Tras el primer empacho de las fiestas, aprovecho ese lamento que se escucha en estos momentos en muchas casas, lo de "nunca-vuelvo-a-comer/cocinar-tanto-qué-bestialidad-el-año-que-viene-cenamos-verdura-en-Nochebuena", para proponeros una bandeja de entrantes sanos, supervitaminados y mineralizados (Superratón estaría orgulloso de mí) y que dará un respiro a vuestro maltratado hígado en la cena de Nochevieja.
A todos aquellos y aquellas que han acumulado desde la niñez un cierto resentimiento hacia todas esas amonestaciones de mamá con relación a las buenas maneras, como la de "untar es de mala educación", les llenará de júbilo ignorar las maternas órdenes.
Porque hoy, ante estas soberbias y sanas recetas, untar no sólo no es de mala educación, sino que es justo y necesario -no iré hasta el extremo de decir que es nuestra salvación, pero es ciertamente nuestro deber cuando nos encontramos ante tal bandeja-. Al menos, en mi cocina.
Una de las cosas que más me gustan, como buena aficionada a las verduras, es cuando un familiar o amigo me invita a cenar, y como entrante, mientras se afana a terminar la cena, saca la tan quebequesa bandeja de crudités . También me gusta que me inviten a cenar, punto ;-). Normalmente soy yo la que suda delante de los fogones, así que cuando otra persona me releva, bendita sea. A pesar de que este aperitivo ha sido adoptado en Quebec debido probablemente a las raíces francesas de los quebequeses, la versión que se prepara aquí es más norteamericana: se cortan las verduras crudas y se sirven con diferentes salsas (trempettes o dips) para untar. Mucha gente usa este aperitivo como forma de aficionar a las verduras a los niños recalcitrantes a los que no les gustan. Personalmente, prefiero el estilo más clásico de la rústica pero educativa colleja en la nuca, o las amenazas traumatizantes del estilo "cómete las acelgas o te arranco la cabeza y la lanzo por la ventana".
Esta bandeja es obra de la cocina montrealesa, aprovechando que estamos en fiestas y que poner algunas verduras en la mesa, entre tanto cava, entremés, foie gras y otros peligros para la curva abdominal, no está de más.
Las verduras que contiene son: pimiento (de cuatro colores: rojo, verde, naranja y amarillo), pepinos libaneses (una variedad miniatura, con piel muy fina y muy tierna), calabacín, rábanos y zanahorias.
Si queréis preparar una cena completa con antelación para poder pasar la velada charlando a la mesa con los amigos, podéis añadir unos tacos de queso, frutos secos, patés (o patés vegetarianos) y panes o crackers variados, salmón ahumado, y tenéis una cena sencilla en la que cada uno se sirve lo que quiere.
Propongo tres recetas de salsas para untar: la raïta, el hummus y la salsa de pimientos. Lo importante es que las salsas sean de texturas y colores diferentes, para que el conjunto sea más vistoso.
-La receta de raïta de pepino es muy fácil, hay tantas versiones de esta salsa india como personas que la preparan. A la base, yogur, pepino rallado y comino. También podéis hacer una variación y preparar tzatziki griego, igual de fresco y delicioso.
-El hummus, fácil de hacer y nutritivo, es una receta aún más sencilla de preparar cuando tomáis uno de esos atajos don't make it, fake it, que a mí tanto me gustan: un bote de garbanzos cocidos, tahini, ajo, aceite de oliva, limón y sal. Un par de minutos de batidora, y... voilà!
-La tercera salsa, la de pimientos asados, también tiene su versión "impostora" (Falsarius estaría orgulloso de mí): un bote -los prefiero a las latas- de pimientos rojos asados, otro de alubias blancas cocidas, aceite de oliva, zumo de limón, sal. Ya sabéis lo alérgica que soy a las medidas, la única recomendación que os daré es echar a partes iguales pimientos y alubias, aunque depende del color y del sabor que os guste. Otras versiones posibles: remplazar las alubias por queso feta, por un huevo duro... aunque ya no sería una salsa vegana, sino vegetariana. A mí personalmente me importa un pimiento, nunca mejor dicho, pero sé que los veganos son bastante estrictos, así que el que avisa no es traidor. Es más bien lacto-ovo-vegetariano. No sólo es un plato agradable a la vista, es también una bandeja de salud -nunca comemos suficientes vegetales crudos, para poder aprovechar realmente todas sus vitaminas-. También viene bien como "engañestómagos" si tenéis mucha hambre y no queréis poneros ciegos a picar guarradas mientras esperáis que el plato principal llegue a la tan llena de tentaciones mesa navideña.
Y si os sobran pepinos, os cortáis un par de rodajas y os las echáis a los párpados cuando los invitados se hayan largado. Este truco no rejuvenece, pero es una excusa excelente para no fregar los platos. Es muy difícil fregar con rodajas de pepino en los ojos.
7 comentarios:
(no fregar, en realidad, rejuvenece un montón)
¡Qué liberación después de las comilonas festivas!
Tengo qie informarme sobre los pepinos libaneses, que me han llamado la atención. A ver si encuentro semillas y planto este verano.
Te ha quedado un plato precioso!!!!
Un saludo, Begoña
Ohhhh, que alivio...mañana voy a por las verduritas que me faltan. Felices Fiestas
Ésto, ésto es lo que quiero yo, verduritas crujientes y fresquitas, me encanta tu opción.Nada como un plato de crudites y dejarse de comilonas indecentes.
Un beso y Felices fiestas Montrealesas Arantza!!!
Querida Arantza... lo de las rodajas de pepino como método-barrera frente al fregoteo inhumano, me lo apunto...
Y que no se entere mi partenaire... de cada siete días, seis friega él...ji, ji...
Un abrazo.
Mini-nota: el primer fruitcake ha resultado un éxito... menudo cañonazo...
Lupe: cierto, cierto. Desde que el lavavajillas entró en esta casa, tengo el cutis terso como una rosa. Aunque antes le pasaba el fregoteo al socio lo más posible, bajo viles pretextos como: "el chef no friega". Eso también ayuda.
Liuia: no sé si se llamarán así por allí. También los he visto bajo el nombre de "pepinos baladí". Son deliciosos.
Bego: gracias, pero con los colores de las verduras no es difícil hacer algo vistoso.
Mónica y Cris: esto de las crudités también le da un respiro a toda esa gente que no tiene el estómago blindado. Y es que todo el mundo no es vasco :-D. Felices fiestas a las dos, tu mesa me dejó impresionada, Cris. Nivelón.
Leni: vaya, así que fue un éxito. Felicidades. Los míos... monsieur M. confesó que se me había ido un poco la mano con el alcohol. Él. Increíble. Realmente se me ha ido la mano. Lo que no impidió que él y su familia se zamparan uno en diez minutos.
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