Cuando hayan conseguido lo que querían, pasarán a la casa siguiente. Y cuando ya no me queden más dulces, tendré que soplar las velas de las jack'o-lanterns, apagar todas las luces, y esconderme en una casa a oscuras, para que no llamen más. Viendo la peli de terror que habré alquilado, o el especial de los Simpsons, "Tree house of horror", como manda la tradición.
viernes, 31 de octubre de 2008
Trick or treat! (Halloween IV)
Cuando hayan conseguido lo que querían, pasarán a la casa siguiente. Y cuando ya no me queden más dulces, tendré que soplar las velas de las jack'o-lanterns, apagar todas las luces, y esconderme en una casa a oscuras, para que no llamen más. Viendo la peli de terror que habré alquilado, o el especial de los Simpsons, "Tree house of horror", como manda la tradición.
miércoles, 29 de octubre de 2008
Festín siniestro: Halloween (III)
... y otros aperitivos y tapas variados, acordes con la celebración...
Hay que decir que como menú, era bastante indigesto y una auténtica herejía desde el punto de vista nutricional. Y que la nutrición no es algo que a uno le preocupa en una fiesta como ésta.
Nada como un buen chute de azúcar, jarabe de glucosa y sirope de maíz invertido (siempre me ha llamado la atención ese calificativo) para prepararse para los grandes fríos.
lunes, 27 de octubre de 2008
Muffins malévolos
domingo, 26 de octubre de 2008
La nariz de la bruja
sábado, 25 de octubre de 2008
Listos para Halloween (II)
... y hemos hecho las jack-o'-lanterns.
viernes, 24 de octubre de 2008
Dedicado a Cris
jueves, 23 de octubre de 2008
Pumpkin carving (II) : Extreme pumpkin carving / Escultura de calabazas extrema
Conjoined twins pumpkins (calabazas siamesas)
Roadkill eating pumpkin (difícil de traducir... roadkill son todos los animales que en Canadá y los USA mueren atropellados en las carreteras, que suelen estar sembradas de pobres marmotas, mofetas y mapaches que no escucharon a sus mamás y no miraron a ambos lados antes de cruzar).
Puking pumpkin. Literalmente, euh, calabaza que vomita.
Cannibal pumpkin. Calabaza caníbal.
Worm infested pumpkin, o calabaza infestada de gusanos. Antes de que os de un ataque de asco, os diré que el autor compró esos falsos gusanos en la sección de pesca de unos grandes almacenes. Aunque los blancos podrían hacerse con arroz basmati...
The mooning pumpkin, o, como dicen en mi pueblo, la calabaza que hace un calvo. Muy apropiada si se tiene vecinos irritantes.
Creo que me voy a limitar a la cara clásica, tampoco es cuestión de pasarse el año pagando psicólogos infantiles y demandas de los vecinos.
miércoles, 22 de octubre de 2008
HEMC 26 : Crema terrorífica de... (me temo que sí) calabaza
La receta consiste básicamente en pochar cebolla picada en un poco de aceite de oliva, hasta que se ponga transparente, y añadir una patata cortada en cubos, más la verdura que se desee. En este caso, dos tipos de calabazas diferentes: la buttercup (aquí, a la derecha), de un naranja profundo increíble (las fotos no están retocadas), y la butternut, (arriba, a la izquierda), más dulce y harinosa.
Sé que estoy pelín monotemática con este ingrediente, pero es que me gusta usar productos de temporada. Y no sabéis lo que soy capaz de hacer con calabacines.
Para esta crema, añadí pimienta, un poco de nuez moscada y bastante cúrcuma, que potencia el color, y, aunque sea más bien amarga, contrarresta muy bien el dulzor excesivo de la butternut, además de tener propiedades anticancerígenas. Un chorrito de nata vegetal de soja al final (sustituyendo a la nata líquida tradicional, para eliminar las grasas "malvadas"), y servir con un cucharada de crema agria baja en grasa o yogur natural desnatado. Terroríficamente buena.
T. estará orgulloso de mí.
martes, 21 de octubre de 2008
Jean-Talon en otoño (III) (¡Sí! ¡Otra vez!)
(En orden, de arriba a abajo:)
lunes, 20 de octubre de 2008
Halloween (I) : Pumpking carving
Otras cosas que me gustan de esta fiesta: el 31 de octubre todo el mundo se disfraza, (la gente se disfraza en la oficina, en las escuelas, los camareros en los restaurantes...) la ciudad también se disfraza, la gente en Montreal decora el exterior de sus casas, disfrazándolo de decorado de película de terror, de mansión encantada, de gruta de la bruja. Y es uno de esos días en los que incluso una gran ciudad como esta adquiere un ambientillo de pueblo, con todos esos chavales que se pasean llamando a las puertas del vecindario.
Una parte "obligatoria" de la decoración son los faroles hechos con calabazas, las jack-o'-lanterns. En el campo hay granjas a las que las familias pueden ir con los niños y elegir sus calabazas para esculpirlas en casa.
A Alfonso siempre le gusta estar donde transcurre la acción, por muy espeluznante que sea.
Es la mejor época del año para volver a ver "Sleepy Hollow" (o leer el cuento de Washington Irving en el que está basada).
sábado, 18 de octubre de 2008
Naturaleza muerta / Still life
Soy una gran lectora de novela negra, pero de novela negra no muy oscura, más bien geriátrica, todo hay que decirlo. Lo de geriátrica es por lo de que no me suelen gustar las historias en las que se pone todo el énfasis en los asesinatos en sí (en una novela negra, me temo que el asesinato es bastante inevitable, salvo en algunas de autores un poco especialitos, de los que ya os he hablado), sino en las que lo importante es la investigación, el proceso de deducción del/ de la detective . Así que ya podéis ir descartando de mi lista de favoritos todas las andanzas de Aníbal Lecter y de alegres maníacos que emulan su estilo.
Tras pasarme el día leyendo artículos lingüísticos, y buscando en dicccionarios médicos la traducción de todo tipo de criadillas y vísceras varias para mi curso de traducción médica, tras ver en el hospital todo tipo de costuras, cicatrices, contusiones y fracturas, lo último que me apetece leer es precisamente una descripción detallada de cómo el psicópata de turno les amputa las mencionadas criadillas a sus víctimas, sin ni siquiera anestesia local.
A mí, las amables Miss Marple, Isabel Dalhousie o Mma Ramotswe, investigadoras octogenarias, filósofas u obesas , que encuentran al asesino entre tejido -uno al derecho, uno al revés- y cocido -los guisos de calabaza africana de Mma Ramotswe-, artículos filosóficos sobre ética y varias tacitas de té. A mí, los Hercule Poirot, padre Brown, Sherlock Holmes y Maigret, que en lugar de salpicarse con la sangre de las víctimas y pringarse los zapatos con sus vísceras, resuelven casos mientras se enceran los bigotes con mimo, fuman en pipa, tocan el violín o se terminan el asado que su mujer ha preparado amorosamente.
Ya véis por dónde quiero venir. Precisamente, por Quebec. He descubierto una autora quebequesa anglófona, cuyos libros han empezado a traducirse, pero de los que no he conseguido encontrar una traducción en castellano -aunque no soy una investigadora muy buena, a pesar de leer tanta novela de detectives-, pero sé que se publican en Inglaterra, con portadas diferentes de las que véis aquí, que son las canadienses. Como me he propuesto haceros descubrir un poco de la cultura canadiense, me ha parecido interesante hablaros de ella.
Esta autora, Louise Penny, no sólo escribe francamente bien (el estilo a menudo deja bastante que desear en este género), con un sentido del humor muy anglosajón y una calidad literaria muy interesante, y ha ganado uno de los premios literarios más importantes en el mundo de la novela negra en norteamérica, sino que además ambienta todas sus novelas en los cantones del Este, en Quebec. Sus personajes son intrínsecamente quebequeses, y su inspector, Armand Gamache, de la Sûreté du Québec (la policía autónoma), es uno de esos detectives a los que uno toma afecto enseguida.
Todas sus historias transcurren en el apacible pueblecito quebequés de Three Pines (lo he buscado en el mapa, no existe, pero toda la región que lo rodea, sí). Los lugareños se convierten en un personaje coral, que aparece en cada novela, y algunos son de lo más entrañables, como la pareja gay que lleva el bistro y bed & breakfast del pueblo, o Ruth, escritora y poetisa canadiense célebre, alcohólica y malhumorada crónica.
El único reproche que podría hacerle a la señora Penny es la cantidad ingente de comida que aparece en sus libros (algo muy quebequés y muy vasco, ese amor por el buen yantar), las células grises de Armand Gamache parecen ser propulsadas a base de paninis de brie, cheddar y manzana, sopa de guisantes con panceta, huevos con canadian back bacon y baked beans, copitas de sidra y crêpes. Advertencia: no leer con el estómago vacío.
Otro rasgo genuinamente quebequés de esta autora es el amor por el paso de las estaciones, reflejado en sus novelas, cada una transcurre en un momento muy representativo de cada estación: "Still life" en la semana después de Acción de Gracias, antes de Halloween; "Dead cold" en pleno invierno, en Navidades, y "Cruellest month", en Pascua, en el deshielo quebequés.
El otoño es la estación por excelencia para leer novela negra. ¿Qué andáis esperando? A vuestras mantas, listos, ¡ya!
viernes, 17 de octubre de 2008
Shortbread de otoño
...unas galletas de mantequilla estupendas.