viernes, 13 de junio de 2008

Día Internacional del Tejido (...en público)

Siempre me entero de estas cosas oyendo las noticias por la radio, pena porque a los lectores españoles no os deja mucho tiempo para celebrarlo, dada la diferencia horaria.
Hoy es un día internacional especial, en el que una actividad muy íntima, que normalmente practico en casa a escondidas, procurando que no me vea nadie, va a ser practicada en público, en pleno día... ya estoy oyendo desde aquí los engranajes de vuestras mentes obsesas y poco imaginativas... hablo de tejer. Hoy es el Día Internacional del Tejido en Público. Aún estáis a tiempo de llamar a un grupo de amigos (sí, sí, también hay hombres que hacen punto), agarrar una botellita de agua y una manta e ir a sentaros al parque a darle a las agujas y al ovillo. En Francia, Estados Unidos y Canadá se han organizado sentadas en los parques, y esta tarde me voy a dar una vuelta para mostrar al mundo que tejer no es solamente una actividad de abuelas.
Ya os contaré en otro momento como llegué a aficionarme a esto. de todas formas la historia no es apasionante, que se diga.

Por el momento, os hablaré sólo de que en el Canadá anglófono, tejer se ha convertido en una actividad in y "buen rollito" para chicas jóvenes, se comprende que en este país haga furor por aquello del clima. No vayáis a creer que tejer sigue siendo una actividad trivial y solamente femenina, hay hombres que se lo toman muy en serio. Hasta los personajes más conocidos ha sucumbido al calorcito de la lana. En el Canadá francófono es quizás un poco menos popular, no hay grupos organizados. Aunque no hace tanto tiempo que las familias numerosísimas del Quebec ultracatólico de los años 40 y 50 enseñaban a tejer a todos los retoños de la familia, sin distinción de sexos. La ropa de abrigo era necesaria, el dinero no abundaba y toda contribución era útil.

Ojo, tejer ya no es hacer aquel jersey deforme que te regaló tu tía Carmela con muy buena intención, aquel que para poder ponértelo había que untarse la cabeza de vaselina porque tu tía no pensó en dejar una abertura suficiente; tampoco es hacer aquella bufanda que picaba torturadoramente y que tu madre te obligaba a ponerte porque la abuela te la había hecho con mucho amor. Los aficionados al teje-teje hoy son diferentes, así que tejen cosas diferentes. Como pelucas de la princesa Leia, o marionetas de dedo de Audrey Hepburn.

Lejos quedan aquellos días de la Segunda Guerra Mundial, en los que las mujeres voluntarias en la Cruz Roja americana tejían calcetines para los soldados utilizando lana reciclada, para la campaña "Knit your bit". El sitio web del Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial de Nueva Orleans habla de esta popularización del tejido en tiempos de guerra:

"Knitting during World War II On the Home Front during World War II, knitting served as one more way Americans could support the war effort. The November 24, 1941 cover story of the popular weekly magazine Life explained “How To Knit.” Along with basic instructions and a pattern for a simple knitted vest, the article advised, “To the great American question ‘What can I do to help the war effort?’ the commonest answer yet found is ‘Knit.’” Thousands of Americans picked up their needles to knit socks, mufflers, and sweaters to keep American soldiers warm and provide them with a home-made reminder of home.

Many of those knitting items for soldiers during World War II had Knit for Victory as children or young adults during World War I. Knitting provided warmth and comfort for the soldier and therapeutic distraction and a sense of civic participation for the knitters. First Lady Eleanor Roosevelt was often photographed knitting for the war effort or at least carrying her voluminous knitting bag. In the evening listening to war news on the radio, idle hands were turned to service as Americans once again knit for victory.

The Red Cross supplied patterns for sweaters, socks, mufflers, fingerless mitts (which allowed soldiers to keep their hands warm while shooting), toe covers (for use with a cast), stump covers, and other garments. Cold, wet, sore feet were the enemy as surely as German or Japanese troops. Socks wore out much faster than sweaters, and needed changing many times more frequently. These were to be knitted in olive drab or navy blue wool yarn. Surviving patterns show that these knitting patterns were typed and retyped with carbon-paper copies and shared among the knitters. Many knitters chose to knit the same item in the same size again and again so that they could memorize the pattern and produce pieces more quickly.

“The Navy needs men, but it also needs knitters” newspapers cried. Church basements, school lunchrooms, and members-only societies all had knitters busily clicking their needles. Their handiwork was destined to warm and protect, and fated to suffer with the soldiers. After the war, some knitters dropped their needles for good. Others kept on knitting throughout their lives in a wide variety of colors – any color, many swore but Army-issued khaki or olive drab!"

Hala, a vuestras labores.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo soy hombre y hago calceta.

a n i s h i dijo...

Yo sabía hacer calceta a los cinco años, me enseñó mi abuela y ganchillo también. Las abuelas de mi pueblo se reunían en las aceras en corro y alucinaban conmigo. Ahora sería incapaz.
Gratos recuerdos.
Ana

Dispersa Desastre dijo...

Pues yo aprendí a tejer de mi madre y mi tía a los 4 añitos por motivos utilitarios: salía más barato hacer los jerseys en casa que comprarlos, y desde entonces sigo haciendo punto, ahora no sale más barato, pero relaja igual y encima te haces los jerseys como te da la gana. Como yo vivo en el norte de España (Cantabria) pues le saco mucho partido. En España se han organizado en algunos lugares para tejer en público, pero no aquí, que yo sepa.
Un besuco.

Lía dijo...

Aquí está mucho menos de moda con lo cual durante algún tiempo las bromas de que te has convertido en abuela/maruja, etc, son inevitables...luego amigos y familiares empiezan a hacerse a la idea y de vez en cuando te preguntan que qué tal te va con "eso del punto". Realmente a mi todo eso me dá igual, lo que de verdad me duele es la falta de tiendas de lana de verdad, sin acrílicos y sin que las vendedoras te suelten rollos raros porque no saben de qué les hablas ;P
Happy knitting!

Arantza dijo...

Ander: ¡aupa tú! (para que se vea que todavía conservo mis raíces). Ya era hora, un caballero sin complejos. Por aquí tengo un amigo que es el único que se ha ofrecido a venir al próximo encuentro de tejido en grupo. Para que luego digan que los chicos son cerrados.

Ana: pues si tienes un poco de tiempo, ahora sería un buen momento para retomar el punto. Cuando te sientas demasiado cansadita como para hacer otra cosa, te ocupas las manos y la mente...

Dispersa: Jo, qué suerte haber aprendido tan joven. Yo soy autodidacta, por medio de libros, internet y mucha comida de coco para entender las instrucciones en inglés ( es que la jerga de los patrones se las trae). Anímate y monta un grupo, sólo necesitas anunciarlo en internet y encontrar una cafetería simpática que os deje reuniros una vez al mes. Es sorprendente las amistades que pueden hacerse dándole a la aguja.

Lía: qué penita, tú que eres una "pro" del tejido, creo que disfrutarías mucho en grupo. En fin, te sugiero lo mismo que a Dispersa.

Un besazo a todos.