domingo, 6 de septiembre de 2009

Flechazo / The early bird gets the worm

Interior, día. Cocina montrealesa. Jules está tumbado boca arriba en el suelo de mi cocina, con la cabeza y los hombros dentro del armario que está debajo del fregadero. Una servidora se encuentra a su lado, sudorosa y a cuatro patas, con una linterna en una mano, apuntando a la tubería con la que lucha el Jules. Nuestro Jules jura en colorido francés de Francia, con toques regionales bretones que no acabo de entender del todo.

La escena podría parecer dudosa e incluso vagamente interesante si uno no la pone en su contexto: el sistema de tuberías de la barraca montrealesa se comporta de forma cada vez más temperamental, y este verano, a cada tormenta que hemos tenido (y hemos tenido muchas), al fregadero le ha dado por regurgitar de forma extraña. También parece tener problemas de flatulencia cuando la lavadora de nuestra vecina entra en el ciclo de vaciado. Esta mañana, tempranito, ha decidido dejar de tragar del todo, y se ha atascado.

Tras llamar a monsieur M., que esta semana se encuentra en ville, todo lo que he obtenido de él es un "llama a Jules" un poco cansado. Monsieur M. ha tenido varios encontronazos bastante sucios con el sistema de desagües de esta ruina que llamamos casa, y creo que ha llegado a su límite en lo que a lidiar con comida parcialmente descompuesta-pelos-materias fecales se refiere. La verdad, no se lo reprocho. Así que decidimos pagar para que otro lidie con ello. De ahí la presencia en decúbito supino de nuestro Jules, y mi pose como de escena de "Fontaneros cachondos buscan culos redondos". La lámpara frontal del Jules ha pasado a mejor vida durante la reparación.

El Jules: -"Putain! Bordel!" (dirigiéndose a nadie en particular y a la tubería en concreto) -"Levanta un poco la linterna", (dirigiéndose a mí). Jules es bastante dictador cuando una se ofrece a ayudarle. Tendría que haberle dado la linterna y dejarle que la sujete con los dientes. Ganas me dan. Tengo cosas mejores que hacer. Tengo una tesina por terminar.

Levanto un poco la linterna. Levanto también la otra mano y hago rotaciones de muñeca, porque están empezando a darme calambres. Me retiro un mechón de pelo pegado a la frente, perlada de sudor. Me duelen las rodillas, de estar arrodillada en los azulejos. Jules se debate con una llave inglesa.

Un fuerte chasquido, ruido de líquido que gotea, Jules aparta bruscamente la cara de debajo de la tubería, se incorpora a medias y se sacude un golpe fenomenal contra el canto del armario.

-"Aouch!"

El Jules, escurriéndose de debajo del armario aún tumbado en el suelo, con la mitad de la cara chorreándole un líquido marrón no identificado y frotándose un ojo: -"Putain de bordel de merde!"

Me acerco un poco a él gateando, haciendo un recuento mental de las diferentes sustancias que he vertido por el fregadero últimamente, y de su potencial corrosivo y cegador.

-"Vaya actividad que hay en esta casa. Y de buena mañana".

Ésa es la traducción. La frase original es más bien:

-"Having fun already? You, early birds."

Con la concentración y las bretonas palabrotas de Jules no he oído la puerta que, curiosamente, y como muchas en esta tranquila ciudad, no está nunca cerrada durante el día, y de la que basta empujar el picaporte para entrar.

Me siento bruscamente en el suelo, sofocada, intentando adoptar una posición lo más digna posible, con toda la dignidad que me permiten unos horribles pantalones de peto convertidos en bermudas a tijeretazos, y una cara sudada y roja. Jules se queda tumbado, frotándose la frente con una mano y limpiándose el ojo con la otra.

Naturópata Alternativa me mira desde lo alto de su espigado metro ochenta, con media sonrisa, mezcla de suficiencia y diversión: -"He venido a devolver el libro que me prestó monsieur M."

Su mirada pega un barrido hacia Jules, que ahora se ha incorporado y está sentado en el suelo junto a mí, un chichón emergiéndole en la frente y la mitad de la cara marrón. Sin mirarlo, le paso un pañuelo de papel del paquete que llevo en el bolsillo. Jules me da las gracias y empieza a limpiarse la cara con él.

Yo, defensiva (y aún sofocada): -"Monsieur M. no está".

Naturópata Alternativa, aún con esa sonrisa de medio lado, mirando la escena: -"Ya me lo imagino."

Yo, aún más sofocada y defensiva: -"Quiero decir, que está en el trabajo. Jules me está ayudando con el desagüe del fregadero."

Naturópata Alternativa, con sorna: -"Ya."

Jules, ahora levantando la cara semilimpia, absorbe la imagen de Naturópata Alternativa en toda su altura, larga melena blanca, brazos y piernas finos y fríos ojos azules. Naturópata Alternativa sería una mujer muy guapa, si no fuera tan irritante. Tiene ese don de decir exactamente lo que más va a molestarte en un momento dado. Algo así como saludarte recordándote que has engordado seis kilos, que la ropa que llevas te queda mal y que tienes algo verde entre los dientes. Muy peligrosa para la gente con la autoestima baja. Jules no parece tener ese problema, a juzgar por la forma en que la mira. Una sonrisa empieza a abrirse paso en su cara de gabacho narizón, una sonrisa que hace eco a la de la bruja de la medicina natural.

Me levanto del suelo, me enjugo el sudor de la cara con otro kleenex y tiendo la mano para recibir el libro de monsieur M. Naturópata me lo da, cuidadosa de no tocar mi mano cuando lo hace. Cuando estoy empezando a recobrar mi urbanidad y a pensar en que se supone que debo ofrecerle algo de beber (¿qué hay por casa que sea de comercio justo?), o que se sirva ella misma en la nutrida biblioteca de monsieur M., Alfonso irrumpe en la cocina (bueno, "irrumpe" igual es exagerar, entra cachazudo describe mejor el momento), nos mira a todos, se acerca a mí, se frota brevemente contra una de mis pantorrillas, ronronea un poco, se frota contra la de Jules (los dos se conocen bien), ignora olímpicamente a Naturópata Alternativa y se va a ver si quedan croquetas en su bol de comida. Naturópata lo sigue con la mirada, abre la boca para hacer un comentario, capta mi mirada fulminante y decide cerrar la boca de nuevo.

Yo, haciendo conversación para atenuar mi irritación: -"Jules y Alfonso son buenos amigos. Jules se ha ocupado de él muchas veces, cuando nos vamos de fin de semana y él está aquí, haciendo reformas."

Mirada azul e inexpresiva de Naturópata Alternativa. Silencio.

Yo, prosigo, nerviosa: -"Jules se porta muy bien con él. Se lo cepilla a menudo." Es lo que pasa cuando me exaspero. El francés me chirría. Se me patinan los reflexivos.

Resoplido de risa ahogada, del lado de Jules. Sonrisilla irritante de Naturópata.

Naturópata Alternativa, sonriente, a Jules: -"Así que cepillas a Alfonso, ¿eh?"

Jules, con otra gran sonrisa, mirándola a los ojos: -"Entre otras cosas. Hago reformas. Y corrección de textos."

Naturópata Alternativa, muy interesada: -"¿Ah, sí?"

Yo, gruño: -"Voy a buscarte hielo para esa frente, Jules". Me dirijo al congelador, y empiezo a hurgar dentro.

Naturópata Alternativa, acercándose a Jules y examinándole la frente (juraría que exagerando su acento anglófono, que piensa que le da un toque encantador a su francés): -"Un buen golpeh, ¿eh? My goodness."

Se dirige a mí: -"¿Tienes árnica?"

Yo, envolviendo los hielos en un trapo: -"No. Tengo aspirinas. Y bálsamo del tigre, ¿eso vale? Y no, no es orgánico."

Naturópata sacude la cabeza con desaliento. Clava los ojos en Jules, una lucecilla bailoteando en la mirada. Jules sostiene esa mirada con otra igual de fija. Yo, a un par de metros de los dos, con un paquete de hielo en la mano, los observo incrédula, como un espectador en un partido de tenis, moviendo la cabeza del uno al otro. La electricidad en la cocina es casi palpable. Juraría que veo un remolino de feromonas flotar en torno a ellos.

Eh merde: l'amour. Incomprensible.

(Imagen de Ed Polish & Darren Wotz)

15 comentarios:

Unknown dijo...

Jajajajaja,
prometenos que si va por ese camino, nos cuentas las historia con pelos y señales.

Después de lo que nos has contado de ella y de él, será como una novela de Corñin Tellado con parte "verdusca" (como diría mi abuela) incluida.

¿Arregló Jules el desagüe?

Conchi

Anónimo dijo...

Vaya, vaya, vaya....que cosas pasan, eh? evidentemente a mi también me gustaria saber el desenlace!!! jajajaj...

Pagaba por ver tu cara!!! jajajaja...

Espero que las tuberias dejen de dar por saco de una buena vez.

Besos

Maite

Ivana dijo...

ja! ja! de buena mañana me has sacado la sonrisa, pero esa naturopata ya me cae mal!!! pobre Jules! Aunque bueno, queremos saber desenlace!!
besitos y espero que te arreglara las tuberias!

Ajonjoli dijo...

Alégrate, ¡seguro que así tu amiga empieza a ser menos irritante!

jb500.blogspot.com dijo...

holaaa

que hariais sin jules!!! os saca de todos los "marrones"jajaja

ya te veo de madrina de boda XDDD

v'sss

The Intercultural Kitchen dijo...

¿Próximos capítulos? ¡Necesitamos conocer ese desenlace!

María dijo...

¡Eso, eso! ¡La segunda parte! Por favor....

La Lupe dijo...

Es una malévola concatenación de circunstancias que se conjuran para que tengas que llevarte bien con ese ser humano naturópata y displicente (sí, hoy no me salen sino palabras largas y estiradas, no sé qué me pasa). Eso, o la clásica tendencia del universo a hacer combinaciones imposibles, a ver qué pasa.

José Antonio dijo...

Divertidísimo. Me encanta leer tu blog. Haces que las nimiedades cotidianas adquieran la categoría de divertimento nacional. ¡que pedante me he puesto¡ Bueno. Lo dicho. Sencillamente, genial.

Marona dijo...

Lo he visto: el color rosa difuminado de fondo, la musiquilla, las estrellitas saliendo de los ojos de los dos... (creo que vi demasiado Candy Candy, jajajaja) ¡¡¡próximos episodios ya!!! sobretodo para saber cómo andan las tuberías de la cabañita ;) ¡Besos!

Arantza dijo...

Conchi, Maite, Ivana, Noema y María: el desagüe fue arreglado, pese a que las flechas de Cupido volaban más bien bajo, en esta cocina. En cuanto al resto de la historia... habrá que ver cómo evoluciona la cosa (ando esperando la respuesta de Corín, a ver qué me sugiere :-).

Ajonjolí: eso de calificar a Naturópata Alternativa de "amiga" es ir un poco lejos. Dejémosla en conocida que pasa muy de cuando en cuando por esta cocina. Y me temo que lo de ser irritante es un rasgo idiosincrásico, vamos, que forma parte de ella. Pero a lo mejor el amor la dulcifica un poco. Espero.

JB: sí, una boda con banquete vegano-orgánico. Habrá que tener cuidado, yo creo que Naturópata va a lanzar una maceta en lugar de un ramo.

Lupe: lo de las combinaciones imposibles llevadas a cabo por el universo (o las feromonas)... soy la prueba viviente. En cuanto a lo de llevarme bien obligatoriamente con esta gestapo de lo orgánico-justo-vegano-alternativo, no sé yo. Así, sin previa ingesta de alcohol ni otras sustancias que me ablanden un poco el entendimiento, lo dudo.

José Antonio: estoy intentando desde hace tiempo que declaren este blog de interés público y de esparcimiento nacional, a ver si me adjudican un sueldito de funcionaria y vivo del cuento. Pero nada. Si te lanzas a recoger firmas por la causa, yo te apoyo.

Marona: ay, sí, "Candy, Candy" y sus pupilas titilantes, qué horror, (sospecho que tuvimos la misma infancia). Pero yo no quiero tener que andar inventándome una muerte trágica para Jules, pobrecico, a ver quién me arreglaba los desastres fontaneriles.

Ginebra dijo...

Es que igual la guarra ésa es maja y nos tiene usted engañados a todos.

Cíes dijo...

Cuando nos hablaste de Jules ya me di cuenta yo de que tenía su peligro, ya, ya...

(Si quieres firmas para que te declaren de interés público cuenta con la mía, eres buena para la salud mental)

Cíes

jesús jeleton dijo...

Así que finalmente lo de las Sitcoms –entrar en la cocina por las buenas à la "Urkel"– era verdad.

Besos

Arantza dijo...

Gin: no, la... Naturópata dista mucho de ser maja, me temo. Pero el amor es ciego, sordo, y padece de anosmia crónica. Por lo que parece.

Cíes: bueno, yo no puedo responder de primera mano si el Jules tiene mucho peligro o no. En esta cabaña montrealesa, su peligro lo ha manifestado principalmente demoliendo cosas y construyendo otras. Lo de que soy buena para la salud mental voy a imprimirlo y bordarlo en punto de cruz, si no te importa.

Jesús: no sólo era verdad, sino que afirmo que yo vivo en una "sitcom" cotidiana. A veces echo de menos las risas enlatadas.