domingo, 13 de abril de 2008

Bubble tea








Hace unos días, en una de mis exploraciones de "teófila", hice todo un descubrimiento.
Cual reportera dicharachera, decidí entrar en un salón de té que parece hacer furor entre los adolescentes del barrio chino.
Aparte de sentirme un poco vieja para estar allí (era la única que no llevaba pasadores de colores en el pelo y pulseras de plástico), me lancé a pedir un bubble tea, algo que hacía tiempo que tenía ganas de probar. Ahora ya se encuentra en los malls del centro de Montreal, pero tomarlo en un salón de té con pantallas de videojuegos en cada sofá y rodeada de adolescentes chinas con el flequillo teñido de verde me parecía mucho más apropiado.

El bubble tea en realidad no siempre contiene té (el mío sí). Aún así, su nombre es extrañamente representativo. Está preparado con algo que parece aproximarse al jugo de frutas natural (el mío era de mango), batido con leche (imagino que de soja, porque los asiáticos suelen ser intolerantes a la lactosa), y en el fondo hay unas bolas negras que parecen estar hechas de taro, un tubérculo similar en sabor a la batata, o de cassava (mandioca o yuca). Según la amable explicación del jovencísimo camarero.


Estas son las bubbles. Tienen una textura como la tapioca, es decir, gelatinosa. Son dulces. Al principio son una sorpresa, el té se sirve con una pajita enorme, por la que se absorben. Si no se ha prevenido al cliente, probablemente que el camarero va a tener que practicar la maniobra de Heimlich de vez en cuando.

Por cierto, que el nombre de este brebaje viene de boba tea, boba es la palabra en ciertos argots chinos para denominar un elemento (mejor dicho, un par de elementos) de la anatomía femenina. (Aquì, risita adolescente del susodicho camarero, acompañada de discretos ronquidos y resoplidos del grupito instalado en la mesa más cercana).

Este tipo de falta de imaginaciòn parece ser universal, hasta los chinos la padecen.

(Suspiro). Sì que debo de estar un poco mayor para beber esto.

9 comentarios:

jesús jeleton dijo...

Hola hace días que intento ponerte algo pero el blogger me lo impide siempre. Que yo también tengo Birkenstocks y con calcetines mucho mejor. Que me intento hacer vegetariano sin crear conflicto ni tirar comida pero es casi imposible. Que le paso tu blog a mi novio Ander que es sinólogo y cocinillas. Besitos. Volveré.

Arantza dijo...

¡Ooohhh!!! ¡Hola!!!! ¡Te he echado muchísimo de menos! ¡No sabía si habías recibido la dirección del blog! ¡Cuando tengas un rato, ponme un mail a la dirección de siempre y cuéntame qué tal andas! ¿Birkenstock? ¿Vegetariano? ¿Novio sinólogo? ¡Pues sí que te han pasado cosas!
Besos contentos.XXX

Anónimo dijo...

a ver ese té, creo que prefiero todavía un buen té verde con limón caliente!!

Arantza dijo...

Annie: hay que ser intrépida de vez en cuando. ¡Y no estaba mal!
¡Era mucho menos dulce que los milkshakes del Dairy Queen!

Maria Fernanda dijo...

La última vez que M. y yo tomamos un bubble tea acabamos aventando las bolitas de tapioca a la calle, utilizamos el popote (pajita) como una cerbatana. A mí me encanta tomar este té, además tienen sabores de cosas tan exóticas como el mango, la piña o la guanábana... Estos romanos están locos!!!! jejejeje

I bubble you! :)

Anónimo dijo...

Arantza: Vale! voy a tratar uno cuando iré al barrio chino!

Arantza dijo...

María : la curiosidad me corroe. ¿Qué es la guanàbana? Y màs importante : ¿tiene derecho al voto?

Arantza dijo...

Annie: ya verás, una vez que aceptes la textura un poco "especial", te va a gustar. Y si no te gustan las bubbles, siempre puedes hacer una batallita, como María con su novio.
Go, girl, go!

Maria Fernanda dijo...

La guanábana es una fruta tropical deliciosa. Te dejo el enlace de wikipedia. Si algún día vienes a México te llevaré a comer una fresca ;)
http://es.wikipedia.org/wiki/Annona_muricata