domingo, 19 de julio de 2009

Rambután


...me los descubrió una amiga malaya. Compré una bolsita en una frutería de Chinatown. Otra extraña fruta asiática.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Y como son?, parecidos a los Lyches?
Gracias por hacer mis días de trabajo más entretenidos...

Saludos
Mariana

escapadasmcarratala.blogspot.com dijo...

Y a qué saben? cón qué se comen?

CRIS dijo...

Son deliciosos,eh? con ese sabor tan suave y tan especial como de rosa.
Un beso

SOL dijo...

Hola,soy Sol de Argentina,como te fue con la tesis?

Ginebra dijo...

Pues igual están ricos pero tienen un aspecto totalmente repugnante. Lo desesperadamente hambriento que debía estar el primer menda que decidió abrir una bola peluda de ésas para comerse lo de dentro sin preguntar.

Anónimo dijo...

Hummmm...la pinta no es nada, nada apetecible...pero bueno, tampoco las centollas son guapas de cara!! asi que habrá que probarlo...si algún día me topo con el.

Un beso

Maite

Arantza dijo...

Mariana: gracias a tí por pasarte por esta cocina.

Mónica, Cris (y Mariana): se parecen bastante a los lichis (son de la misma familia), la textura es un poco coma la de una uva pelada, son jugosos y perfumados, tienen ese ligero sabor como a rosa que describe Cris, aunque menos pronunciado que los lichis. Muy ricos, vaya.

Sol: gracias por preguntar, guapa. Me está yendo bien, viento en popa, de hecho. Acabo de enviar a mi profe más o menos 75% de la "bestia" terminada, y no he recibido unas correcciones masacrantes de vuelta, así que ya me queda muy poquito. Voy a tomarme unas vacaciones de blog el mes de agosto, justamente para la recta final. En cuanto termine y la entregue, te juro que os vais a enterar :-D.

Gin, Gin, Gin: mujer, el rambután, como el oso, cuanto más peludo, más hermoso. Muchas frutas asiáticas que veo apiladas en los puestos del barrio chino tienen un aspecto como salidas de Marte. Pero todo es probar, y se descubren cosas muy ricas. Yo es que soy de esas que se sienta en un restaurante coreano y pide todo lo que no conoce. Y sí, algunas veces me voy con hambre. Pero no muchas. Mi lema: "probar todo lo que no provoque un tifus, cólera o brote de amebas instantáneo". A veces es un lema muy adelgazante. Desagradable, pero adelgazante.

Maite: y las angulas parecen gusanitos, ya que nos ponemos. Y a ver quién le hace ascos a un platito (...muchos quebequeses que conozco ;-)