Las lechugas del super tenían una leve depresión, así que compré unos brotes de soja para la ensalada. Y me inventé esta especie de ensalada oriental con Cuatro Nobles Ingredientes. Los Cuatro Nobles Ingredientes de esta ensalada, sencilla pero alimenticia, son: tofu (previamente marinado en salsa teriyaki y frito), gambas cocidas y peladas, brotes de soja y sésamo.
El tofu se puede comprar ya frito, y las gambas están congeladas ya cocidas y peladas, así que esta receta casi puede ser calificada de "impostora", según Falsarius. Lo único que queda por hacer es cortar el tofu en cubos (o en forma de mándala, si sois de Bilbao), y mezclar los ingredientes de la vinagreta.
La vinagreta Nirvana: gengibre, aceite de sésamo, salsas wafu y teriyaki, vinagre de arroz.
Tampoco es que alcanzarámos la cesación del sufrimiento, pero no sufrimos en absoluto comiéndola.
Es algo bastante raro, lo de que improvise algo por completo, como esta ensalada. No soy una cocinera creadora. Pero soy una cocinera creativa. Me explico: es raro que invente por completo una receta. Me gusta seguir una receta, es algo que me da seguridad, pero, al mismo tiempo, es muy poco probable que siga la receta a rajatabla, porque siempre la adapto para hacerla lo menos grasa posible, o porque me faltan ingredientes, o porque Júpiter está en la casa de Saturno... nunca he sido capaz de hacer como esos kamikazes de la cocina, que se montan menús organizadísimos para toda la semana, se los imprimen y se van con la lista al supermercado, comprando lo que necesitan con precisión soviética. Lo mío es infinitamente más caótico: me paseo por el supermercado como una turista, cuando veo algo con buen precio y buen aspecto, lo compro, y ya pensaremos después qué demonios hacer con, pongamos, cartílago de tiburón.
Este caos mío se manifiesta en forma de sobras bastante esquizofrénicas en la nevera, y el pobre monsieur M. se ve reducido a la condición de cobaya culinaria extremadamente a menudo. Él sabe cocinar perfectamente, pero como siempre está derribando tabiques en casa, en esta reforma escorialesca que no cesa, pues al final he tomado el mando de la sección avituallamiento de nuestro cuartel general.
Lo que da lugar a situaciones un poco surrealistas en casa :
Monsieur M.: - "Casi he terminado con la escayola. ¿Estás lista para la cena?" (pero en francés, claro)
Yo: - "Sí, ya casi está. Esta noche he probado una receta de (por ejemplo) ... empanadillas de cartílagos de tiburón con mousse de puerros. ¡Je! No tenía ni idea de cómo se limpian los cartílagos esos, a ver qué sale..."
Monsieur M. (con imperceptible fruncimiento de ceño): - "Mon p'tit loup, (porque me llama eso, y encima me gusta, qué bochorno, y yo que me reía de los "cari" o "mivi" de mi hermano), sabes, no tienes por qué darte tanto trabajo, si a mí, para cenar, cualquier cosa, ya me conoces, yo con una barra de pan y un poco de queso soy feliz..."
Yo (con mi mejor tono de esposa modelo): -"Pero hombre, si llevas todo el día lijando suelos a cuatro patas y tragando polvo de escayola... lo menos que puedo hacer es preparar algo interesante, y a mí ya sabes que me gusta cocinar, que no es un trabajo..."
Monsieur M., (ahora francamente inquieto): -"Ya, ya sé que lo haces a gusto, pero es que, en fin, ahem, últimamente me apetecía, er, (agitándose incómodo), es decir, sé que has trabajado mucho en la cocina, pero me preguntaba si, euh, podríamos cenar, en un momento dado, ...ehm, un bocadillo de queso con tomates."
Yo: -"Un bocadillo, ¿cómo te voy a dejar cenarte un bocata, con el día de curro infernal que te acabas de sacudir, en pleno fin de semana, además? Cuando puedo hacer una buena cena, algo novedoso."
Monsieur M.: -"No, si lo de probar cosas nuevas me gusta, ya lo sabes, pero... (respira hondo) ... ¡es que tanta novedad acaba agotando! (con voz tensa, como de ataquito de nervios subyacente) ¡No puedo más! No te lo tomes a mal, pero, ¿no podríamos repetir alguna receta? Ya sabes, como hace la gente normal, los viernes pizza, los domingos hamburguesas en la barbacoa, patatas fritas, yo que sé, algo así.".
Esta semana en el super he comprado hot dogs y carne picada. Lo que hay que hacer por amor.
La vinagreta Nirvana: gengibre, aceite de sésamo, salsas wafu y teriyaki, vinagre de arroz.
Tampoco es que alcanzarámos la cesación del sufrimiento, pero no sufrimos en absoluto comiéndola.
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Es algo bastante raro, lo de que improvise algo por completo, como esta ensalada. No soy una cocinera creadora. Pero soy una cocinera creativa. Me explico: es raro que invente por completo una receta. Me gusta seguir una receta, es algo que me da seguridad, pero, al mismo tiempo, es muy poco probable que siga la receta a rajatabla, porque siempre la adapto para hacerla lo menos grasa posible, o porque me faltan ingredientes, o porque Júpiter está en la casa de Saturno... nunca he sido capaz de hacer como esos kamikazes de la cocina, que se montan menús organizadísimos para toda la semana, se los imprimen y se van con la lista al supermercado, comprando lo que necesitan con precisión soviética. Lo mío es infinitamente más caótico: me paseo por el supermercado como una turista, cuando veo algo con buen precio y buen aspecto, lo compro, y ya pensaremos después qué demonios hacer con, pongamos, cartílago de tiburón.
Este caos mío se manifiesta en forma de sobras bastante esquizofrénicas en la nevera, y el pobre monsieur M. se ve reducido a la condición de cobaya culinaria extremadamente a menudo. Él sabe cocinar perfectamente, pero como siempre está derribando tabiques en casa, en esta reforma escorialesca que no cesa, pues al final he tomado el mando de la sección avituallamiento de nuestro cuartel general.
Lo que da lugar a situaciones un poco surrealistas en casa :
Monsieur M.: - "Casi he terminado con la escayola. ¿Estás lista para la cena?" (pero en francés, claro)
Yo: - "Sí, ya casi está. Esta noche he probado una receta de (por ejemplo) ... empanadillas de cartílagos de tiburón con mousse de puerros. ¡Je! No tenía ni idea de cómo se limpian los cartílagos esos, a ver qué sale..."
Monsieur M. (con imperceptible fruncimiento de ceño): - "Mon p'tit loup, (porque me llama eso, y encima me gusta, qué bochorno, y yo que me reía de los "cari" o "mivi" de mi hermano), sabes, no tienes por qué darte tanto trabajo, si a mí, para cenar, cualquier cosa, ya me conoces, yo con una barra de pan y un poco de queso soy feliz..."
Yo (con mi mejor tono de esposa modelo): -"Pero hombre, si llevas todo el día lijando suelos a cuatro patas y tragando polvo de escayola... lo menos que puedo hacer es preparar algo interesante, y a mí ya sabes que me gusta cocinar, que no es un trabajo..."
Monsieur M., (ahora francamente inquieto): -"Ya, ya sé que lo haces a gusto, pero es que, en fin, ahem, últimamente me apetecía, er, (agitándose incómodo), es decir, sé que has trabajado mucho en la cocina, pero me preguntaba si, euh, podríamos cenar, en un momento dado, ...ehm, un bocadillo de queso con tomates."
Yo: -"Un bocadillo, ¿cómo te voy a dejar cenarte un bocata, con el día de curro infernal que te acabas de sacudir, en pleno fin de semana, además? Cuando puedo hacer una buena cena, algo novedoso."
Monsieur M.: -"No, si lo de probar cosas nuevas me gusta, ya lo sabes, pero... (respira hondo) ... ¡es que tanta novedad acaba agotando! (con voz tensa, como de ataquito de nervios subyacente) ¡No puedo más! No te lo tomes a mal, pero, ¿no podríamos repetir alguna receta? Ya sabes, como hace la gente normal, los viernes pizza, los domingos hamburguesas en la barbacoa, patatas fritas, yo que sé, algo así.".
Esta semana en el super he comprado hot dogs y carne picada. Lo que hay que hacer por amor.
16 comentarios:
Jajajajajajajajajaja! Que fino y educado es tu "contrario" hija! Me explico: yo, de vez en cuando, también me pongo "creativa" en la cocina y mi "contrario" no se mete en la boca nada nuevo sin antes haber llamado al forense para que le haga la autopsia y a los de la científica para que tomen muestras. Lo mira, frunce el ceño, lo levanta del plato para ver que hay debajo (por si encuentra el arma homicida debe ser), pregunta que es, de que está hecho, como está hecho... tuerce el morro... y cuando yo ya estoy de los nervios atacá del todo lo prueba por fin... y con cara de asombro dice esto: anda, pues está bueno!
Pa matarle
Cuando le habré hecho yo algo que no se pudiera comer (mas o menos).
Un saludo a M y un besuco.
El marío me dijo ayer que iba a empezar a cocinarse algunos platos para él...¿estará harto de comida vegetariana, de inventos raros o simplemente de que no sea capaz de hacer guisos de carne como está mandao? lo de "no, si yo con un bocadillo ceno estupendamente" se oye mucho en mi casa ultimamente ;P
Por cierto, yo que también soy de compras impulsivas ayer me hice con un bote de chutney de mango...alguna recomendación?
jajajaja... no sé porque, esta conversación me ha sonado... y bastante!
Has cruzado la delgada línea de la improvisación total: a partir de ahora no habrá quién te pare. En mi última "creación" me inspiré en un plato de Eva Arguiñano, cuyo único ingrediente en común del resultado era el pato (naturalmente, en formato totalmente diferente) y la patata (a mi bola).
En serio. Por suerte, mi media orange no cocina, con lo que a la mínima flaqueza o súplica para dejar de ser una cobaya culinaria, puedo atacar siempre al chantaje emocional (es de un bueno....).
Abrazos!
ah, por cierto, la ensalada tiene una pinta deliciosa.
Dispersa: lo que tu "contrario" necesita es una terapia de choque. Llévale de tapas y asegúrate de que le metes en el tascorro más infecto que puedas encontrar en tu ciudad. Una vez allí, ejerce presión hasta que se zampe ése pincho de ensaladilla rusa con costra de vejez en la mayonesa. Cuando lleve ya un par de días sufriendo los efectos, le recuerdas hábilmente: -¿Ves? Cuando comemos en casa eso no no ocurre nunca". Es un método malvado, pero funciona.
Lía: mujer, si no va contra tus convicciones, dale un filetito de mamut de vez en cuando. Si se te da mal lo de guisar animal muerto, pues unas hamburguesitas caseras, o puré con salchicas, que eso le sale bien a cualquiera.
Te confesaré que tengo un truco artero y sutil: suelo mezclar tofu picado con la ternera de las hamburguesas o albóbdigas. Con un poco de salsa Perrins, el sabor no se diluye, pero la grasa sí. Y monsieur M. ni se entera. Menos mal que no suele leer los comentarios.
En cuanto al chutney, lo investigo y te comento.
Sara: qué malas somos las mujeres... yo ese chantaje no lo utilizo, porque la verdad es que él se las arregla perfectamente con un wok al fuego. Y con la barbacoa. Vamos, que podría sobrevivir perfectamente.
Aish, qué incomprendido está el mundo de la experimentación culinaria... Menos mal que a mi Tonisito le gusta comer variado (o al menos se ha resignado, el pobre ;))
Con el chutney de mango yo me hago... ¡BOCADILLOS! :D:D:D Un bocadillo de queso curado o roastbeef con un poco del chutney en cuestión y ¡gloria pura! Si el pan es de nueces, mucho mejor :)
Besos.
No tengo ningún inconveniente en cocinar carne o pescado, el problema es que a él los guisos se le dan infinitamente mejor...pero que conste que voluntad pongo, otra cosa es que quede remotamente parecido a la receta original. Para compensar le compro mucho jamón del "güeno" ;P
Marona, lo del queso con chutney suena genial...me acabas de solucionar la cena ;)
Gracias por el consejo pero... tachan MI CONTRARIO ES DEL GREMIO HOSTELERO con lo que tu habil plan queda anulado por la experiencia con las ensaladillas "de confianza" que tiene el hombre.
Pero lo que me compensa (ayyyyy que gustazo hijas) es cuando veo una versión de alguno de mis "experimentos" en las vitrinas del chiringito donde trabaja mi contrario.... jeijijijeijeijie VICTORIA.
Un besuco.
ay que no que no pa mi una de perritos calientes como papá, con mucho ketchup y bollito como el del macdo
Dispersa: aaah, ahora entiendo la desconfianza de tu contrario... lo que pasa es que es un "PRO"(fesional)!!!
Marona: pues qué buena sugerencia. (¿Detecto cierta guasa en tu forma de escribir BOCADILLOS? Mira que estoy muy susceptible en cuanto a ese tema... :-) Es verdad que los chutney acompañan muy bien a las carnes, como los "relish" (los caseros, no eso verde fluo que le ponen a los hot dogs de aquí. Hablando de hot dogs...
Sumire: creo que cuando vengas a visitarme este otoño, vas a sufrir. Menos mal que hay un MacDo en cada esquina... :-)
Jajajaja... Ya me imagino a monsieur M., el pobre! No puedes pedirle que siempre esté dispuesto a adorar tus inventos (sobre todo cuando están hecho a base de calabacitas!!!!) Jejejeje...Ya dale su hot dog y sus chips al pobre!!!!!!!! Creo que iniciaré el club de los maridos (y esposas) víctimas de las cocinas inovadoras. :P
María F.: en cuanto hagamos esas hamburguesas les saco, una foto, lo juro. Y ya, ya sé que no sólo de tofu vive el hombre... al menos, no el mío.
Jope, qué animada que está la tertulia ésta, si es que, aunque queramos ocultarlo con modernidades (como diría mi madre), llevamos el marujeo en las venas. Pues mi Herr K (la versión alemana de monsieur M) me come también de tó. Hace algo así como un mes tuvimos un pequeño altercado con un arroz con champiñones, que sin modestias aparte me había quedado estupendo, cuando DIRECTAMENTE (es alemán) sacó el bote de ketchup picante y sin mediar palabra le echó a su plato de arroz la cantidad para un regimiento. A pesar de mi respuesta INDIRECTA (a la española), comprendió el mensaje cuando me pasé el resto del día sin dirigirle la palabra. ¡Que viva la comunicación intercultural!
BESOS ;-D
PD: Yo creo que el "Mon p'tit loup" no tiene el mismo efecto por eso de estar en otro idioma, cuando me da por traducir a mí lo que oigo a veces (los días que no ha habido ketchup de por medio) se me revuelven las vísceras.
Amiga Noema (y todas aquéllas a las que traumatiza el tonillo marujón de esta entrada): No hay que tomarse este blog totalmente en serio, hijas mías. Si bien todos los platos (y las fotos) son verídicos y hechos por una servidora (salvo las portadas de libros o las ilustraciones), y todas las anécdotas sí que tienen una fuerte base "real life", hay otra parte que es la que le salpimento yo, como licencia creativa. ¿Cuál? Ah, si os lo digo, ya no tendría gracia, y éste se convertiría en uno de esos blogs en los que una cuenta las broncas con su novio.
Lo cierto es que monsieur M. se defiende muy bien en la cocina, (y en la plancha, aspiradora, platos y costura, por algo lo ha criado una quebequesa), pero tenemos este convenio colectivo que hace que, como a mí no me emociona demoler paredes ni desatascar tuberías, (aunque ya lo hehecho, por aquello de aprender a defenderme yo también en otros campos), cuando hay obras mayores yo me encargo del "catering".
En cuanto a lo del ketchup, no sabes cómo te entiendo. Yo tuve que electrificar el salero para que no le echara mano antes de probar la comida. Y lo de los apelativos cariñosos, es lo que tiene un segundo idioma, les toleramos cosas que en español nos darían sarpullido. Pero mejor eso que no que nos llamen, yo qué sé, "morsa mía", ¿no? ;-)
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