Me encantan los lichis, la flor de las frutas. La textura, que se parece a la de las uvas, y contrasta con lo rugoso de la corteza, la pulpa jugosa y ese sabor... es curioso, siempre me ha recordado a la rosa. Como esos caramelos de rosa tan antiguos, que se venden todavía en algunas confiterías españolas... quizá a eso se debe el color rosa que toman cuando están maduros.
Todos estos lichis en mi plato, todas esas rosas por comer...
Vienen de lejos, de China.
2 comentarios:
ugggg, no puedo soportarlos.. esa textura, ese sabor....
sin embargo son muy fotogenicos ;)
Sumire: curiosamente, yo tampoco podía soportar los mencionados caramelos de rosa (ni los de violeta, que me provocaban náuseas), lo que demuestra que los sabores artificiales no tienen nada que ver con los naturales. O asín.
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