En verano se revela el auténtico espíritu de esta ciudad: a pesar de sus aires de capital, Montreal aspira a ser un pueblo.
Un pueblo con sus verbenas, sus mercados callejeros, sus balcones y porches floridos de geranios y sus gatos sesteando durante la bochornosa sobremesa.
5 comentarios:
!Gracias Arantxa! Haber encontrado tu blog ha sido un respiro "montrales" y de has hecho que ahora tenga muchas ganas de estar por allá.
Saludos lluviosos desde acá.
PD Lindas las fotos, el gato sin palabras.
No será una de estas tu "petite barraca montrealesa" verdad?.
Un besuco.
jo, Dispersa me ha quitado las palabras de la boca ;) (bueno, del teclado...)
Ahhhhh, me da que Montreal y Berlín van a ser primas hermanas. Yo siempre digo que Berlín es una gran metrópolis con aires de provincias, aunque no tenemos esos porches tan... tan... tan de cine americano! ¡Qué fotos más bonitas!
Zarawitta: el respiro es mutuo, estas charlitas virtuales hacen que una no se sienta tan sola en la adversidad, digo en la redacción de la tesina.
Dsipersa y Marona: cotillas :-). Broooma. Os recuerdo que soy estudiante, ergo pobre. Estas casitas en Quebec son muchísimo más baratas de lo que costarían por las Europas (especialmente en España), digamos que una pareja de clase media con dos sueldos mejetes se las puede pagar, pero no en Montreal. En la ciudad todo es más caro. Pagarse el terreno y la casa no es lo más difícil, lo difícil es pagarse los impuestos que la acompañan.
Noema: gracias, oh maestra de la foto (y es que éstas las tomé con el zoom, y no quedaron muy "pallá"). Es verdad que los porches canadienses son bonitos, a mí aún me sorprenden.
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