Una de las cosas que más me gustan de vivir en Montreal es que en esta ciudad hay un barrio chino. Pequeño, pero auténtico, con sus puertas chinas (una por cada punto cardinal) y todo. Cuando necesito nuevas reservas de té verde, me doy un paseo por sus tiendas, en las que siempre encuentro cosas desconocidas, botes de marinados enigmáticos, dulces de aspecto extraterrestre, alimentos deshidratados que parecen pertenecer más a la cueva de Ali Baba o al laboratorio de una bruja, que a una tienda de ultramarinos.
Té de crisantemo y ginseng. Con virtudes terapéuticas (la caja no explica cuáles). Y tisana "Amazing almond".
Los vecinos del barrio chino compran mucha carne laqueada para llevar a casa. Los mostradores de asados son espectaculares : el pato laqueado brilla tanto que debería venderse en las joyerías.
El horno chino, que puede verse en la tienda, ya que esta carne se asa in situ, es completamente diferente al horno que utilizamos en occidente. En el horno chino el pato se asa colgado, tiene una especie de brasero encendido que le da el fuego por abajo y sale por arriba. Todo lo que està colgado dentro de este tubo, se cocina de una forma uniforme y queda completamente dorado, con ese aspecto "barnizado" gracias al azúcar contenido en la miel con la que se ha untado previamente el exterior de la pieza de carne. El marinado de la carne suele contener miel y salsa de soja (entre otras cosas misteriosas :-).
Sección refrigerados : Me pregunto que será eso envuelto en las hojas, a la derecha de la foto... está en "spécial", es decir, de oferta. La señora que trabaja en el súper no hablaba suficiente inglés ni francés para explicármelo. Pena.
Otro enigma : ¿Animal? ¿vegetal? Misterio chino. Se vende en la sección "marinados a granel". Normalmente soy intrépida, pero con esto no me he atrevido.
5 comentarios:
Sabes? en un principio a mi también me encantaba el barrio chino, pero desde que una vez, en un resto-buffet vi que habia mas cucarachas que meseras, ya no quise poner un solo pie ahi!
Saludos, aqui el que tiene nombre de torero (digo pa' conservar lo confidencial de tu blog)
Compañero de fatigas, estimado Don R.R ;-):
Es cierto que en algunos sitios, por haber cucarachas, haylas. Pero es que yo he viajado siempre con muy poco dinero, con lo cual me he curtido bastante. Con tal de que no me ponga enferma, y que no se mueva, me animo a probarlo todo. O casi. Sé de que buffet hablas, el de la terraza en la calle. De todas formas, ahí no se comía muy bien. Conozco bien el barrio porque trabajé allí (Complexe Desjardins) durante un año. Prueba Tong Por, (43, La Gauchetière Est) es donde los chinos montrealeses celebran las bodas. Es un poco más chic, y bastante barato. Sin cucarachas.
Lo de las bodas lo afirmo, lo de las cucarachitas... mejor ni lo pensamos porque yo creo que no hay buen restaurant chino sin este ingrediente :S
Mi chospo dice que lo ambigüo son probablemente "Okras" pero no sé (ni me tomé la molestia de investigar) cómo se traduce ;)
Te juro que no son okras, sé reconocer esa verdura. Esto era blanco, como de color de pasta, y de verdad no sé si eran una especie de raviolis, o algo animal (pincha en la foto para agrandarla, a ver si me sacais de dudas).
En el post del 16 de abril, Ander tuvo la amabilidad de esclarecer uno de estos "misterios chinos". Copio su comentario aquí:
"Te voy a desvelar un pequeño misterio que he visto en tu blog: la oferta especial envuelta en hojas. Son zongzi (en mandarín, no sé cómo lo dirán los chinos de Québec) y suelen estar rellenos de arroz glutinoso y carne o alubias rojas dulces, todo envuelto en hojas de loto o bambú. Se suelen preparar al vapor y se cuecen mucho tiempo (no sé si los venden precocidos ya), con que el resultado es una pasta en la que el arroz es casi irreconocible de tan cocido que queda, pero al mismo tiempo resulta entre gomoso y seco. A mí me encantan, aunque tengo que decir que a muchos extranjeros les parecían un tanto extraños. Quizás puedes probar con pedirlos en un restaurante."
Creo haberlos probado en un dim dum, pero con el envoltorio no los había reconocido. ¡Y a mí también me gustan!
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