¿Cansada de luchar con el pavo? No eres la única.
domingo, 30 de noviembre de 2008
viernes, 28 de noviembre de 2008
Mis días de Bruce Lily, Chinatown y sus placeres prohibidos



Seguimos con un tradicional chowmein cantonés, es la especialidad del restaurante, y no tiene mucho que ver con esas versiones ultragrasas que se comían en el chino de mi ciudad natal... los filetes de pato laqueado que lo acompañaban estaban para morirse...
Monsieur M. es un incondicional de la placa caliente, traducción improvisada -y espero que correcta- de sizzling platter, esas placas metálicas que se sacan a la mesa y en las que se termina de cocinar el plato, que chisporrotea de forma espectacular. Él pidió unas gambas a la tailandesa.
Abandonando toda esperanza de poder abotonarnos los pantalones al salir de allí, nos dijimos que de perdidos, al río, y aún fuimos capaces de pedir ternera con salsa de naranja.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Variaciones en torno al sempiterno pavo (II): Gobble, gobble o clok, clok?
Creo que empezáis a adivinar cuál será mi monotema navideño... siempre me han gustado las bromas a repetición. En cualquier caso, mañana nuestros vecinos del sur celebran Thanksgiving. Y esta conversación entre Robert De Niro y Billy Cristal sobre la idiosincrasia del pavo merece la pena de ser escuchada.
Chien chaud: la decadencia de Occidente

domingo, 23 de noviembre de 2008
Jingle bells... jingle aaaaaaaaaall the way


En fin, que como este post se trata de que este año la locura con olor a pino aún no me ha poseído -la culpa es de la nieve, que tarda en llegar-, me pregunto si una parte de culpa no será también de la sobredosis comercial canadiense. Aquí, el día de Halloween ya andaban cambiando los escaparates y poniendo árboles de Navidad. El desfile de Père Noël por la calle Sainte-Catherine (el equivalente al desfile de Macy's en nueva York), suele ser alrededor del 10 u 11 de noviembre. Parece que los padres se quejaron el año pasado, y este año les ha dado un poco de vergüenza y lo han retrasado.
Los anuncios de Navidad no han parado de martillearnos desde el 1 de noviembre, y los villancicos suenan a toda castaña, jingle bells, jingle bells, en cualquier comercio en el que entremos. Las decoraciones y los regalos se venden desde hace ya tres semanas.
En resumen, para cuando llega diciembre, en Canadá (y en Quebec) nos han jinglado tanto las bells que ya no podemos más. Hasta las irreductibles como yo terminan asqueadas. Y me sorprendo añorando España, en mi ciudad natal las luces y decoraciones no se ponían hasta la segunda semana de diciembre. Una tenía tiempo de esperar las fiestas, de desearlas.
Voy a escribir a la gobernadora general de Canadá, la que representa a Liz por estas tierras, proponiendo un proyecto de ley que prohíba los villancicos, decoraciones y demás parafernalia de Navidad antes del 1 de diciembre. He dicho.
sábado, 22 de noviembre de 2008
Anuncios navideños : variaciones en torno al sempiterno pavo.
Hace ya bastante que los anuncios navideños han invadido la tele canadiense. Como la semana que viene los americanos celebran su Acción de Gracias, en las cadenas anglófonas y americanas el pavo está omnipresente. Y se presta a chistes bastante escatológicos...
viernes, 21 de noviembre de 2008
Al fin, mi príncipe
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Alta cocina / Haute cuisine
...es la hora de unos huevos con patatas.
martes, 18 de noviembre de 2008
Las vecinas

domingo, 16 de noviembre de 2008
Galletas sanas de avena: from the cookie jar, with love


viernes, 14 de noviembre de 2008
Jelly beans

En España existen unos dulces que imitan a las beans, pero por esta vez tengo que decir que no son lo mismo. No consiguen los sabores estupendos de las originales (entre otros, a palomitas de maíz con mantequilla o a marshmallow tostado).


Lo más divertido de comprarlas fue organizar una "degustación a ciegas" después de un cena con amigos. Al igual que Dumbledore, yo elegí una de color azul-gris esperando "arándano", y me zampé una sabor "sardinas". Sabía, efectivamente, a sardinas de lata abierta y olvidada en el fondo del frigo, no muy frescas.
Como experiencia gustativa, deja un poquito que desear, pero hay que ver lo bien que han conseguido imitar el sabor. Y lo que nos reímos.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
El sueño eterno (oda al café filtro)

Qué haría yo sin mis dos cancarritos de café filtro. Este blog, escrito de buena mañana, (hora canadiense), no existiría sin ellos. Gran pérdida para la humanidad entera -especialmente para el mundo de la lingüística-. Y en este vegetativo noviembre de sueño eterno (tenéis que ver la peli de Hawks, una obra maestra), en el que acabo de levantarme y escucho ya la llamada de la cama y sus viles cantos de sirena que me impiden trabajar, en el que no puedo esperar a llegar a casa y saltar en la bata y las pantuflas de peluche, en el que urge empijamarse y edredonarse, y dormir doce horas, un café, es justo y necesario. Es mi deber y salvación.
Voy a servirme otra tacita ya mismo.

Imagen de Ed Polish & Darren Wotz
lunes, 10 de noviembre de 2008
Pérfida pasta a la puttanesca

*******************
Una fría y lluviosa tarde de noviembre, la autora de este blog abrió la puerta de su vetusta mansión montrealesa, con la humedad propia de este mes, -en el que la lluvia y la nieve se codean, la una sin decidirse a dejar a la otra ganar la batalla-, calándola hasta los huesos. El crujido de los goznes -diantre, otra cosa que arreglar en esta decrépita barraca-, la oscuridad del largo y desolado pasillo y el maullido desesperado que la acogió, le indicaban claramente que monsieur M. estaba de viaje de trabajo, electrificando renos. ¿He dicho electrificando renos? No, su trabajo no consiste en ejecutar cérvidos, sino en llevar la línea eléctrica a las regiones más frías, salvajes e inhóspitas de Quebec.
La bella autora (vale, puedo permitirme una licencia artística ¿no? Es mi historia, al fin y al cabo) dejó el paraguas apoyado contra la pared ignorando su goteo, se quitó la boina de lana y los guantes, y colgó el abrigo húmedo de una percha. Un gato corpulento, (corpulento es una forma educada de decir gordo) el pelo anaranjado y atigrado, vino a frotarse contra sus tobillos. Julieta, la gata, la contempló desde el fondo del pasillo, con ojos rencorosos. Nunca le había gustado que la dejaran sola todo el día.
La solitaria lingüista en devenir aplacó la angustia de sus gatos llenando sus tazones de esas croquetas secas y marrones que comían desde hace seis años, y que no sólo no parecían cansarles, sino que seguían reclamando con ansia.
La lluvia repiqueteó contra el cristal de la ventana de la cocina, y una corriente de aire frío rozó la nuca de la autora. Toda la casa parecía lamentarse, con crujidos, chasquidos y otros ruidos cuyo origen era misterioso. Intentando no prestarles atención, se dirigió al frigorífico, cuyo contenido le pareció tan desalentador como el tono gris del cielo, en el que se extinguía la última traza de luz de la tarde. Un bote con restos resecos de mayonesa, media cebolla consumida y arrugada, un bote de alcaparras medio vacío, varios tomates moribundos, una lata de anchoas que llevaba ahí tanto tiempo como las piedras de Stonehenge.
La joven (más licencia artística, qué pasa) se estremeció, un escalofrío recorriéndole la columna vertebral. "Esta es una tarde siniestra, desagradable, casi fúnebre. Como la historia de los hermanos Baudelaire. Perfecta para un plato de pasta a la puttanesca." Y utilizando los cadavéricos restos de la nevera, y siguiendo esta receta, la cocina en penumbra se llenó rápidamente del olor acre y penetrante de esta salsa.


viernes, 7 de noviembre de 2008
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Desayuno para campeones (y súbditos de Her Royal Majesty)

lunes, 3 de noviembre de 2008
Creced y multiplicaos
Imagen de Ed Polish & Darren Wotz
Pues sí, efectivamente, esta esplendorosa combinación genética que constituye mi humilde persona no podía ser creada así, de sopetón, improvisando. Requirió un primer esbozo que es mi hermano mayor, (y el único que tengo). Mi Estoico Hermano, que merece el calificativo por lo impasible de su gesto (su única expresión facial conocida consiste en levantar hábilmente una ceja, expresión que puede denotar, indistintamente: enfado, impaciencia, alegría, amor desmedido, irritación o derrisión) y lo legendariamente cínico de su humor.
Efectivamente, lectores, ahora lo sabéis todo, Estoico Hermano es mucho más gracioso que yo.
Otras características fraternales son: una flacura de corredor de maratón etíope, por la cual sospecho que se aficionó a correr. Estoico Hermano pasea su enjuta silueta cual grácil gacela cuarentona (porque es cuarentón) por su ciudad de residencia, ciudad reputada justamente por sus corredores ilustres . Unas sienes plateadas, que en él son distinguidas y demás, pero que estoy heredando yo exactamente en el mismo sitio de mi radiante cabellera, la verdad es que en una mujer el estilo Richard Gere no favorece mucho. Una paciencia de santo (que no forma parte de mi patrimonio genético) muy apropiada para su rol de padre de dos tiernos infantes, una afición bulímica por la lectura y una cierta timidez compensada por ese humor corrosivo, que sale en murmuros aparentemente inocentes, pero oh, cuán pérfidos.
Mi hermano después de crecer, ha decidido multiplicarse, para mi gran regocijo, porque aunque yo haya decidido rehusar las alegrías de la maternidad, me gusta lo de ser tía y tener una buena excusa para recorrer las secciones infantiles y juveniles de las librerías.
Ahora que tenéis una imagen mental del personaje, os cuento la conversación que me ha inspirado este post. Mis conversaciones familiares son siempre por teléfono o vía Skype, gajes de vivir en ultramar.
Describo la escena: ahí estoy, terminando la cocinada mítica de los domingos, ésa que me permite poder comer algo decente el resto de la semana mientras revoluciono el mundo de la lingüística, y decido refrescar la relación fraterna con una llamadita de teléfono dominical. Hoy no ha habido videoconferencia, porque anoche monsieur M. y yo salimos, volvimos a la insólita hora de las doce y media de la noche, (yo, que babeo en el sofá a partir de las nueve) y francamente no me apetecía peinarme ni lavarme la cara para mostrar una imagen edificante a mis sobrinos.
Hermana Ingrata: -"¿Y? ¿Qué te cuentas? ¿Qué tal los sobris?
Los sobris son Sobrino Espitoso, de casi seis años, y Bebé Brutita, de dos, con un carácter que sospecho empieza a parecerse al de su madre, Recia Cuñada, de un enérgico que puede llegar a ser intimidatorio.
Estoico Hermano (con fondo de gritos animales): -"Pff, qué quieres que te cuente. Ha llovido todo el santo día, no hemos podido sacar a las fieras, son las cuatro de la tarde y estoy hecho polvo. Recia Cuñada está intentando hacer la cena, y yo ejerzo de domador en el circo para darle un poco de tiempo. Estoy deseando llegar a la oficina mañana, a ver si descanso un poco."
Hermana Ingrata: -"¿Tú vas al curro a descansar? Yo pensaba que trabajabas como un esclavo... oye, qué son esos ruidos? Casi no entiendo lo que me dices."
Estoico Hermano (inexpresivo): -"Estamos viendo «Madagascar». Por tercera vez hoy. Y jugando a los bolos al mismo tiempo. Bueno, Sobrino Espitoso está intentando enseñar a su hermana cómo jugar a los bolos, y yo estoy intentando que no la mate ni le produzca ninguna lesión permanente en el proceso. Y sí, trabajo como un esclavo. Lo cual es mucho más relajante que un tierno fin de semana familiar."
Hermana Ingrata (rebosante de cursos de pedagogía): -"¿Por tercera vez? ¿No tenéis más pelis de dibujos? Y en lugar de enchufarles a la tele, que les sorbe el cerebro, no les estimula adecuadamente y favorece la hiperactividad, ¿por qué no haces algún tipo de actividad creativa con ellos? ¿Por qué n---"
Estoico Hermano interrumpe, con tono monocorde: -"SI, la tele embrutece. SI, tenemos otras pelis. Y DVDs educativos. Y documentales de animales. Y «Dora, la exploradora». Pero no quieren verlos. Sólo quieren ver «Madagascar». Y ahora se saben los diálogos de memoria. Yo también. Antes de «Madagascar», fue un documental sobre la vida de las serpientes pitón javanesas. Tuve que ver cómo una pitón gigante deglutía un cordero -sin masticar- unas cuarenta y seis veces en las mismas dos semanas. Después de cenar, aclaro."
Hermana Ingrata: -"Estoo, suenas cansado..."
Estoico Hermano: -"Debe de ser porque este mes, desde que Bebé Brutita ha empezado a ir a la guardería y a coleccionar todos los virus infantiles disponibles, he pasado por dos gastroenteritis, un resfriado y ahora mismo tengo una erupción rara en el brazo y me pregunto si he pasado el sarampión cuando era pequeño. ¿Lo he pasado?" (Gritos simiescos de fondo).
Hermana Ingrata: -"Euh, creo que sí. Y las paperas. Te las pegué yo."
Estoico Hermano (ahora se oye estruendo de objetos que se caen): -"No te imaginas lo estupennndo de cambiar los pañales de Bebé Brutita en plena gastroenteritis. ¿Recuerdas los grabados de Beatrix Potter que nos regalaste para colgar en su cuarto?"
Hermana Ingrata: -"Um, sí..."
Estoico Hermano: -"Tu sobrina ha conseguido proyectar la caca hasta los cuadros. Empiezo a sospechar que es premeditado. Fue quitarle el pañal, y ¡zas!. Si hubiera podido medir la presión hidrostática del líquido fecal, probablemente hubiera flipado." (Mi hermano es de ciencias. Creo que ese desapasionamiento científico le ayuda a conservar la salud mental durante la gozosa experiencia de la paternidad.)
Hermana Ingrata, mirando el currusquito de pan con queso que me estoy comiendo y dejándolo en el plato, súbitamente a falta de apetito: -"...la ...presión ...hidrostática..." "Eeh, cambiando de tema, ¿has pensado algo para el regalo de Santa Madre? Porque justamente hablando con ella he tenido una idea---" Se oyen más golpes. Alaridos de fondo. Bebé que llora.
Estoico Hermano, voz lejos del auricular: -"¡Espitoso! ¡A Bebé no se le pega en la cara con los bolos!"
Sobrino Espitoso, voz quejicosa amortiguada por la distancia: -"¡Yo no le he hecho nada! ¡Se ha pegado ella sola!"
Estoico Hermano, irónico: -"Ya. Claro. Se ha atizado ella sola con los bolos." Dirigiéndose a mí: -"Pensándolo bien, es algo que podría hacer perfectamente. Lo de la psicomotricidad aún no lo domina, y lo de encontrarse la boca con la cuchara cuando intentamos que coma sola, tampoco. Como hoy, se ha introducido puré por todos los orificios faciales, confiamos en que termine comiendo algo por eliminación. Ensayo y error."
Hermana Ingrata: -"Mmh. Sobre el regalo de mamá--"
Estoico Hermano, a su primogénito: -" ¿Qué hace Bebé sin pantalones? ¿Por qué se los has quitado? ¿Dónde los has metido?"
Sobrino Espitoso, con maligno regocijo: -"Jiu, jiu, papá, ¡¡Bebé huele a CACA!!!
Guardo el queso en la nevera. Definitivamente, se terminó el piscolabis.
Estoico Hermano: -"A ver que huela..." (No quiero ni imaginar cómo está comprobando el estado del pañal de la petite.) "Pues es verdad. Se ha cagado."
Estoico Hermano, ignorándome por completo: -"Voy a cambiarla. Le voy a poner el teléfono en la oreja, así se distrae y no se retuerce cuando la cambio. Cuando se retuerce, la mierda le llega hasta--"
Hermana Ingrata: -"Vale, vale, pásamela, no necesito más detalles."
Aquí debo aclarar que Bebé Brutita está empezando a hablar, y que su repertorio conversacional es un tanto restringido, limitándose a "pan", "más", "sayonara" (esto debe de ser un vestigio de su fase cine japonés), y "aita" (papá en euskera), y a algún que otro vocablo aún irreconocible.
Hermana Ingrata, sintiéndome un poco cretina, hablando a un bebé por teléfono, y negándome a adoptar esa boz bobalicona con la que la gente suele hablar a los niños pequeños : -"¡Bebé! ¡Hola, Bebé! ¿Sabes quién soy? "
Jadeos al otro lado de la línea. Esto parece una llamada erótica.
Hermana Ingrata, consciente de que hablo a un ser humano aún no dotado de elocución, que se defeca encima y al que están frotando las nalgas con una toallita húmeda: -"Soy la tía Arantza. ¿Quién soy?" (Deformación profesional de profesora de idiomas, el famoso tic now you repeat after me).
Bebé Brutita: Más jadeos. Gorgoritos, esta vez con toque húmedo. -"Ggggfffsssszzzzrantza". "PAN."
Hermana Ingrata, pese a mi cinismo innato, ridículamente orgullosa de tamaño despliegue cognitivo: -"¡Muy bien! ¡La tía Arantza! ¡Lo has dicho muy bien!"
Bebé Brutita: -"¡PAAAAAAAANNNNN!!!!!!"
Debe de tener hambre. Claro, tanta actividad evacuatoria... Golpe en el auricular. Ruidos no identificados.
Estoico Hermano: -"Eh, oye, tengo que dejarte. Creo que Sobrino Espitoso está lanzando los clicks de Playmobil al retrete. Otra vez."
Hermana Ingrata: -"Sí, claro. Ya hablaremos más t--." "---". Línea muerta.
Hablar. ¿De qué hemos hablado, por cierto?
domingo, 2 de noviembre de 2008
Pluperfect Pumpkin Muffins / Muffins de calabaza pluscuamperfectos

