lunes, 12 de enero de 2009

La amabilidad de los ¿desconocidos?

En febrero va a hacer un año que empecé a escribir este blog. Podría decir que en un momento de arrebato literario el cielo nublado dejó escapar un rayo de sol entre dos nubes desgarradas, y que este rayo iluminó mi portátil, y que una voz atronadora dijo: "Escribe". Nada de eso. El nacimiento del blog fue producto de un resfriado invernal, en pleno febrero, cuando el invierno canadiense bajo la nieve ha perdido mucho encanto y los veinte grados bajo cero dan ganas de suicidarse, o de comerse cuatro tabletas de chocolate, o una ensaladera gigante llena de espaguetis a la boloñesa, o de intentar suicidarse comiendo el chocolate y los espaguetis.

Otra causa del origen de este engendro escrito que aún sobrevive es el bloqueo monumental que experimentaba mi tesina en la época (ahí le ando, no creáis).

Toda la ecuación puede resumirse en: pastosez mental producida por sobredosis de Tylenol gripal + estado de decaimiento físico (moqueo, veinte bajo cero, invierno interminable) + estado de decaimiento mental y académico (maldita tesina que no cesa) = blog.

Mi legendaria minusvalía tecnológica era aún más manifiesta que hoy en día (si vais a leer las primeras entradas, necesitaréis una lupa para poder ver las fotos, minúsculas), y la literaria... sin comentarios. Ésta última no ha mejorado mucho. Poco podía imaginarme por aquel entonces que terminaría teniendo amables lectores habituales, que aparte de leer mis tonterías intentarían cocinar las recetas que experimento aquí, que tendrían la paciencia de escribirme comentarios y que, a fuerza de leerme/leerlos (sus blogs)/escribirme/escribirlos, terminaría sintiendo que algunos de ellos son algo así como viejos amigos, como esos viejos amigos que he dejado en España, de los que sé muchas cosas, pero de los que desconozco la vida cotidiana, porque no los veo.

Y como muchas veces no sé qué aspecto tienen esas personas, me pasa como cuando vuelvo a ver a mis amigos en verano y veo que en mis dos años de lejanía han engordado, o adelgazado, o perdido pelo, o ganado arrugas y sabiduría, algunos incluso han añadido bebés a sus vidas. Son viejos conocidos y desconocidos a un tiempo, porque la imagen mental que conservaba de ellos no coincide con la nueva que tengo ante mis ojos. Siempre necesito un rato de charla para ajustarme a la nueva imagen. Imagino que a ellos les pasa lo mismo.

Algunas de esas amigas blogueras me han hecho reír mucho, (sus blogs deberían der declarados de utilidad para la salud pública por la Seguridad Social), pensar un poco (no lo hago en exceso, me fatigo por la falta de costumbre) y sonreír violentamente; me han alegrado numerosas mañanas y hasta me han enviado una muestra de su talento:


Otras me han descubierto países que no conocía, y que ahora me resultan extrañamente cercanos porque me digo cosas como "Noema vive allí", me han hecho ver películas de las que no había oído hablar, me han sorprendido con ciertas coincidencias y, conscientes de mis añoranzas, y de mi "navideñitis" aguda, me han mandado un paquete salvador:




A las dos amables "desconocidas" que menciono en el título, parafraseando a Blanche en "Un tranvía llamado deseo" (y casi en su mismo estado de decrepitud mental, todo hay que decirlo), no sé muy bien qué decirles, salvo: ¿qué he hecho yo para merecer esto? En el mejor sentido de la frase.

Y gracias. De verdad. Y no sólo por los regalos.

14 comentarios:

Marona dijo...

Yo también estoy fascinada con la relación que tengo con mucha gente por este medio que parecía tan frío y no lo es tanto. Por cierto, ayer nos comimos las últimas tazas de la sopa de apio y manzana... ¡deliciosa!

Anónimo dijo...

Pues hija, las que curramos en casa agradecemos echarnos unas ciber-risas, probar recetas, y descubrir mundo. ¡Qué vivan las ideas surgidas de los resfriados!

Anónimo dijo...

Cuando te leo, siento que leo a una amiga, te siento incluso más cerca que a amigas a las que veo a menudo...sera la magia del internes este?? no lo sé, solo le doy las gracias por poder acercarme un poquito a personas tan maravillosas como tú, personas que de otra forma jamas conocería.
Al principio pasaba calladita por algunos sitios hasta que el algunos de ellos tropecé con gente tan escepcional que fue imposible seguir callada.
Gracias a ti también he descubierto otros sitios interesantes...
Mi único freno es que normalmente os leo desde el trabajo y, claro, a veces hay que trabajar! jajajaj
Si algún día voy a Canada me encantará decirte todo esto en persona...quien sabe? ademas, soñar es gratis y no engorda!jajajaj
Mil besos
Maite

Anónimo dijo...

Yo siempre me muero de risa con tus textos, de hambre y de envidia con tus recetas y de admiración con tus estilismos hogareños (esto incluye a Alfonso y a Julieta, tan decorativos en cualquier rincón).
Gracias a ti.

CRIS dijo...

"The confort of the strangers"....perdona, pero no te imagino como Blanche Dubois, y mucho menos decrépita con la vitalidad que desprenden tus post. Creo que tu mérito es que tus post son tan hilarantes como tiernos y por eso estamos todos tan enganchados esperando con qué nos vas a sorprender.Por cierto, no sabes las carcajadas que me proporcionaron las "perlas" críticas de los funcionarios.
Estoy con Marona, me ha sorprendido mucho la afinidad que se puede llegar a sentir con gente que está tan lejos y que tan siquiera sabes qué cara tienen.
feliz día el que se te ocurrió empezar el blog!.

Snowinseville dijo...

De las crisis y los cambios se suele salir más fuerte y mira por donde tu criatura va a cumplir un añito, sigo riendome mucho con tus ácidos comentarios y descripciones humorísticas. ¡que veamos a la criatura cumplir muchos más! bss

Anónimo dijo...

La príncipe mordisqueada podría ser mía... prometo que el paquete iba cerrado ¡ha sido Arantza!
La pegatina del corazón me ha hecho sonreír, lleva también su pequeña historia: cuando estaba escribiendo los datos en la oficina de correos se me sentó al lado una niña de unos cinco años que jugueteaba con unas pegatinas. Le pregunté que qué iba a hacer con esas pegatinas tan bonitas y me dijo que eran para enviar y que si quería una. Antes de que me diera tiempo a agradecerle el ofrecimiento, y mientras le decía que las guardara para sus amigos, ¡zas! me había pegado una con un corazón grande en el paquete y, aunque estaba un poco rota, no quedaba mal! Al entregarlo en la ventanilla, la funcionaria, al ver que estaba un poco desgarrada me pegó otra encima para "solucionarlo", y así salió el paquete lleno de corazones a cruzar el Atlántico!

alinitaxula dijo...

Hola Arantza me encanta tu blog y aunque lo descubrí hace muy poco siento como si te conociera de hace mucho tiempo, me encanta tu sentido del humor, tu ironía y me haces reírrrrrr con tus historias. Esto de los blogs es un mundo y de momento me he llevado muchas alegrías, que así siga....
un besin desde Santiago¡¡¡¡¡
alina

Arantza dijo...

Marona: me alegro de que te gustara la sopa, eso me recuerda que este verano pasado probé tu crema fría de aguacate y guisantes... y pensé que tenemos afinidades en eso de mezclar el verde con cosas "insólitas" :-). Espero que en tu casa ya haya subido la temperatura. Es verdad, lo de que se conoce gente simpática por internet. Yo no tengo ninguna experiencia negativa, prácticamente todas son positivas.

María, curranta: qué bien, ser útil en más de un sentido :-). Yo atribuyo mi idea a que aquí los antigripales son un poco alucinógenos.

Maite: uy, qué de cosas bonitas me dices. Y qué bien que decidieras animarte a comentar. Cuando leo a los "habituales" de la cocina, me da un poco la impresión de teneros a todos aquí sentados con una tacita, charlando... si te animas a venir de vacaciones por estas latitudes, una visita a la cocina montrealesa es obligatoria, ¿eh?.

Lupe (ahora soy yo, la colorada): jo, uf, qué bochorno. Lo del estilismo, con gatos no tiene ningún mérito, son decorativos naturalmente. En cuanto al resto, sólo hay un truco que se resume en tres palabras: Gran Primer Plano. Cuanto más cerca del manjar fotografiado, menos se ven los calcetines que monsieur M. ha dejado colgados en el respaldo de la silla, los periódicos acumulados de las últimas tres semanas y las peladuras de clementina en la mesa. Y voy aprendiendo en esto de las fotos, aunque mi cámara es casi una Fisher-Price. En cuanto al hambre... mañana nos anuncian 30 bajo cero. A esa temperatura, una necesita construírse una sólida capa adiposa. A quién se le ocurre vivir en un clima que impone el biquini durante diez meses al año, vamos hombre ;-). Emigra, Lupe, emigra. Con lo bien qué escribes, y lo bien que traduzco :-P, algo nos organizaremos por aquí.

Cris: es lo que pasa cuando una tiene lectoras así de cultivadas... que pillan todas las "pistas ocultas" al vuelo... el título no es sólo una frase de "Un tranvía...", es también un guiño a tu último post, que lleva el título de otra novela de Ian McEwan. Yo, que tengo más de hábil "recicladora" que de verdadera creadora, suelo dejar alguna cosita así de vez en cuando, para ver quién la recoge... :-) Gracias por todo lo que bueno que dices del blog, mujer, van a pensar que te pago ;-). Yo sigo queriendo saber qué cámara tienes, dónde aprendiste a hacer fotos tan bonitas, y cómo haces para darles esa pátina de color pálido... explica, explica, soy toda oídos.

Nieves: gracias, un beso a tí también. y esto no iría muy lejos si no tuviera lectores. No me gusta hablar sola.

Noema: te juro que la galleta salió así del paquete... ;-). Ya sabía que esos corazones superpuestos tenían detrás una historia... Al final conseguí montar la estrella, no veas lo orgullosa de mí que me puse (bueno, no era tan difícil). pero he tenido que esconderla, asustaba a los gatos :-D, creo que la confunden con una mina antipersonal. Si es que ven demasiado la tele. Gracias mil por los regalos, guapaza.

Alina: al fin, una mexicana que entiende mi sentido del humor (ya se me van a enfadar las amigas de por aquí :-). Pero claro, tú tienes entrenamiento de unos cuantos años en Galicia. Ahora en serio: gracias por pasarte fielmente por aquí. Los comentarios son lo que mantiene un blog en forma y con ganas de seguir. Un saludo.

Pilar dijo...

No se si da miedo, risa, o mas bien lastima. Pero es así. Tenemos mas contacto cotidiano con personas que viven al otro lado del Atlántico que con nuestra vecina de enfrente. Y es genial. ole la diversidad cibrenáutica :)

Irisibula dijo...

Yo voy a seguir leyéndote y dejando comentarios siempre que pueda porque me encantan tus historias y las recetas, también! Muchos saludos y Feliz Año!

Arantza dijo...

Pilar: es verdad, al principio también me daba cosa y pensaba "el tiempo que invierto en esto, podría salir y conocer gente". Pero bueno, he acabado con la culpabilidad, pensando que también conozco gente, con la ventaja de poder hacerlo en pijama y al calorcito.

Iris: feliz año, a tí también. Gracias por pasarte fielmente por aquí.

liuia drusilla dijo...

Pues me alegro de que te cogieras la gripe, jajaja, porque no te imaginas lo que disfruto leyéndote.
¡Feliz cumpleblog!

Arantza dijo...

Liuia: vaya, gracias. No escribas aquí la dirección a la que tengo que mandarte el cheque, que se va a notar mucho que te pago por hacerme buena prensa ;-)