miércoles, 13 de agosto de 2008

Sonata para teléfono en Do mayor nº 2, Opus 514 (bis)

Clic, clic, clac, clac, tip, tap, tip, tap (dedos presurosos sobre el teclado, escribiendo tesina que revolucionará el mundo de la lingüística, o, en su defecto, me procurará un título y un poco de paz mental).

¡¡¡BIRLUPBIRLUPBIRLUP!!! (Cómo echo de menos el antiguo -sigh- RRRRRIIIINNNNNGGG)

Miro la pantalla del teléfono. Llamada no identificada. Puede ser:

a) Mi santa madre, que quiere cantarme por teléfono la última habanera que está ensayando con la coral.

b) Monsieur M., que me llama para decirme que, aparte de un intelecto superior, tengo un cuerpo de diosa griega, que soy la luz de sus días y que ya me echa de menos (ya, y a las ranas les está creciendo pelo).

c) Nick Nolte, Harvey Keitel o Gerard Darmon, o los tres, qué demonios, (tengo gustos peculiares, lo sé) invitándome a cenar (y, ya puestos, declarándome una pasión devoradora).

d) Un jovial vendedor de telemárketing.

Con la vana esperanza de que la llamada corresponda a las posibilidades b) o c), descuelgo, con voz que pretende ser rauca y sexy, pero que me sale un poco como de matinal bebedora de cazalla:

- "Oui, allô?" Seguido de tremenda carraspera para evitar que mi interlocutor piense que me repongo de una traqueotomía.

- "Bonjour, Madame, ça va bien ce matin?" Dicharachero televendedor. Merde.

- "Ajjjjjjjem," Más carraspera. Abandono el tono ronroneante. -"Hmm, si, gracias, muy bien. ¿Y usted?"

Con osadía renovada, animado por mi respuesta civilizada: -"Muy, MUY bien, señora. Me llamo Silvain de XXX & Cía. y estoy muy contento de anunciarle esta mañana que usted es la afortunada ganadora de un privilegio especial, una oferta que no podrá rechazar---"

Interrumpiéndolo, con tono encantadísimo: -"¡Uy, qué bien! ¡Qué casualidad! ¡Mira que hay coincidencias curiosas! ¡No me diga que me llama para lo mismo para lo que estaba yo a punto de comunicar con usted! ¿Me dice usted que se llama Silvain?" Muertita de deleite.

Televendedor, perplejo y un poco menos entusiasta: -"Euh, sí, pero, ¿qué quiere usted decir con lo de que iba a comunicar conmi---"

Yo, cogiendo carrerilla, con entusiasmo digno de una capitana de cheerleaders: -"Silvain, soy representante de la compañía «Beauté en ligne», y tengo el honor de comunicarle que le hemos elegido como feliz ganador de una oferta especial para probar nuestros productos. Nuestra línea cosmética masculina está pensada para cubrir las necesidades de la piel viril, para hombres modernos y ocupados como usted, cuyo trabajo les exige mucho. Sólo por hablar ahora conmigo, y gracias a su puesto de televendedor, usted opta au-to-má-ti-ca-men-te a un descuento del diez por ciento... ¡sobre TODOS nuestros productos! ¿No es genial?" Gritito fervoroso.

Televendedor, ahora mucho menos jubiloso: -"Euh, señora, eeh, creo que hay un malentendido, el que le llamo soy yo, y quiero ofrecerle---"

Yo (perrrversa): -"Pre-ci-sa-men-te, mon ami Silvain, como el que me ha llamado es usted, no sólo va a obtener el diez por ciento de descuento, NOOO, sino que además, y porque me ha caído usted simpático, le voy a dar unas muestras de nuestra mascarilla exfoliante para hombre y, si me hace aquí y ahora un pedido de más de 50 dólares de nuestros productos de la línea masculina -fabricada sólo con los mejores ingredientes orgánicos-, le mando com-ple-ta-men-te GRATIS, gratis, me oye usted bien, un elegante neceser de caballero."

Televendedor (confuso, muy confuso, intentando ganar tiempo): -"...Eehm... "

Yo (forzando la nota un pelín): -"Si hace su pedido en los próximos cinco minutos, le mandamos el antifaz ocular antiinflamatorio"

Televendedor: -"..."

Yo: -"Perfecto para la resaca después de una noche loca". "Picarón."

Televendedor: -"..., ¿y, uh, tienen lociones after shave?"

Yo: -"¡Ah, que sí, amigo Silvain! ¡Las mejores, las más emolientes del mercado! ¡No encontrará usted nada igual! Entonces le pongo un after shave, la hidratante con filtro solar de día, la crema antiestrés de noche -porque le hace falta reposar la piel, querido Silvain- el antifaz y el distinguido neceser, ¡¡todo ello por el increíble precio de oferta-descubrimiento de nuestra marca, 120 dólares!!! Está usted de suerte. ¿Como prefiere la forma de pago?, (tecleando un poco en la tesina) ¿tarjeta de crédito o cheque?"

Televendedor (la voz monocorde, aturdido, no sabiendo muy bien por dónde le da el aire ): -" ... Cheque. Euh, ¿Lo escribo a nombre de quién?"
.......................................................

Al menos esta interrupción ha valido ciento veinte pavos.

14 comentarios:

Diane dijo...

¡¡¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajojojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijijajajajajajajojojojojjojojojojjojojojojjojojojojjojo!!!
¡Ay!... mis abdominales...

The Intercultural Kitchen dijo...

Bueníííísimo, jajaja! La suerte que tienen algunos televendedores de dar contigo, jajaja.
Si se diera la ocasión, tú y yo nos pegaríamos por Harvey Keitel, al que por cierto me encontré una vez en Berlín (esto por fardar un poco). Hombre, aunque... si tú no puedes con todos (cosa que dudo siendo de Bilbo), me quedo con Darmon y Nolte, por ese orden, que una no le hace ascos a na.
PD: a tu pregunta, e-sister, cumplo los maravillosos 36 el mismo 29 de este olímpico mes ;)

La cuina vermella dijo...

Bueníssimo, que risa mañanera mas rica!!!

Anónimo dijo...

Jua, jua, jua....
Creo que te voy a copiar la técnica...
Saludos desde Donosti
María

Dispersa Desastre dijo...

Juijiiiiiiiiiiijijijijijiji ay que me ahogo... Pobrecicos televendedores... ya los estoy viendo pasándose tu número "si llamas aquí te sale una tía loca que no la venderás nada pero luego tendrás una bonita anécdota que contar en casa".
Un besuco.

Anónimo dijo...

http://lalupe.blog.com/1887250/

(dice el refrán que caimán no come caimán, pero es mentira)

Anónimo dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJJAAAAAAAAAA......
Nunca te he escrito ningún comentario (yo tambíén estoy trabajando ;)) pero es que hoy no podía pasar sin decirte:
BRAVOOOOOOOOOOO!!!!!!
Jajajajajaja....

Un besazo

Maite

Marona dijo...

Ahá... interesante reacción. Voy a copiérmela y traducirla al alemán ahorita mismo... ¡hay que estar preparada! :D:D:D:D:D

Arantza dijo...

Diane: reír es bueno para tonificar los abdominales. Cuando te exhibas en biquini, dame un poco de crédito;-)

Noema: hasta en hombres, las mismas rarezas... (porque lo de Darmon, no es un gusto frecuente, te lo aseguro :-)

Cocineros "bermejos": pues nada, lo mismo que a Diane ;-)

María: ah, pero por allí también te dan la plasta por teléfono? Jo, qué tiempos.

Dispersa: me temo que me estoy labrando toda una reputación. Imagina si un día voy y pido trabajo en esa empresa, qué bochorno.

Lupe: yo creo mucho en eso de "servir la propia medicina" ;-)

Maite: trabajando, ya, ;-). Bienvenida a la cocina. Y no te rías muy alto, que nadie se va a creer que disfrutas tanto del curro.

Marona: di que sí. Y si te haces representante de Avon, además te sacas unos euros.

Pedro dijo...

¡Bravo Arantza! ja,ja,ja, me parece que empleamos tácticas parecidas de desconcertar al "oponente", yo otras veces, pongo acento extranjero y "no entiendo casi nada", eso sí soy amable, correcto y hasta cariñoso, pero acaban despidiéndose o colgando
el teléfono.
Hace unos días, dije que estaban hablando con un Parque de Bomberos y ayer mismo, me hice pasar por un directivo de la compañía rival...
¡Odio las ventas telefónicas!
Muy buena tu entrada.
Un besote.

Pilar dijo...

Que bueno Arantza!! Me duele el estómago de tanto reirme, mil gracias :)

Arantza dijo...

Pedro: lo malo de vivir en un país compuesto sobre todo de inmigración, es que, si me hago la que no entiende, el jovial televendedor se arranca en español, mandarín, swahili, o hasta en euskera, si te descuidas. Así que esa excusa aquí no funciona. Pero monsieur M. utiliza una de tus tácticas; cuando la llamada cae en un momento especialmente molesto, responde con "Ici la prison de femmes, bonjour..."


Pilar: pues a lo mejor podrías intentar algo así con esa gente que chilla en público con el móvil, que sé que te molestan... ;-)

elhombreamadecasa dijo...

Ja, ja, ja. Buenísismo.

Por cierto, harto de Murcia y del Sureste español en general, fantaseo con dejarlo todo y largarme a Canadá. (Debe ser cosa genética porque mi padre le decía a mi madre que si no salía con él se marcharía a Canadá a cortar pinos.) Pero no me decido por la zona anglófona o francófona. ¿Cuál me recomiendas?

Arantza dijo...

Fml: tu pregunta no es fácil, sobre todo porque no tiene respuesta "prête à porter". Me explico: todo depende de qué tipo de trabajo quieras y de cuántos idiomas hablas. Por poder, podrías venirte a cortar pinos (Canadá aún tiene una industria maderera muy importante, pero mucho más mecanizada que en "7 novias para 7 hermanos" :-), aunque no te lo recomiendo. Si quieres sufrir, puedes hacerlo en la vendimia española o en cualquier otro trabajo en el campo, y no necesitas irte tan lejos. Si tu profesión es menos agreste y salvaje, está claro que lo mejor es emigrar a cualquier capital. Toronto (en Ontario) parece que tiene mucho curro, pero la vivienda está mucho más cara que en Montreal. Sin embargo, en Montreal uno tiene que ser bilingue (inglés-francés) para cualquier currillo mal pagado, incluso camarero, por aquello del estatus lingüístico un poco peculiar de Quebec. Y no hay que olvidar que sin un permiso de trabajo, la cosa está muy chunga (hay que obtenerlo desde España, el plazo de espera es de un mínimo de un año, eso te da tiempo a pensártelo :-). Vamos, que me resulta difícil recomendarte algo así, a pelo.