tónico, por el esfuerzo).
Precalentar el horno a 165 grados (sí, sí, se hace a horno muy suave). Sorbito de Grand Marnier.
Cuando toda la harina esté incorporada, mezclar gradualmente las nueces, frutas confitadas y demás frutos secos. Las frutas secas que marinaban en licor hay que escurrirlas previamente, guardando el licor que rezuman como oro en paño. (Noooo, ése no se bebe, borrachuzos).
Engrasar cinco (si respetáis las cantidades que he dado) moldes de cake y empezar a palear la masa en ellos. No llenar hasta el borde, porque el cake va a subir un poco. Lanzar un pegote de masa al cónyuge, presa de risa floja. Tragarse la risa floja inmediatamente, tras ver expresión del cónyuge mientras intenta extraerse la masa del oído. Hornear durante aproximadamente una hora y 25 minutos, aunque os recomiendo mirar tras una hora (el más pequeño estará hecho). Cuando pinchéis el centro (del pastel, no del cónyuge) con un palillo y éste salga limpio, está listo.
Sacar del horno, recoger los que se os han caído y dejar enfriar. Mientras esperáis, es el momento de otra copita. Recitar -con tono ahora francamente ebrio-: « ¿Vas a mostrarme las sombras de las cosas que aún no han ocurrido, pero que ocurrirán en tiempos venideros, no es así, espíritu? »
Armados de la poca dignidad que os quede y de la botella de whisky, remojar la gasa cortada en pedazos lo bastante grandes para envolver un cake cada uno, en bien de Johnnie Walker. Si el cónyuge ha salido de la cocina, y ya no os queda Grand Marnier, es el momento de remojaros el gaznate y darle un tiento a la botella de Johnnie, a morro, qué demonios. Envolver cada cake cuidadosamente en la gasa, gritando al mismo tiempo con dicción dudosa: « ¡Feliz Navidad! ¡Que Dios nos bendiga a todos y cada uno! », bajo la mirada censuradora de vuestro sobrio cónyuge, que ha asomado la cabeza por la cocina debido a vuestros gritos.
Regar con el resto del whisky y con el Grand Marnier que ha sobrado de remojar las pasas (si no os lo habéis trasegado). Terminar de momificar vuestros cakes envolviéndolos, sucesivamente, en plástico adhesivo y papel de aluminio, para terminar metiéndolos en una bolsa hermética (de esas de congelación) y conservarlos en el frigorífico. Abrirlos por Navidad, y que Dios os proteja si tenéis que conducir tras haberlos comido.
Lo de seguir emborrachándolos remojando la gasa con un chorrito de whisky o no una vez por semana hasta el momento de servirlos, es asunto vuestro. Yo personalmente creo que ya es vicio. Y me da miedo guardar algo tan inflamable en el frigo, temo que explote.
Por último, para que no se diga que este blog no se preocupa por el desarrollo sostenible, y si probáis a cocinar este fruitcake y nadie en casa es capaz de terminar una rebanada, siempre podéis reciclarlo como fuente de energía ecológica: he aquí el árbol de Navidad con luces alimentadas por un fruitcake (la idea no es en absoluto mía).
Lleno de energía, ya os lo he dicho al principio.
FRUIT CAKE POWERED CHRISTMAS TREE
This easy to use device lets you make a simple battery from a traditional holiday fruitcake. First, soak the cake in lemon juice. Then insert the anode (b) and cathode (c) into fruitcake (d). The lemon juice and natural fruit acids contained in the cake do the rest. Special low voltage, direct current Christmas lights (a) are designed to be fully compatible with the power output of a typical fruitcake.
17 comentarios:
Primera !Ohhh!
Seguro que hago ese cake...
Hace muchos, muchos años fuimos de viaje en bus litera a Londres. Una amiga se trajo un kilo de fruta confitada e hizo ese cake. Sé que lo metió en un caja metálica y fue emborrachándolo poco a poco.
Tuve la suerte de probrarlo y ¡Pongo a Dios por testigo! de que es el mejor cake que he probado en mi vida.
Le perseguimos para que vuelva a hacer la receta, pero creo que quedó escarmentada aquella vez.
No sé si se nota pero babeo y creo que he empapado el teclado...
holaaa
creo que esperare a que bajen un poco las temperaturas para hacerlo, estando a 12 grados no creo que sea recomendable tanta actividad fisico-gastronomico-alcoholica, pero me ha encantado
si divido las cantidades por 4 me saldria un solo plumcake descomunal, no?
v'sss
Que leche estamos ya preparandonos para las fiestas así al lio.... intentaré... hacerlo soy medio patosa pero no es complicada la receta .... que antojo¡¡¡¡
besin
Hace dias que te sigo, no tengo blog, pero paseo por muchos, con la receta de hoy, ya no he podido dejar de comentar, merece un viaje al Canada solo por probar este cake y mas si fuera el tuyo. Besos
Ay, Arantza, muero por ese pastel. Y qué buen nombre. Aunque ya me veo cantando el
pasodoble Islas Canarias desde la primera fase, la de poner de remojo la fruta. Y los vecinos llamando a la Policía.
Oh, my god,qué curro escribir la receta,no me imagino hacerlo.He oído miles de historias acerca de cuando la suegra escocesa o inglesa saca el pastel-piedra en la mesa después de un banquete en el que ya no cabe ni un alfiler.A pesar de todo, me parece buenísimo con tanto whisky y miel.
Un beso
Madre mía, pero qué trabajón te has pegado para escribir toda la receta, lo que no sé es si la podré hacer siguiendo todos los pasos al pie de la letra, ya que con dos claras ya voy cantando y diciendo tonterías... ¡Lo probaré porque en la biblioteca tengo unos compis bien "alegres"!
Sin palabras nos has dejado. Uau, que bueno.
Por cierto, la cicatriz (después de la risa de las artes marciales) sigue un buen curso.
besos.
Hola Aran,
Me acordé mucho del pastelito que le mandaste a mi mamá hace dos años, todavía te recuerda con mucho cariño :)
María: como digo en la receta, puedes "emborracharlo" poco a poco, pero el licor que impregna la gasa es suficiente para mantenerlo jugoso, ya que lo va absorbiendo poco a poco... efectivamente, es un pastel delicioso. Pero hay que pillarlo con un poco de hambre. Por eso creo que es mejor servirlo con el té (o la merienda, depende de dónde viva uno :-), que como postre.
JB: claro, hombre, no hay más que dividir las cantidades. Yo las dividiría por la mitad, te aseguro que cuando lo pruebes, te va a dar pena no haber hecho al menos dos. Y como se conserva eternamente, o casi...
Alinita: anímate, mujer, si es facilísimo, no es más que cortar frutas en daditos y revolver con un cucharón...
Angels: jo, gracias. Te mandaría un pedazo, pero con lo que pesa, me costaría una fortuna :-)
Lupe: acabo de escucharme el pasodoble (ése no lo conocía), y me parece que va perfecto con los vapores de whisky y Grand Marnier que emanan de esta receta. A los vecinos regálales un pedazo, ya verás como no causan problemas.
Cris: de verdad creo que la mala reputación del fruitcake se debe a que las numerosas versiones industriales que se encuentran por aquí (y en Inglaterra) son secas y poco apetecibles. Denso, sí que lo es, pero porque lleva muchas cosas buenas :-)
Iris: prueba a hacerlo, verás que fácil. Y siempre puedes beber vasitos de agua mientras lo preparas :-) Si quieres hacer varios para compartir con los compis y cortar gastos, sustituye los ingredientes más caros por otros más modestos. (Estoy segura de que con mistela o con oporto en lugar de whisky, tiene que estar muy rico...mmmh...)
Cuina: contenta de que vayas reponiéndote. Prueba a hacerlo, es un pastel reconstituyente.
MF: pobre, tú cargando con el ladrillo por esos aeropuertos de Dios... y te podrían haber interrogado en los USA por contrabando de licor :-). Pues nada, dile a tu mamá :-) que ya tiene la receta secreta.
Guauuuu...vaya!! me has dejado sin palabras...bueno, casi...;-)
Que monton de trabajo (el post y los cakes), ahora si de verdad de la buena que te admiro que no veas!!
Maite
PD.- Lo de la "cucarachita" sale en La Bella Durmiente (por lo menos en la version en Español)...jejejej...que pasa?? también es un clásico, no? ;-p
Maite: vaya, y yo que pensaba que el error de monsieur M. era original... aunque estoy casi segura de que él no ha visto en su vida "La bella durmiente" doblada en español :-). Y no creas que tengo nada contra los clásicos de dibujos animados, de hecho, "Walle-e" se ha convertido en un nuevo clásico en esta casa. Y aquí ni siquiera tenemos la excusa de tener niños.
Toc, toc... sé que hay overbooking en la cocina pero...¿ se puede ?...
Buscando algo verdaderamente espectacular para sorprender en esta Navidad, llegué a tu luminosa cocina... Anteayer recolecté todo lo necesario y ayer mi casa desprendía un olor indescriptible: ¡ la Navidad ha tocado a mi puerta !...
Respeté las cantidades y, lo que considero igual de importante, las calidades... Únicamente me tomé dos libertades: prescindir del verde radioactivo y reducir las tres tazas de frutas a sólo dos. Tal y como estaba de hormigonada la masa generadora de la " piedra angular quebequesa ", requería el concurso y respaldo logístico de dos remeros ilustres de Oxford y Cambridge...
Me han salido dos momias de respetables dimensiones y dos secuelas bastante dignas. Los cuatro descansan a estas horas a buen recuado en el frigorífico...
A pesar de que has dicho que es necesario que maceren durante tres semansa mínimo, no he podido resistir la tentación de probar las miguillas... y estaban deliciosas.
Por supuesto seguí a pie juntillas las indicaciones de servirme otra copilla... ahora sé que es el verdadero secreto de mover magistralmente la masa.
Voy leyéndote por primavera... y es un contraste lleno de encanto, pasar de las lilas, a las paladas de nieve de ese invierno...
Leni: encantada de leer tu comentario y de ver que has probado a hacer este ladrillo dickensiano (nada me gusta más que ver que la gente se anima y hace las recetas que sugiero, ya que yo misma he descubierto muchas recetas estupendas leyendo los blogs de otra gente). En cuanto a lo del tiempo de maceración... me da la impresión de que puede ser mucho menos, este sábado probé el primer pastel -que llevé a una fiestecilla a la que me invitaron- y creo que me pasé un poco en la cantidad de alcohol, no sólo no estaba seco, es que casi rayaba en el demasiado húmedo. Era el más pequeño, yo creo que los más gordos no serán "atravesados" por el líquido de la misma manera. Pero es verdad, el sabor, delicioso, las pasas, jugosas como bombas llenas de Grand Marnier.En fin, que gracias por leerme y pasarte por la cocina. Ven y siéntate en una banqueta cuando quieras. Y espero que impresiones con tus pasteles.
No me quejo, no me quejo...vivo rodeada de abnegados comensales que se prestan a todo tipo de brotes psico-culinarios y hasta lo agradecen...
Gracias a ti, estoy encantada de sentarme y disfrutar... He dejado atrás la primavera y ahora me paseo por lo que escribiste en el mes de julio...
Es extraño.. no sabes nada de mí y tengo la sensación de conocerte.
Un saludo... mejor, un abrazo, que tengo muchas risas que agradecerte...
¡Yupi!
Lupe: ja, y la gente que pensaba que exageraba con lo del contenido alcohólico... no cantes demasiado alto, que vas a traumatizar a Pinito :-D
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