jueves, 19 de marzo de 2009

Poutine

... lo hice. Me comí una poutine. El plato nacional de Quebec. Alta gastronomía.

Bueno, más bien me comí la poutine, la poutine anual. Sin anestesia ni previa ingesta de alcohol o estupefacientes . Así, a pelo (la Boréale que bebí para ayudar a bajarla no cuenta). Y es que mi estómago sólo la resiste una vez al año, pero eso sí, la pilla con ganas.

Esta perversa versión es la "poutine Elvis" (el nombre debe de ser porque si se come muy a menudo, se adquiere el volumen de Elvis en los últimos años de su vida): carne picada, champiñones y pimiento verde, acompañando las tradicionales patatorras fritas bañadas en gravy (salsa sintética con sabor a carne, cualquier parecido con algo natural es pura coincidencia), con queso quebequés fundido (fromage en crottes).
Todo ello bajo la mirada llena de espanto de monsieur M., que ha pedido algo mucho más razonable. Y es que no sólo de tofu vive la lingüista.
Elvis lives. Yeah.


En Montreal, el sitio para zamparse una poutine es La Banquise (cuán nórdico), el restaurante castizo por excelencia, abierto 24 horas. Algo me dice que tras bailar como un poseso y fumarse tres porretes, esto a las tres de la mañana tiene que entrar estupendamente. Siempre que se tengan menos de 30 tacos. A mi edad, comerme algo así a las tantas de la mañana significa dormir abrazada al bote de Eno. Incluso en pleno día, tras zampar este plato tan nutricionalmente equilibrado, me sentí muy, muy, muy mayor.

17 comentarios:

alinitaxula dijo...

Menuda bomba de plato pero tiene una pinta estupenda, eso del quesito, mmm que antojo a estas horas de la mañana y aún sin desayunar...
un besin
alinita

Ginebra dijo...

Bueno, hija, eso es como hincarse una fabada o un cocido (de los que ponen en La Bola, ay) de ésos con fundamento. Sin acobardarse, que al final todo se digiere.

The Intercultural Kitchen dijo...

Yo ya había visto esta maravilla gastronómica hace tiempo, creo que cuando mencionaste el queso ese fantástico, y la imagen se me había quedado grabada en la retina porque la he vuelto a reconocer al momento
¡qué bueno, qéu buneo, éuq obenu! Es como esos platos de huevos rotos que te ponen en España y tras los que me paso dos días bebiendo agua de una manguera... plop, plup, goteo de mi baba sobre el teclado.

Esperanza dijo...

Pues es que a esta hora de la mañana y con desayuno frugal vuelvo a tener hambre, y lo describes muy apetitoso.
Una duda ¿te quedó sitio para el postre?
Esperanza

cleira dijo...

Ese guiso no tine ninguna buena pinta.De verdad fuiste capaz de metertelo?

El resto del blog es para no mirarlo con mis problemas de sobre peso. Entra un hambre!!!!

Anónimo dijo...

Existe la versión juego de mesa de esta bomba culinaria. Un juego de los llamados fillers o piscineros (vamos sin pretensiones)

http://www.labsk.net/index.php?topic=28563.0

Anónimo dijo...

Pues que quieres nque te diga, tiene una pinta coj... vamos que yo me comería un plato!!! jajajajaja....
Aunque estoy segura que abeazaría a Mr. Eno más de una noche....;-P
Besos
Maite

Anónimo dijo...

haaaaaa la poutine!!! Qué comida fantástica!!! Tengo hambre! :)

Annie

Marona dijo...

Jo, aquí no hay quien siga la cuaresma :D:D:D:D:D

Sara dijo...

Solo por leer este post puedo sentir como mis venas palpitan...

Arantza dijo...

Alinita: Pues para desayunar no te aconsejo una poutine. Para nada.

Gin: Ya, yo es que soy una floja. Aún así, creo que estas patatorras fritas con queso fundido, bañadas en salsa de carne, no son gastronómicamente equiparables a una fabada. El contenido lipídico, sí.

Noema: "Maravilla gastronómica"... ¿qué estoy haciendo con mis lectores? (tono culpable). Lo de la sed como efecto secundario, es cierto. Incluso a mí, que no bebo, me entraron innumerables cervezas después de tampiñarme esta "maravilla". Y es que un vicio conlleva otro, (vamos, que casi me entraron ganas de ir al casino, tras todas esas cervezas), y así se degrada la moral occidental.

Esperanza: a pesar de que a mí SIEMPRE me queda sitio para el postre, reconozco que esta vez... no. Burps.

Cleira: a ver, lo de que no tiene buena pinta... es subjetivo. Incluso momentáneo. Me explico: dos minutos depués de haber terminado la última patata reblandecida, vi llegar a la mesa de al lado una poutine para la chica que acaba de pedirla, y casi no retengo la mía en el cuerpo. Pero fue bueno mientras duró. Digamos que lo mío con la "fast food" no es una relación estable, es más bien un "flirt" pasajero.

Profe (vagamente familiar, este profe): ese juego sólo podía ser quebequés. Y hay que ver cómo la gente ha interpretado el nombre, antes de saber lo que es (menos mal que se lo has aclarado). Aunque leyendo el título de este post, estoy segura de que muchos han pensado que iba a hablar de Vladimir.

Maite: si es que los excesos se pagan. Pero te veo una curiosidad antropológica por la poutine que promete. Si vienes por esta parte del continente,ya puedes traerte un bote de Eno, guapa.

Annie: casi no se nota que eres una quebequesa de pura lana :-). Y es que se aprende a apreciar esta herencia culinaria desde pequeño, esto no se improvisa :-D. Aclaración: para desmentir los efectos engordantes de la poutine, afirmo que conozco a Annie, y que es una auténtica sílfide. Voy a comerme otra, a ver si ese es el secreto de su esbeltez.

Marona: ya, la verdad es que la secuencia de la locura chocolatera transitoria del último post fue pensada y dedicada a tí con cierta maldad amistosa :-D.

Sara: ...imagina lo que pasaría si te lanzas a freír una sartenada de patatas, rallas queso mozzarella mezclado con cheddar, y riegas el conjunto de una salsita marrón estilo albondiguillas... las miradas perplejas que te dirigiría tu familia en la mesa...

Diane dijo...

por favor... No es el plato nacional del Québec... Es un plato muy "populaire", de acuerdo, pero NO el plato nacional... ;-)

La Lupe dijo...

Qué rico. Yo quiero. Con papas fritas... Si alguien viniera y me ofreciera mojama de mofeta con papas fritas, me parecería bien, seguro.

Y por Alá, que nadie diga tofu en mi presencia, que me pongo mala.

Maria Fernanda dijo...

Aran, el próximo año tienes que probar el de Patati-patata, es el mejor, en serio, la salsa está hecha con vino tinto y te lo sirven con dos aceitunitas. Al terminarlo vas a limpiar el plato. Además también sirven muy buena cerveza.

P.D. Estoy de acuerdo con Diane, no es el plato nacional, pero ¿cuál es el plato nacional quebequés?

Arantza dijo...

Diane y María Fernanda: (en español, para que lo entiendan todos), yo me baso en la encuesta que hizo Radio Canadá entre sus oyentes, la gente votó mayoritariamente el "pâté chinois", la "poutine" y la "tourtière" como los platos nacionales de Quebec. Sin embargo, entiendo que la idea de ser representada internacionalmente por una cochinada como esta ofenda a una mente refinada como la tuya, Diane. Dejémoslo en plato popular, entonces. Pero MUY popular, oye. Deberías haber visto cómo tragaba la gente en "La Banquise".
En cuanto a tu sugerencia de una poutine más "haute cuisine", tomo nota, MF. Estuve considerando ir a probar la "poutine au foie gras" de Picard, pero en el último momento decidí que soy muy joven para que me operen de un triple bypasss cardiaco.
Ah, y dichosos los ojos que te leen, niña.

Lupe: mojama de mofeta... esto tengo que trabajarlo un poco... Yo soy una gran comedora de tofu, Lupe. Integrista del tofu, no, y, todo hay que decirlo, sólo como tofu salvaje, criado en rabaños de tofu que corren libremente por el bosque :-)

OLMO Ediciones dijo...

mmm... me parece que me va a encantar!!! Voy a ver si me sale algo parecido aquí en Argentina, para ir practicando... jeje

Marona dijo...

Mmmh.. ¿me estás retando? ¡¡¡Esto es la guerra!!! ;)