domingo, 27 de julio de 2008

Tarta Murphy de albaricoques

« Quelle époque opaque! » ("¡Qué época opaca!")
(Le concombre masqué / El pepino enmascarado)

"Sonría. Mañana puede ser peor."
(Filosofía de Murphy)


LEY DE MURPHY
Corolarios:

Si algo puede salir mal, saldrá mal.

1. Nada es tan fácil como parece.

2. Todo lleva más tiempo del que usted piensa.

3. Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más perjuicios será la única que vaya mal.

4. Si usted intuye que hay cuatro posibilidades de que una gestión vaya mal y las evita, aparecerá espontáneamente una quinta posibilidad.

5. Cuando las cosas se dejan a su aire, suelen ir de mal en peor.

6. En cuanto se ponga a hacer algo, se dará cuenta de que hay otra cosa que debería haber hecho antes.

7. Cualquier solución entraña nuevos problemas.

8. Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos.

9. La naturaleza siempre está de parte de la imperfección oculta.

10. La madre Naturaleza es una lagartona.



No soy muy de exhibir mis pelusas ombligueras en público -sobre todo en blog público-, por eso cuando cuento algo que tiene que ver con mi vida personal, opto por uno de estos tres enfoques:

a. Cuento algo totalmente irrelevante y estúpido, que no desvela nada importante o

b. escribo algo que he dado en llamar "docuficción" o "documentira", es decir, una dosis de realidad aderezada con abundantes puñados de autoderrisión y una cierta cantidad de ficción para darle más saborcillo, o bien

c. (menos frecuente), me da uno de mis ya míticos ataques justicieros, y cual "concombre masqué", me pongo a despotricar tal que una suma pontífice a lo largo de un post normalmente demasiado largo y bastante infumable, que aún así, suele ser leído por un par de amables y pacientes personas. Me quedo a gusto, se me pasa la "montée de lait" (difícil de traducir, esta expresión quebequesa), ah.

Como habéis podido constatar por las citas a la cabecera de este post, mi sempiterno positivismo-buen humor-carácter de cheerleader (dotada de cerebro y celulitis) está de huelga hoy. Parece que voy a tener que renegociar la convención colectiva. Hombre, es normal que algún día que otro salga ensombrecido por nubarrones, sobre todo teniendo en cuenta que mi buen humor es sustentado naturalmente, sin dopajes (un poco de chocolate, no más).


Estoy que muerdo. La maldita tesina sigue sin terminarse, y si al menos el tiempo que he invertido fuera sinónimo de calidad de la obra...

Es verano, hace calor, y cuando hace un sol radiante me entran unas de esas ganas de irme a la piscina, a un lago, a andar en bici, en fin SALIRRRRR al mundo exterior, sin preocupaciones, silbando ligera cual personaje de "Verano azul"... todo menos estar pegada al ordenador revolucionando el mundo de la lingüística, mundo que, para ser sinceros, no me necesita en absoluto para ser revolucionado. Vale, vale, eso es ser adulto. Lo capto.

Cuando era una cría y suspendía las matemáticas para el verano, me sentía exactamente igual, en mi encerrona delante del libro atiborrado de cifras incomprensibles. Sólo que en aquellos tiempos las mates eran una tortura impuesta por las jerarquías superiores (mis padres, las monjas del cole... sí, yo fui a colegio de monjas durante tooodo lo que duró mi escolaridad, y, por supuesto, eso produjo mi decadencia moral generalizada, tendencia a la promiscuidad durante toda la veintena, mucha vida nocturna, mi ateísmo actual y un par de tatuajes).

Esta tortura de ahora es autoimpuesta, se supone que debería ayudarme a asumirla, ¿no? Pues bien, HOY NO. Quiero jugar al balón en la playa y dar saltitos en biquini, comer un helado y leer una buena novela. Una buena jornada playera de irresponsabilidad y descerebramiento.

(Respiro hondo). Vale, se terminó el pity party. En lugar de ir a la playa, lo que supone perder todo un día de trabajo, hago lo que suelo hacer cuando estoy estresada: un postre. Perderé sólo un par de horas, me refrescaré las ideas y haré feliz al coloso quebequés.


*******************

Cuando llega la temporada de ciertas frutas a las que había echado tanto de menos, tengo que reprimirme, porque siempre que voy al mercado compro demasiado. Es como si me urgiera acumular esas frutas, amontonarlas en el frutero para apropiarme de lo poco que queda del verano. Los albaricoques pueblan el mercado, he comprado una caja descomunal y ya no sé muy bien qué hacer con ellos (tras comerlos naturales, en compota y en sorbete). Así que me da por hacer una tarta

La receta está adaptada ligeramente de la receta de mi tan utilizado sitio de Martha, remplazando la mantequilla por una grasa un poco más saludable, y disminuyendo el azúcar. Añado cardamomo molido y vainilla para perfumar la fruta.

A pesar de la humedad brutal que me hace sudar como si estuviera trabajando en la mina, me animo con una masa quebrada (con harina integral), y corto con mimo los albaricoques, que decorarán esta coquetona tarta.

Cuando sale del horno, se me escapa una "Oh" de profunda satisfacción: mi tesina será una mierda, pero al menos esta tarta es algo perfecto y completo en sí mismo. Con el azúcar espolvoreado sobre las rodajas de albaricoque espumeando y haciendo aromáticos borboritos, con el color dorado de la fruta, esta tarta brilla como un sol, como una tarde de verano.

En esas extasiadas reflexiones ando, con la tarta aún entre las manos enguantadas, pensando en ir a por la cámara para hacer una foto, cuando el molde desmoldable hace algo que NUNCA hace cuando la tarta está caliente, recién salida del horno: se desmolda solo, el anillo de las paredes se despega y baja por mi brazo cual enorme pulsera al rojo, quemando toda la piel a su paso. Pego un salto sorprendido, y veo mi fabulosa tarta caeer, caeeeer, dando una voltereta final y aterrizando con un muy poco poético "¡choflost!" en el suelo, evidentemente... por el lado de los albaricoques. De ahí el haber rebautizado la receta como "tarta Murphy de albaricoques", porque, resumiendo:

"La probabilidad de que una espléndida tarta de albaricoques recién hecha caiga al suelo por el lado de los albaricoques es directamente proporcional al esfuerzo que la preparación de dicha tarta haya costado: a más esfuerzo, más probabilidad".

"Eh, MEEEEEERRRRRRRRRRRRRDEEEEEE!!!!!!"- (el rugido me sale en francés, signo de mi evidente bilingüismo: una sabe que es bilingüe cuando al quemarse jura indistintamente en su lengua materna o en el otro idioma. No sé si hay estudios lingüísticos que prueben esta afirmación y, francamente, querida, me importa un bledo).

Normalmente intento no llevarme un mal rato por tonterías, si pierdo el metro, me digo que así tendré más tiempo para leer, cuando se me rompe una taza me río, ya sabéis... pero hoy, no me sale el positivismo. Acuclillada delante de mi desastre repostero, busco mi sentido del humor, y durante un par de minutos, no me lo encuentro. Debe de haberse ido a por tabaco, y eso que yo no fumo. El maldito.

Hace calor, sudo, llevo dos horas cocinando (dos preciosas horas que debería haber pasado trabajando), tengo las pantorrillas salpicadas -y quemadas- con pegajosa pulpa de albaricoque, Alfonso -mi gato- viene a oler ese pegote del suelo, con poco interés (si fuera una tarta de salmón, aún, pero fruta... bof).

En el orden general del universo nada de todo esto es grave ni importante, pero cuando monsieur M. llega del trabajo y entra en la cocina, contempla la imagen durante un momento (intentando contenerse la risa, el muy descastado) y me dice: -"¿Qué ha pasado?", me entra una llorera de ésas de crío de cuatro años, balbuceo algo sobre la tesina, y la tarta, tiendo hacia él unas manos pringosas y le muestro el brazo quemado, y menos mal que me da un abrazo de oso de los suyos, porque si no, lo castro.

Sé lo que está pensando (por algo llevamos diez años juntos): que esto es obra de las hormonas. Pero se guarda muy mucho de decirlo. Aprecia demasiado la vida. Recoge con mucha maña mi obra repostera mientras yo moqueo en un pañuelo, consigue reconstruirla lo suficiente para que la foto no salga tan mal (el macro enfocado en el único lado presentable), y nos sirve un pedazo a ambos, haciendo ruidos de deleite mientras se lo come. Mmmm. Es verdad que está buena, a pesar de los pelos de gato que se le han quedado pegados.


Hay días así.

"Qué época opaca".



16 comentarios:

con Ka dijo...

Estooo... iba a dejar un comentario, pero mejor vuelvo mañana.
;P

CRIS dijo...

Lo siento, pero hay gente que la mala leche os favorece mucho: os agudiza la chispa humorística, soy fanática del humor negro.Así que ya sabes,la próxima vez que haya cabreo, échalo tó pá el blog.
Las tesinillas son asesinas y más en verano, no hay que dejarse vencer por ellas, ánimo.
Un saludo

Paco Bernal dijo...

Desde Chaussure, el mundo de la lingüística vive en una contínua efervescencia jajaja. No, era coña (ejem). A mí me quedaban,no las matemáticas, con las que terminé por llevarme más o menos bien (tanto que, siendo un escritor profesional, hice el BUP por ciencias purísimas con un par de gónadas)sino materias tan y tan apasionantes como el análisis contable o la auditoría. Eso sí que era una tortura. Tenerse que estudiar los apuntes de un tío cuya primera frase fue (y esto te juro que es cierto de verdad de la buena):
-La Auditoría como astividá, empezó en Ingalaterra.
Yo, soy una persona muy respetuosa con los docentes -aunque no se lo merezcan- pero con esa frase fue la primera vez que, a modo de protesta, me levanté de una clase y me piré.
En fin, échate unas risas y, si el mundo de Chaussure no te llama, deja la tesina por un par de horas, que tampoco va a pasar ná, jamía.
Saludetes aus Wien,
P.

Lía dijo...

Ay! pobrecilla! hay días que sería mejor no levantarse de la cama. Me dá un no sé qué intentar levantarte los ánimos porque cuando una tiene un día de los malos ni eso consuela, pero bueno, besicos y achuchones desde el sur ;)

Dispersa Desastre dijo...

Esto es lo que yo llamo un auténtico y genuíno "día de nublao". Menos mal que el quebequés ha sabido comportarse, pobre. Ná hija, siéntate y espera a que se te pase. Intentar cualquier otra cosa es inútil.
Un besuco desde el bochornoso (por caluroso y húmedo) borde del Cantábrico.

Bea Roque dijo...

Jajajaj, todavía me estoy riendo (sorry!!)...no por lo que te pasó....sino por lo de los pelos de gato!!!.... Yo, aunque lo cuento todo (léase todo lo que quiero contar) , utilizo mis personales " licencias" literarias humorísticas y exageradas, y en ocasiones hay gente que se toma las cosas demasiado literalmente!!!!! . En fin, que lo siento por los que no tienen sentido del humor...

A mi me quedaban las mates alernativamente son filosofía, pero siempre escapaba "por los pelos" a fin de curso...y todavía tengo pesadillas con el profesor de latín (aka: El Rata, por sus bajas calificaciones!!!) aunque siempre le caí bien y escapé!!!! Un beso y espero que te recuperes pronto de tu truma melocotonil!!! Bea

ata dijo...

Corolario a Murphy:

Murphy era un optimista

ata dijo...

Un dia cualquiera:
Despues de 8 horas peleandome con un ordenador que no anda simplemente por que no quiere, vuelta al hogar.
Descubro que mi PDA no quiere funcionar.
Descubro que la peque necesita un cambio de pañal muyyy urgente, y me ha tocado.
Descubro que el PC familiar decide que no quiere conectar a internet.
Descubro que la peque necesita un otro cambio de pañal muyyy urgente, y me ha vuelto ha tocar.
.....
lo dicho, un optimista

Miriam dijo...

Estooo... hace poco tiempo que te leo, soy una buscadora de recetas en el hiperespacio, llegué a tu blog desde el de Ibán (hago pan!!) y hoy no me he podido resistir a dejarte un comentario... confieso que más que por tus recetas, me paso por aquí porque siempre me río con tus historias y tus puntos de vista! Y créeme, hacer reír a la gente al tiempo que se la hace reflexionar, tiene muuuucho mérito. Bastantes cenizos hay ya en este mundo. En fin, me he sentido tan identificada con lo de que tu marido piense en lo de las hormonas :).
No sé cómo irá tu tesina, pero te aseguro que lo de escribir, así en general, se te da bastante bien. Así que ánimo, que tú puedes!

Un beso desde Galapagar

Sara dijo...

Las hormonas son unas asquerosas.

La testosterona a veces también.

Ya se te ha pasado?

Abrazos.

Unknown dijo...

He tenido una que otra situaciòn parecida durante la redacciòn de mi tesina... Sòlo te puedo decir "ne lâche pas la patate!!!"

liuia drusilla dijo...

Tampoco cuento muchas cosas decididamente personales y precisamente ciertas al pie de la letra, pero, hija, hay cosas que claman al cielo y si no las sueltas, revientas.
Hablando de tesinas, me sé de una que en vez de estar comentando aquí debería estar currando en la suya... ¬¬
Qué apañao tu quebequés, bonica; a mí una vez que estaba de mala leche se me despanzurró una pizza precocinada (este detalle es importante, no me había costado ni la mitad del esfuerzo que a ti tu magnífica tarta, es que ya venía yo calentita) contra el suelo y fue la gota que colmó el vaso, me agarré una pelotera de padre y muy señor mío, y al bueno de mi hombre no se le ocurrió más que decir: tampoco es para tanto.

Voy a ver si me pongo un té y tesineo..., tesino..., curro un poco.

Pedro dijo...

1º/ Mi perra Sula me dice, que si te vuelve a ocurrir algo parecido (que te ocurrirá)que la avises, a ella no le importen los pelos de gato (convive con cinco)y además le gusta la fruta.
2º/Debido a mi profesión, he estado 34 años rodando por todo el mundo mundial y sé maldecir en varios idiomas, por lo que gustosamente te podría ilustrar al respecto si así lo deseas.
3º/A mí no me gusta hacer rabiar a la gente, pero estoy jubilado y no tengo que hacer tesinas, dispongo de mi tiempo y hago lo que quiero, ja,ja,ja,ja (¡lo siento no lo he podido evitar...!)
4º/ Y ahora en serio, estoy seguro que con tu talante, tu esfuerzo y tu buen humor, sacarás adelante lo que te propongas, te lo deseo de corazón.
Un besote para ti y un apretón de manos para Monsieur M.(pero por favor, que no apriete, que estoy "cascaillo")

Arantza dijo...

Con Ka: grrrrrrr.

Cris: Eso de que la mala leche favorece... tú no me has visto el entrecejo últimamente, podría plantar patatas en él. A este paso, voy a tener que chutarme Botox cuando termine la tesina.

Don Paco: ¿Análisis contable? ¿Auditoría? ??? ¿Por qué? Dame mil buenas razones...
Por cierto, yo soy docente, y extremadamente merecedora de respeto ;-) (para algo me dejo "er pellejo" en mis cursos) y tu anécdota me ha hecho soltar la carcajada...

Lía: veo tus besicos (no sabía que eras navarra :-) y subo la apuesta en achuchones de vuelta.

Dispersa: ah, el Cantábrico... salúdale de mi parte. Gracias por el besuco. Dicho así, hasta suena rico, como a quesada... ;-)

Bea: lo del pelo de gato en el suelo que terminó rebozando la tarta no es una licencia literaria, es real como la vida misma (tú que tienes gato, ya sabes de qué hablo). Que yo hace ya años que no puedo salir de casa con pantalones negros, los malditos mininos se frotan siempre contra las perneras cuando ya ando por la puerta. Lo hacen adrede, los malditos.

ATA: justamente, cuando has terminado de cambiar el jugosón pañal de tu progenie, ahí llamo yo por Skype para contarte mis problemas informáticos. Lo digo para añadir miseria ;-)

Miriam: ¡Bienvenida a la cocina, panadera! Hace siglos que monsieur M. me regaló un librito sobre panificación casera, tengo que animarme en cuanto termine mi obra cumbre de la lingüística.
Gracias por los piropos mil, tengo el ego de un "inflao", que no me cabe en el cuerpo. Pena que no acepten los textos de mi blog en lugar de la tesina... :-)

Sara: que noo, que no son las hormonas. Éso es una vil y sexista explicación que monsieur M. intenta aplicar absolutamente a todo, desde por qué se me olvida sacar la basura hasta por qué veo ciertas bazofias en la tele. Creo que le consuela más que aceptar la triste realidad: es mi carácter.

Edith: no, no la suelto, la patata (perdón, la papa :-) Ése es el problema. A ver si la suelto ya de una vez y pasamos a otra cosa. ;-)

Livia: yo tesino, tú tesinas, Edith tesina. Nosotras tesinamos... hasta que nos hartamos. Menos mal que monsieur mon mari no me soltó algo así, porque le arranco la cabeza de cuajo. Valor, y al toro. Al té. A la tesss... todo eso.

Pedro:
1.Un saludo a Sula.
2.Gracias por el ofrecimiento de agrandar mi repertorio de groserías y palabras profanas, pero me temo que ya es demasiado amplio (estilo estibador de puerto expresidiario). Y una es una señora, al fin y al cabo.
3.El tema de tus vacaciones eternas... en estos momentos jode un poco, con perdón (¡uy! ¿no ves lo que me haces decir?).
4.Ajem, gracias, gracias. Y lo que no consiga por medio de todas esas virtudes que comentas, siempre puedo intentarlo por medio de amenazas.
Transmito el apretón (de manos :-) a monsieur M., con tu advertencia (porque tiene las manos como palas, angelito).

******

Yo que estoy intentando madurar y aprender a ser menos quejica, y vosotros no me facilitais la tarea. Con todos esos mimos, besos, abrazos y ánimos que me habéis mandado, me dan ganas de quejarme más a menudo ;-)
Un saludo a todos, me siento animada, fortalecida, vitaminada y supermineralizada, (y de mucho mejor humor). Pero mira que sois majetes.

Diane dijo...

Ah! Pero lo que todos no saberon es que nosotros comeron la tarta Murphy de albaricoques ayer! Y este fue muy buena. Si, si! Me gusta mucho la tarta!

Yo tengo gatos tambien - yo como pelo de gatos en todo los dias, entonces... ;-D

Arantza dijo...

Diane: gracias, gracias. De hecho, estoy convencida de que los pelos de gato le dieron un toque especial. Eso, y el estrés contenido en su preparación. :-)
Besos, guapa.