Brioches à la cannelle / cinnamon rolls...
Churros en un quiosco latino (sí, sí, churros en Canadá)...
Tire sur neige, o caramelo hecho vertiendo sirope de arce espesado por cocción en nieve fresca, se enrolla en un palito y... alehop! Chupa-chups made in Quebec
Unas empanadillas picantes de pollo, jamaicanas
Y para terminar, cervezas típicas artesanales de la cervecería Unibroue, con nombres geniales como la Maudite, la Fin du Monde, le Don de Dieu...
Estos quioscos se visitaban con fondo musical de tango, de una orquestilla argentina. Las parejas que llevan tiempo tomando cursos de baile se lanzaban a bailar en plena plaza, y, la verdad daba gusto verlos. No por la gracia "bailaora", que en algunos casos era abundante y, en otros, inexistente, sino por ese fenómeno que provoca el sol y el buen tiempo en Quebec: durante un par de meses, a los quebequeses se les olvida un poco la reserva y el recato habituales.
En suma, un día muy agradable.
6 comentarios:
Yo llego la primera pero me largo igual que he venido, qué valor tienes de ponernos esos bombones y demás, qué valor!!!!.
Besitos a pesar de todo.
Ana
¡Qué guay! Gracias por el reportaje tan dicharachero. Oye, en la última foto se ve de fondo a los lugareños con un atuendo propio del Caribe ¿tanto calor hace o esto del frío es relativo?
Un abrazo, :-D
PD: el pedido ya está hecho, te aviso cuando lo tenga. Daniel Belanger seguro que está bien, ya hablamos después ;-D
Guau!!! Todo se ve muy bueno! Yo fui a un evento parecido aqui en Quebec y la verdad, me dio mucha tisteza ver la cantidad de estereotipos que había en cada puesto y sobre todo en la música (un grupo de amerindios, africanos y árabes). Lo que más me llamó la atención es que el estereotipo lo crean los propios representantes de las culturas. Bueno, pero por otra parte da gusto que haya cada vez más de este tipo de eventos multiétnicos, por lo menos me di cuenta de que no soy la única morena que vive en esta ciudad!
P.D. La comida de "Chipotle" queda autentificada, tiene pinta de comida 100% mexicana incluyendo el platito de barro :)
Ana: la verdad es que esa bandeja de bombones también me hace sufrir cuando la miro...
Noema: Cuando dije que aquí pasamos de la parka y las botas a los pantalones cortos y las sandalias, no creas que exageraba mucho. También hay que decir que algunos lugareños se lanzan a los shorts a cinco grados. Pero el domingo hacía un día espléndido (¡22°!!)
(Para escuchar Belanger, pásate por el post que publiqué el 9 de mayo, "Printemps". Si te gusta, hacemos "intercambio de banderines". Te escribiré a tu página web con mi correo, para no monopolizar el espacio por aquí ;-)
MariFé (je, je, este es nuevo :-):Es difícil dar a conocer sin estereotipos cuando el tiempo y el espacio son tan limitados, supongo. Es como si se quisiera exponer en un quiosco la cocina española; sería difícil, la cocina andaluza y la vasca son bastante diferentes, por poner dos ejemplos. Estoy segura de que, con lo grande que es México, pasa lo mismo. Pero bueno, al menos hay una curiosidad por conocer al otro, y ya es algo, ¿no?
Los chupachups con palodepolo me han encantado.
Arantza... te veo realmente emocionada con la llegada del verano, y no me extraña... pero no quiero ni pensar en lo que ocurrirá cuando se marche...
Retiro esta última frase, hoy estoy con un humor demasiado negro.
Muchas gracias por el reportaje, ha estado muy bien... quien sabe, quizás el año que viene....!
Besazos.
Sara: no te pongas ceniza, mujeerr... ;-) Lo que suele pasar cuando llega noviembre, con el frío y los anocheceres a las cuatro de la tarde, es que me entran unas ganas de hivernar... lo soluciono acostándome a las nueve de la noche, cosa que no he hecho ni en mi más tierna infancia, y con café via intravenosa cuando me levanto. Este estado "marmotil" dura unas dos semanas, hasta la primera nieve.
Hala, arriba esos ánimos!
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